¿Por qué Georgia es importante tanto para Rusia como para Occidente?

Este país de 3,7 millones de habitantes está en el corredor energético estratégico Este-Oeste que conecta las ricas reservas de gas y petróleo de Asia Central con el Occidente a través de Türkiye.

A la izquierda, el primer ministro Irakli Kobakhidze, cuyo partido Sueño Georgiano ganó las recientes votaciones, y su homólogo de Hungría, Viktor Orban durante su reunión en Tbilisi, Georgia, después de las elecciones del 26 de octubre. Foto Oficina de Prensa del Primer Ministro de Georgia
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A la izquierda, el primer ministro Irakli Kobakhidze, cuyo partido Sueño Georgiano ganó las recientes votaciones, y su homólogo de Hungría, Viktor Orban durante su reunión en Tbilisi, Georgia, después de las elecciones del 26 de octubre. Foto Oficina de Prensa del Primer Ministro de Georgia

Georgia, un pequeño país ubicado al sur de Rusia, tuvo sus elecciones parlamentarias hace unas semanas, en las que se enfrentaron el partido gobernante que favorece relaciones más cercanas con Rusia, y los partidos pro-occidentales.

El partido gobernante Sueño Georgiano obtuvo un cuarto mandato con el 54% de los votos, mientras que cuatro partidos de oposición pro-Occidente obtuvieron en conjunto menos del 40%. Los partidos opositores y la presidenta Salome Zourabichvili han cuestionado los resultados, señalando un fraude electoral.

Washington y Bruselas han acusado a Rusia de interferir en las elecciones de Georgia, un señalamiento que el Kremlin niega. De hecho, Moscú acusó a Occidente de intentar “influir en el resultado de la votación”. Mientras que Rusia sostuvo que las acusaciones no “tienen ningún fundamento", el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y sus aliados en la Unión Europea, manifestaron estar “profundamente alarmados.”

¿Pero por qué la elección en Georgia ha llamado tanto la atención de Rusia y Occidente?

“Rusia trata esta área de los países postsoviéticos como parte de su patio trasero y está haciendo todo posible para aumentar su influencia en el Cáucaso del sur”, explica Valery Chechelashvili, ex viceministro de Asuntos Exteriores de Georgia y exembajador en Rusia y Ucrania. Chechelashvili señala que Georgia, Armenia y Azerbaiyán –tres países que antes eran repúblicas de la Unión Soviética– son focos de atención para la influencia estratégica de Moscú en la región.

“¿Por qué Georgia es importante para Rusia en este momento específico? Porque es un componente crítico del Corredor de Transporte y Comunicaciones Este-Oeste”, dijo Chechelashvili en una conversación con TRT World. El corredor podría “eventualmente llevar los ricos recursos naturales de Asia central a los mercados europeos a través de proyectos futuros por Transcaspia y el Cáucaso Sur”.

Aunque Georgia es un pequeño país con un PIB de solo 30.000 millones de dólares, su ubicación geográfica y geopolítica es esencial para Rusia e Irán, dos aliados regionales. Sobre todo ahora ya que ambos enfrentan fuertes sanciones occidentales, dice Chechelashvili, miembro del consejo ejecutivo del Georgian Strategic Analysis Center.

Corredor energético del Cáucaso Sur

Este corredor está diseñado para disminuir la dependencia occidental del gas ruso, lo que potencialmente puede representar reveses políticos y económicos significativos para el Kremlin si llega a realizarse por completo.

Importantes proyectos de infraestructura como el oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan y el gasoducto Bakú-Tiflis-Erzurum ya conectan el mar Caspio con el Mediterráneo a través de Azerbaiyán, Georgia y Türkiye, lo que mejora la independencia energética de la región.

Los inversionistas principales de estos proyectos de infraestructura de gas y oleoductos son grandes corporaciones internacionales como BP, Standard Oil y otras, dice Chechelashvili. También agrega que “EE.UU. y la UE ya han invertido miles de millones de dólares en la estabilidad macroeconómica y el futuro político de Georgia”.

El ferrocarril Bakú-Tiflis-Kars, que une la red del Cáucaso Sur a través de Türkiye con el sistema ferroviario europeo, ha atraído una atención considerable tanto en Occidente como en Rusia, continúa Chechelashvili.

