Yenín, bajo asedio: el sufrimiento de palestinos por ataque militar israelí

La creciente violencia en Yenín, Cisjordania ocupada, revela el costo humano de la estrategia militar de Israel contra el territorio palestino y sus ambiciones políticas más amplias.

El violento ataque de Israel en Yenín ha dejado decenas de víctimas, como Ahmed al-Shayeb. En esta imagen, su madre llora su pérdida durante el funeral (Reuters/Raneen Sawafta).
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El violento ataque de Israel en Yenín ha dejado decenas de víctimas, como Ahmed al-Shayeb. En esta imagen, su madre llora su pérdida durante el funeral (Reuters/Raneen Sawafta).

La "Operación Muro de Hierro", que Israel lanzó desde este martes contra la ciudad de Yenín, en el norte de Cisjordania ocupada, ha sumido la zona en el caos y el sufrimiento, mientras desata críticas generalizadas sobre el costo humano y los posibles motivos políticos.

El ataque, que según Tel Aviv va dirigido contra "infraestructura terrorista", ya ha matado a 14 personas y herido a más de 50, según el Ministerio de Salud palestino.

Los vehículos del ejército israelí tomaron el control de la entrada al principal hospital de Yenín, mientras que el acceso al campo de refugiados, densamente poblado y que acoge a civiles, fue completamente cerrado. En las vías que llevan al campamento, algunas destrozadas por excavadoras militares, se desplegaron soldados israelíes que alzaron sus armas cuando nos acercamos.

Los relatos de testigos describen una escena desgarradora. Um Hamza, una residente obligada a huir de su casa a pie, describió las condiciones como "insoportables". "No hay electricidad, ni agua, nada", dijo. "Fuimos obligados a irnos a pie, ancianos, niños y enfermos porque no se permitía la entrada a las ambulancias", señaló.

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Otro residente, Mohammad al-Masri, contó cómo evacuó a su madre en silla de ruedas después de que su casa cerca de la mezquita Abdullah Azzam fuera atacada. "Tuve que llevarla sobre los escombros porque las excavadoras militares destruyeron los caminos", dijo. "Disparaban municiónes a cualquiera que intentara moverse", añadió.

El ataque también ha matado a civiles, incluido Ahmed al-Shayeb, conocido propietario de una tienda de teléfonos móviles en Yenín. Fue asesinado a tiros por soldados israelíes mientras conducía cerca del campamento de refugiados con su hijo de 10 años, Taym. “Comenzaron a disparar y una bala lo impactó”, contó Taym en el funeral de su padre el miércoles.

Crisis humanitaria

La Media Luna Roja Palestina reportó múltiples casos en los que a sus equipos se les impidió el acceso al campamento, lo que dejó a civiles heridos varados sin asistencia médica.

Los funcionarios locales de Yenín describen la magnitud de destrucción como algo “sin precedentes”. Mohammed Jarar, alcalde de Yenín, dijo a TRT World que el ejército de Israel esencialmente ha “aislado el campamento de sus alrededores”. “Han destruido carreteras, erigido puestos de control y arrasado calles enteras”, agregó.

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El humo se eleva durante una incursión militar israelí en el campamento de Yenín, en Cisjordania ocupada, el 24 de enero de 2025. Foto: Reuters/Raneen Sawafta.

Jarar advirtió que barrios enteros corren el riesgo de sufrir evacuaciones forzadas. “Existe un temor real de que se trate de un intento deliberado de desplazar a las personas de forma permanente”, destacó.

Se reporta que el Ejército de Israel lanzó órdenes ilegales a los residentes para que abandonaran el campamento a las 5:00 p.m., un mensaje que se repitió a través de drones y camiones. Sin embargo, el portavoz del gobierno israelí, David Mencer, negó haber emitido órdenes de evacuación y calificó esas informaciones de "noticias falsas" difundidas por partidarios de Hamás.

Más allá de Yenín

En la noche de este miércoles, el Ejército de Israel amplió su ataque a ciudades cercanas a Yenín, incluidas Qabatiya y Burqin. En Burqin, los soldados israelíes rodearon una casa y la demolieron, matando a dos hombres palestinos, según el Ministerio de Salud local.

