En plena ofensiva contra Gaza, y mientras se multiplican las denuncias de genocidio, Estados Unidos intensificó el respaldo a su gran aliado Israel con dos medidas que desataron indignación. Por un lado, sancionó a tres organizaciones palestinas de derechos humanos que apoyaron un caso en la Corte Penal Internacional (CPI), y por otro advirtió a los países que buscan reconocer un Estado palestino que tal paso “crearía grandes problemas”. Sí, justo cuando el Gobierno israelí revela planes para anexionar el 82% de Cisjordania ocupada.
El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, anunció este jueves que las organizaciones Al Haq, el Centro Al Mezan para los Derechos Humanos y el Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR, por sus siglas en inglés) fueron incluidos en una lista de sanciones bajo una orden ejecutiva que el presidente Donald Trump firmó en febrero pasado.
Dicha orden apunta contra funcionarios de la CPI y se emitió después de que el tribunal internacional emitiera sus órdenes de arresto contra el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa Yoav Gallant, por crímenes de guerra y de lesa humanidad en Gaza.
Rubio justificó las sanciones contra las organizaciones palestinas señalando que “se han involucrado directamente” en los esfuerzos de la CPI para “investigar, arrestar, detener o enjuiciar a ciudadanos israelíes, sin el consentimiento de Israel”.
Además, acusó a la CPI de tener una agenda “politizada” y excederse en sus funciones al “desestimar” la soberanía de EE.UU. y de sus aliados. De hecho, recordó que ni Tel Aviv ni Washington “forman parte del Estatuto de Roma y, por lo tanto, no están sujetos a su autoridad”.
Desde Tel Aviv se celebró la medida. Su ministro de Relaciones Exteriores, Gideon Sa’ar, agradeció a Rubio por las sanciones a “tres organizaciones palestinas que ayudaron a la CPI en su campaña politizada contra Israel”. Además, el embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, dio la bienvenida a las sanciones y dijo que las organizaciones habrían actuado “no sólo contra nosotros, sino contra Estados Unidos y todo Occidente”.
Pero estas sanciones no son el principio de la agenda de Washington en contra de los palestinos y a favor de Israel. Al contrario, llegan días después de que EE.UU. revocara las visas de funcionarios de la Autoridad Palestina, impidiéndoles viajar a Nueva York para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas que se realiza a partir de la próxima semana.
Sanciones “cobardes, inmorales, ilegales y antidemocráticas”
Ahora bien, las reacciones de condena ante las sanciones de Washington tampoco se hicieron esperar. La organización Amnistía Internacional denunció la medida como un “ataque vergonzoso a los derechos humanos y la justicia global”.
Érika Guevara-Rosas, su directora principal de investigación y defensa, calificó las sanciones como un “ataque profundamente preocupante y vergonzoso contra los derechos humanos y la búsqueda global de justicia”.
“Estas organizaciones realizan un trabajo vital y valiente, documentando meticulosamente violaciones en condiciones aterradoras”, destacó. “Son la voz de las víctimas palestinas, amplificando historias de sufrimiento humano e injusticia que, de otro modo, quedarían en silencio. Su labor es indispensable para la justicia y la rendición de cuentas”.
Además, Guevara-Rosas agregó: “Esta decisión atroz constituye un ataque descarado contra todo el movimiento palestino de derechos humanos y un intento insensible de fracturar y debilitar a toda la comunidad mundial de derechos humanos. Busca negar a las víctimas cualquier posibilidad de verdad, justicia y reparación”.
Por su parte, las tres organizaciones –Al Haq, Al Mezan y PCHR– emitieron una condena conjunta, calificando las medidas de “cobardes, inmorales, ilegales y antidemocráticas”. “Estas sanciones, en un momento de genocidio en curso contra nuestro pueblo, son actos atroces de Estados con total desprecio por el derecho internacional y nuestra humanidad compartida”, dijeron.
En esa línea acusaron a Washington de intentar “destruir las instituciones palestinas que trabajan incansablemente por exigir una rendición de cuentas para las víctimas de los crímenes masivos de Israel”, incluso mientras el mundo avanza en sancionar a Israel.

EE.UU. culpa a los países que buscan reconocer a Palestina
El mismo jueves, durante una rueda de prensa desde Ecuador, Rubio apuntó también contra los países que han decidido reconocer a Palestina como Estado, afirmando que ese paso “crearía grandes problemas”. Sus declaraciones se dan tras los anuncios de países como Francia, Canadá, Reino Unido y Australia de que están considerando reconocer al Estado palestino durante la Asamblea General de la ONU.
Al ser consultado sobre las iniciativas de miembros del Gobierno de Israel para la anexión de Cisjordania ocupada, Rubio dijo que Estados Unidos ha advertido a sus aliados que reconocer a Palestina “crearía grandes problemas”.
“Predijimos que esto sucedería. Avisamos a todos que sucedería. Sin embargo, algunas de estas personas decidieron que querían avanzar con algo ilusorio”, afirmó, señalando que el reconocimiento de un Estado palestino por parte de Francia y otros países supuestamente empujó a Hamás a abandonar las negociaciones de tregua y a elevar sus demandas.
“Lo que están viendo con Cisjordania (ocupada) y la anexión no es algo definitivo. Es algo que se está debatiendo en algunos sectores de la política israelí. No voy a opinar sobre eso hoy”, añadió.
Las declaraciones de Rubio ocurrieron dos días después de que el ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, anunciara que Israel planea anexar el 82% de Cisjordania ocupada para impedir el establecimiento de un Estado palestino.
La comunidad internacional considera que todos los asentamientos israelíes en Cisjordania ocupada son ilegales según el derecho internacional, y la ONU ha advertido reiteradamente que la expansión de los asentamientos amenaza la viabilidad de una solución de dos Estados.
Pese a la magnitud de los crímenes documentados —más de 64.200 palestinos muertos en Gaza, casi toda la población desplazada y una crisis de hambre generalizada, según autoridades sanitarias locales—, Washington no deja de reforzar su protección a Israel. Al sancionar a quienes buscan justicia en los tribunales internacionales y culpar a quienes quieren reconocer la soberanía palestina, Estados Unidos colabora en garantizar la impunidad israelí.
Por su parte, los grupos de derechos humanos advierten que las sanciones paralizarán los esfuerzos de documentación necesarios para la rendición de cuentas internacional. “Solo Estados con total desprecio por la humanidad pueden tomar tales medidas”, dijeron las organizaciones palestinas.