Georgia es esencialmente un estado de tránsito para todos estos proyectos de infraestructura. Justamente, su ubicación geográfica sobre la intersección de Europa y Asia lo convierte en una figura crucial para el comercio y los asuntos regionales, dice Konul de Moor, analista consultor sobre el Cáucaso Sur del International Crisis Group.

“Su alineación política es capaz de moldear las tendencias políticas más amplias, en particular con la expansión de la OTAN y la Unión Europea, de gran importancia para Occidente y Rusia. Por ello, las elecciones en Georgia suelen revelar la división entre partidos pro-occidentales, que buscan vínculos más cercanos con la OTAN y la UE, y los partidos prorusos, que favorecen relaciones más fuertes con Moscú”, explicó de Moor a TRT World.

¿Está disminuyendo la influencia de Occidente?

Giorgio Badridze, exembajador de Georgia en el Reino Unido y ahora alto miembro de la Fundación Georgiana para Estudios Estratégicos e Internacionales, considera que las recientes elecciones representaron un momento crucial tanto para Occidente como para Moscú, aunque la participación de Rusia fue notablemente más asertiva, afirma.

“Quizá sea como lo fue en los años 1990 y los 2000, cuando Occidente no comprendió del todo el valor estratégico de Georgia como un eslabón que lo podía conectar con Azerbaiyán y toda la región del mar Caspio, la que podría ayudar a la UE a diversificar sus importaciones de energía para facilitar su seguridad energética”, afirma Badridze a TRT World.

Pero Rusia siempre ha comprendido el valor estratégico de Azerbaiyán y Georgia para Occidente y, por lo tanto, ha tratado de interrumpir estas conexiones, añade Giorgio. Destaca la creciente importancia de Turkiye a nivel regional, afirmando que es la “única conexión terrestre de Georgia con el resto del mundo occidental.”

AP

La presidenta de Georgia, Salome Zourabichvili, durante una entrevista después de las elecciones parlamentarias en Tiflis, Georgia, el 28 de octubre de 2024. (AP)

“No creo que la elección en Georgia importe mucho para Occidente,” dice Matthew Bryza, exembajador de EE.UU. en Azerbaiyán y un arquitecto clave de la política estadounidense en Asia Central y al Cáucaso del Sur durante los años 2000, casi confirmando la observación de Badridze.

“El hecho de que Georgia se una o no a la UE o a la OTAN no mejorará ninguna de las dos organizaciones. El Occidente, al menos Estados Unidos, se ha preocupado por Georgia porque Rusia quería dominarla y reincorporarla a algún tipo de esfera de influencia”, aclara Bryza a TRT World, señalando la tensión en Abjasia y Osetia del Sur, las regiones separatistas apoyadas por Moscú después de la guerra entre Rusia y Georgia de 2008.

Según Bryza, la postura más amplia de Occidente sobre Georgia y cualquier nación es que tiene derecho a trazar su propio rumbo. En esta visión, las elecciones georgianas son un asunto interno y Tiflis es libre de elegir una dirección pro-Occidente o prorusa.

El primer ministro de Hungría, Víctor Orban, que también ostenta la prestigiosa presidencia del Consejo de la UE, viajó recientemente a Tiflis y elogió las elecciones georgianas como "libres y democráticas". Pero tanto Chechelashvili como Badridze, los exdiplomáticos georgianos, tienen serias dudas sobre la transparencia del proceso electoral.

La comisión electoral rechaza las acusaciones de irregularidades generalizadas y añade que utilizó un sistema de una empresa estadounidense. "Las irregularidades ocurren en todas partes, en todos los países", dijo el primer ministro georgiano, Irakli Kobakhidze, que lidera el partido Sueño Georgiano, durante una entrevista con la BBC.

"Por supuesto que tenemos que abordar estas irregularidades que ocurren el día de las elecciones o antes. Pero el contenido general de las elecciones estuvo en línea con los principios legales y el principio de las elecciones democráticas", añadió.

A lo largo de la campaña electoral, el partido gobernante, creado por el multimillonario Bidzina Ivanishvili, utilizó carteles con mensajes que mostraban las ruinas de las ciudades ucranianas en lugar de "los paisajes pacíficos de Georgia", lo que implicaba que una postura de neutralidad era una mejor opción.

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