Los dos hombres –identificados como Qutaiba Shalabi, de 30 años, y Mohammed Nazzal, de 25– fueron asesinados a tiros durante la incursión. Sus cuerpos están bajo custodia israelí.

Los medios israelíes afirmaron que los dos estuvieron involucrados en un reciente ataque a un hotel cerca de Qalqilya, que dejó tres israelíes muertos y varios heridos más. La redada militar israelí, llevada a cabo por las fuerzas especiales y la agencia de inteligencia Shin Bet, dejó un soldado israelí herido.

Hasta el momento, Tel Aviv no ha mostrado indicios de reducir las operaciones en Cisjordania ocupada, y para los residentes de Yenín la sensación de incertidumbre y el temor a más violencia sigue siendo generalizada.

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Desde septiembre de 2021, el ejército israelí ha ejecutado 104 grandes incursiones en Yenín, además de cientos de redadas más pequeñas, según la Autoridad Palestina.

Sin embargo, la operación actual ha destruido la infraestructura ya frágil del campo de refugiados. Los residentes carecen ahora de electricidad, agua y alimentos, mientras que la ayuda humanitaria sigue bloqueada. “La gente aquí está agotada. Han pasado por este ciclo de destrucción demasiadas veces”, dijo Jarar.

Cálculos políticos

Los analistas sugieren que el momento de esta nueva agresión puede estar vinculado a consideraciones políticas.

Suleiman Basharat, director del Centro de Estudios Yabous, enmarcó el ataque en dos contextos clave. “El primero es un objetivo directo de 'seguridad': desmantelar la resistencia palestina en Cisjordania (ocupada)”, explicó Basharat.

Israel considera el crecimiento de los movimientos de resistencia en Cisjordania ocupada como una amenaza significativa e inmediata a sus proyectos de ocupación ilegal de asentamientos y al control a largo plazo sobre la región.

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Un vehículo militar israelí utiliza un láser, el día de una incursión israelí en Yenín, en Cisjordania ocupada. Foto: Reuters/Raneen Sawafta.

Cisjordania ocupada, descrita por Basharat como el "corazón estratégico" de las ambiciones de asentamientos ilegales de Israel, es crucial para la visión de Tel Aviv de un futuro control territorial. "La acción militar tiene como objetivo eliminar cualquier base que pueda fortalecer la resistencia palestina o sostener una lucha viable contra el proyecto de asentamiento", añadió.

La segunda capa del ataque, según Basharat, es de carácter político. El gobierno del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ya frágil después del acuerdo de alto el fuego en Gaza, parece estar utilizando la incursión para aplacar a los miembros de la coalición de extrema derecha.

"Netanyahu probablemente acordó con el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, y otras figuras de extrema derecha lanzar esta 'operación' en Cisjordania (ocupada) como una concesión a sus demandas tras el acuerdo de Gaza", dijo Basharat.

Los funcionarios militares israelíes, sugirió Basharat, consideraron la incursión como una oportunidad de riesgo relativamente bajo para lograr ganancias tácticas, y al mismo tiempo mostrar resultados a nivel nacional.

Implicaciones más amplias

El asedio sobre Yenín también puede alinearse con la estrategia a largo plazo de Israel para Cisjordania ocupada. “La estrategia a largo plazo de Israel es impedir el establecimiento de cualquier forma de soberanía palestina”, dijo Basharat. Incluso si existe un gobierno palestino limitado, Israel pretende mantenerlo débil y fragmentado.

La operación también puede reflejar un cambio en la política estadounidense. “El Gobierno de Netanyahu cree que la actual administración estadounidense puede eventualmente apoyar los objetivos de soberanía y anexión de partes de Cisjordania de Israel”, dijo Basharat, añadiendo que el ataque podría sentar las bases para tales ambiciones.

Sin embargo, para los residentes de Yenín, estos cálculos geopolíticos más amplios hacen poco para aliviar su sufrimiento. Sin indicios de que la llamada “operación” termine pronto, el temor a nuevas atrocidades sigue estando siempre presente.

Este artículo se publicó en colaboración con Egab.

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