Mpox, la sombría y larga historia de racismo al nombrar enfermedades
Los expertos en salud son cada vez más cautelosos al nombrar enfermedades para evitar vincularlas con regiones, grupos o animales, debido a las graves consecuencias que esto puede tener.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una emergencia internacional de salud pública por una nueva variante mortal de la enfermedad viral denominada Mpox. Su detección y rápida transmisión en la República Democrática del Congo y los países vecinos es “muy preocupante”, según el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Cuando la enfermedad se hizo pública por primera vez, los científicos la llamaron inicialmente “virus de la viruela del mono”. Sin embargo, ante la presión de los expertos en salud pública, principalmente de países africanos, la OMS decidió cambiar su nombre a MPOX el 28 de noviembre de 2022.
En ese momento, la revista médica Lancet señaló que “junto con una serie de incógnitas y problemas científicos, el brote también puso en evidencia hábitos desafortunados de nuestra sociedad: estigma, racismo y discriminación”.
La publicación advirtió que en foros de internet muchas personas “realizaron comentarios racistas e inaceptables que asociaban el nombre de la enfermedad con las personas de África”.
“Además de todo el daño que implica cualquier estigma, cuando se trata de enfermedades infecciosas, estigmatizar a grupos poblacionales suma un daño adicional, ya que aleja a las personas de buscar diagnóstico, vacunas y tratamiento", indicó.
Ahora bien, existe un largo historial de controversias en torno a los nombres de las enfermedades. Los expertos en salud pública son cada vez más cautelosos al nombrarlas, evitando basarse en ubicaciones geográficas, grupos de personas o incluso animales que quizás no tengan relación alguna con la enfermedad. Esto se debe a que tales prácticas pueden acarrear terribles consecuencias y provocar malentendidos sobre el origen y la propagación de las enfermedades
¿Qué hay en un nombre?
Por ejemplo, la pandemia de H1N1 de 1918-1920, que se originó en Kansas, Estados Unidos, fue conocida como “la gripe española” debido a “fuerzas geopolíticas” durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), según explicó Rachel Withers en un artículo para la revista estadounidense Slate.
“Las noticias sobre el brote fueron suprimidas o minimizadas en Alemania, Francia, el Reino Unido y Estados Unidos. Sin embargo, España, al igual que Suiza, se mantuvo neutral en la guerra, y sus medios no tuvieron reparos en cubrir el brote contagioso que debilitaba a su población, lo que creó la falsa impresión de que se trataba de una enfermedad española”, señaló Withers.
Asimismo, la trisomía 21, o síndrome de Down, se denominaba mongolismo. Fue necesario un esfuerzo concertado entre genetistas y otros especialistas para eliminar gradualmente la terminología racista antes de que se adoptara un término neutral en el lenguaje común.
Más recientemente, en 2020, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfrentó duras críticas por llamar al nuevo coronavirus “el virus chino”. Otros términos utilizados por legisladores republicanos incluyeron: “La gripe china”, “el coronavirus chino” y “el coronavirus de Wuhan”. Ante las críticas por las implicaciones racistas y xenófobas de estos términos, Trump se reafirmó en su retórica.
“Ese nombre se aleja cada vez más de China. En lugar de llamarlo el virus chino… sin lugar a dudas, [tiene] más nombres que cualquier otra enfermedad en la historia… Puedo nombrar 19 versiones diferentes de nombres”, afirmó durante un mitin en Oklahoma en junio de 2020.
En ese momento, muchos consideraron que la elección de sus palabras era una estrategia de distracción de su mala gestión ante el creciente número de casos de coronavirus en ese país. Trump fue señalado de culpar y poner en peligro las vidas de personas de ascendencia asiática en el país. Entre el 19 de marzo de 2020 y junio de 2021, la organización que lucha contra el racismo hacia las personas asiáticas Stop AAPI Hate registró más de 9.000 casos de incidentes 'antiasiáticos'.
“Porque viene de China. No es racista en absoluto, en absoluto”, se defendió el expresidente Trump en una conferencia de prensa. “Quiero ser preciso”, añadió.
Sin embargo, los términos exactos que empleó la OMS son “Covid-19” o “SARS-CoV-2”, y la insistencia de Trump en llamarlo con cualquier otro nombre fue inexacta, dañina y probablemente política. Las relaciones entre Estados Unidos y China han sido complicadas y extenuantes durante mucho tiempo, ya que los dos gigantes económicos están enzarzados en una lucha geopolítica de poder e influencia.
Pero para vivir en una “civilización sensata”, la revista Lancet aconseja que la sociedad debe asumir la responsabilidad “y condenar severamente tales prácticas inaceptables” de estigmatizar las enfermedades a través de su nombre. “Adoptar nombres neutrales al descubrir virus y sus enfermedades es el primer paso, pero sin duda no será la solución final a menos que cambiemos el comportamiento humano”, concluye.