Para los niños de Gaza, la guerra también significa perder su educación

Los trastornos causados ​​por los ataques de Israel en Gaza han dejado a miles de niños sin acceso a la educación.

Niños palestinos desplazados juegan dentro de una escuela donde se han refugiado en Khan Yunis. / Foto: Getty Images
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Niños palestinos desplazados juegan dentro de una escuela donde se han refugiado en Khan Yunis. / Foto: Getty Images

Atef al Buhaisi tiene 6 años y alguna vez soñó con dedicarse a construir casas. Sin embargo, ahora lo único que anhela es volver a la escuela.

Durante los ataques de Israel contra Gaza, la casa de Atef fue bombardeada, su maestro asesinado y su escuela en Nuseirat convertida en refugio para desplazados. Actualmente, vive en una pequeña tienda de campaña con su familia en Deir al Balah, en el centro de Gaza, donde duerme abrazado a su abuela y teme caminar solo incluso durante el día.

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Desde que Israel lanzó su ofensiva sobre Gaza, todas las escuelas del enclave han cerrado, dejando a cientos de miles de estudiantes como Atef sin educación formal ni un lugar seguro donde pasar sus días.

Los grupos de ayuda están luchando para mantener a los niños fuera de las calles y sus mentes enfocadas en algo más que la guerra, mientras continúan los intensos ataques en todo el enclave, que se han expandido a la ciudad sureña de Rafah y se han intensificado también en el norte.

"Lo que más hemos perdido es el futuro de nuestros hijos y su educación", dijo Irada Ismael, abuela de Atef. "Las casas y los muros se reconstruyen, se puede volver a ganar dinero... pero ¿cómo puedo compensar por (su) educación?"

La educación, en segundo plano

Gaza enfrenta una crisis humanitaria y el jefe del Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha determinado que ya se está produciendo una hambruna en el norte.

Alrededor del 80 por ciento de la población de Gaza ha sido expulsada de sus hogares. Gran parte de Gaza está dañada o destruida, incluido casi el 90 por ciento de los edificios escolares, según estimaciones de grupos de ayuda.

Los niños se encuentran entre los más afectados: la ONU estima que unos 19.000 niños han quedado huérfanos y casi un tercio menores de 2 años enfrentan desnutrición aguda.

En las emergencias, la educación pasa a un segundo plano frente a la seguridad, la salud y el saneamiento, dicen los expertos en educación, pero las consecuencias son duraderas.

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Una clase para niños pequeños en un campamento de desplazados en Gaza. (AA)

“El foco inmediato durante el conflicto no es la educación, pero la interrupción tiene un efecto increíblemente a largo plazo”, dijo Sonia Ben Jaafar, de la Fundación Abdulla Al Ghurair, una organización filantrópica centrada en la educación en el mundo árabe.

Consecuencias a la largo plazo

Antes de la guerra, Gaza albergaba a más de 625.000 estudiantes y unos 20.000 profesores entre su población altamente alfabetizada, según la ONU. En otros conflictos, los grupos de ayuda suelen crear espacios seguros para los niños en los países vecinos, donde pueden recibir refugio y educación.

Eso no es posible en Gaza, un enclave densamente poblado encerrado entre el mar, Israel y Egipto. Desde el 7 de octubre de 2023, a los palestinos de Gaza no se les ha permitido cruzar a Israel. Egipto ha dejado salir a un pequeño número de palestinos.

"No pueden huir y permanecen en una zona que continúa siendo golpeada", dijo Tess Ingram, de UNICEF. "Es muy difícil brindarles ciertos servicios, como salud mental y apoyo psicosocial o educación", añade.

Los grupos de ayuda esperan que las clases se reanuden en septiembre. Sin embargo, incluso si se logra un alto el fuego, gran parte de Gaza debe ser limpiada de minas y, además, la reconstrucción de las escuelas puede demorar años.

Mientras tanto, los grupos de ayuda ofrecen a los niños actividades recreativas como juegos, dibujo, teatro o arte, con el objetivo de mantener a los niños interesados ​​y en una rutina, en un esfuerzo por lograr la normalidad. Incluso de esta forma, la atención a menudo se centra en la guerra: la abuela de Atef sólo lo ve dibujar tiendas de campaña, aviones y misiles.

Encontrar espacios seguros para aprender, otro desafío

Encontrar espacio libre es uno de los mayores desafíos. Algunos voluntarios utilizan el aire libre, se las arreglan dentro de tiendas de campaña donde vive la gente o encuentran una habitación en casas que aún están en pie.

A los profesores voluntarios les llevó más de dos meses despejar una sala de una escuela de Deir al Balah para impartir clases ad hoc a los niños. Llevar suministros sencillos, como balones de fútbol y material de oficina, a Gaza también puede demorar meses.

"Tener espacios seguros para que los niños se reúnan para jugar y aprender es un paso importante", dijo Ingram, pero "luego los niños de Gaza tienen que poder retomar el plan de estudios de los maestros en las aulas, con materiales educativos y todo el resto de apoyo a la escolarización”.

UNICEF había planeado levantar al menos 50 tiendas de campaña este mes para que aproximadamente 6.000 niños en edad escolar puedan aprender a leer y jugar con números en Rafah. Sin embargo, la organización advierte que esos planes podrían verse interrumpidos por la ofensiva de Israel en esta ciudad.

"Las calles están llenas de niños"

En los últimos meses, cada vez más niños palestinos salen a las calles a intentar ganar dinero para sus familias.

"Las calles están llenas de niños que venden cosas muy sencillas, como chocolate y productos enlatados", asegura Lama Nidal Alzaanin, de 18 años, quien estaba en su último año de secundaria y esperaba con ansias ir a la universidad cuando estalló la guerra.

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Niños palestinos esperan fuera de la Cocina Central Mundial (WCK) para recibir comidas (GETTY IMAGES)

Algunos padres intentan encontrar pequeñas formas de enseñar a sus hijos, buscando cuadernos y bolígrafos e insistiendo en que aprendan algo tan pequeño como una palabra nueva cada día. Pero muchos encuentran que los niños están demasiado distraídos.

Sabreen al Khatib, una madre cuya familia fue desplazada a Deir al Balah desde la ciudad de Gaza, dijo que la situación es particularmente difícil para muchos de los que han visto morir a sus familiares.

“Cuando hablas delante de niños, ¿qué crees que están pensando? ¿Pensarán en la educación? ¿O estarán pensando en ellos mismos y en cómo morirán?, dijo Al Khatib.

El 7 de octubre, Layan Nidal Alzaanin, de 14 años, hermana menor de Lama, se dirigía a su escuela secundaria en Beit Hanoun vio pasar misiles. Entonces, huyó con su familia a Rafah, donde vivían hacinados en una tienda de campaña. Ahora que Israel ordenó evacuar la zona, huyó a Deir al-Balah.

"Es un desastre. Mis sueños se han hecho añicos. No hay futuro para mí sin la escuela", sostuvo.

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