Colombia, Palestina y la vieja solidaridad

Gustavo Petro encabeza la reacción crítica de Latinoamérica frente a la invasión israelí en Gaza. Los precedentes históricos explican gran parte de esta toma de posición.

Gustavo Petro, presidente de Colombia, fue uno de los primeros mandatarios en criticar explícitamente a Israel. / Foto: Reuters
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Gustavo Petro, presidente de Colombia, fue uno de los primeros mandatarios en criticar explícitamente a Israel. / Foto: Reuters

De todos los presidentes latinoamericanos que han condenado la brutal represalia perpetrada por Israel contra los habitantes de Gaza - Luis Ignacio Lula da Silva, Andrés Manuel López Obrador o Gustavo Petro - es el mandatario colombiano quien, debido a antecedentes históricos relativamente recientes, tiene razones poderosas para expresar su marcada ira, su explicable frustración con respecto a la guerra en Palestina.

Petro, el primer presidente de izquierda en la historia de Colombia, y exmiembro de la desaparecida guerrilla del Movimiento 19 de Abril (M-19), no ha medido sus críticas a la hora de condenar a Israel por su política de castigo colectivo y campaña militar en la Palestina cautiva.

Los miles de civiles muertos a manos del ejército israelí, entre los que se cuentan 12,300 menores de edad, hicieron que, en más de una ocasión, el mandatario colombiano comparara la guerra de Israel en Palestina con la política nazi de exterminio, calificando las acciones del ejército israelí como ‘genocidio’.

La reacción del Gobierno de Tel-Aviv no se hizo esperar. El embajador de Israel en Colombia, Gali Dagan, invitó a Petro a que visite el campo de concentración de Auschwitz. El mandatario colombiano no se dejó intimidar por esa velada acusación de antisemitismo, respondiendo que ya visitó Auschwitz “y ahora lo veo calcado en Gaza”.

Propuesta de paz no escuchada

En todo caso, no todo lo que ha expresado Petro han sido críticas a Israel. Por el contrario.

A comienzos de febrero de este año, el mandatario colombiano aceptó un pedido del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para que mediara en el tema de los rehenes que Hamás tiene en su poder desde octubre de 2023.

El presidente colombiano se había ofrecido a negociar proponiendo “que avancemos en crear una Comisión de Paz integrada por diversos países para garantizar estas liberaciones y lograr el objetivo mayor de terminar con la violencia desatada entre Israel y Palestina".

El mandatario basó su propuesta en el proceso de paz que puso fin al conflicto armado entre el Gobierno colombiano y el M-19 en 1990. Netanyahu nunca respondió a la propuesta.

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Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, no aceptó la oferta de Petro para Crear una Comisión de Paz. (GETTY IMAGES)

Como respuesta, Petro ha suspendido la compra de armas israelíes. Además, el presidente colombiano ha expresado públicamente su apoyo a la denuncia contra Israel, que presentara el Gobierno de Sudáfrica ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya.

El pasado 25 de marzo, el Consejo de Seguridad aprobó una resolución exigiendo un cese de hostilidades inmediato en Gaza, con la abstención de Estados Unidos.

En su cuenta de X (antes Twitter), Petro dijo: “Invito a las naciones del mundo a que, si Israel rompe este cese al fuego, se rompan relaciones diplomáticas con ese país”.

Israel y los paramilitares

La reacción de Gustavo Petro a las acciones de Israel contra Palestina, no sólo obedece a una natural tendencia entre los gobiernos de izquierda de América Latina por defender al oprimido.

Petro, como exmiembro de una de las organizaciones guerrilleras más importantes de la historia colombiana, fue testigo directo del papel que jugó Israel en la guerra sucia perpetrada por el Gobierno y los paramilitares de extrema derecha en su país.

Esas bandas fueron responsables de matanzas indiscriminadas, en complicidad con el aparato represivo del Estado colombiano.

Uno de los personajes clave de esta campaña de represión metódica e ilegal fue el mercenario Yair Klein. Este teniente coronel retirado del ejército israelí, creó una compañía que proveía de armas y entrenamiento a escuadrones de la muerte en África y Sudamérica.

Cuando llegó a Colombia a principios de los años ’80, ya había una presencia importante de mercenarios israelíes trabajando con los paramilitares de derecha, que operaban en varios departamentos colombianos.

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Escuadrones paramilitares de derecha en el norte de Colombia. Foto de archivo. (REUTERS)

En 2012, Klein declaró que sus actividades en Colombia contaban con la aprobación del Gobierno de Bogotá e Israel, a la vez que afirmó que tenía contactos con la CIA. Klein testificó en noviembre de 2020, en el juicio a un antiguo líder de los paramilitares de derecha, que había entrenado a miembros de dichas organizaciones en 1987.

En agosto de 2007, el Gobierno colombiano admitió que había contratado a cuatro expertos de inteligencia israelíes, con el objetivo de recabar informaciones sobre las guerrillas de izquierda. Al mismo tiempo, Israel le vendió a Colombia armas y equipos militares por un monto de más de 100 millones de dólares en la década de 2000.

El informe final de la Comisión de la Verdad, creada en 2017 “para el esclarecimiento de los patrones y causas explicativas del conflicto armado interno” en Colombia es inobjetable.

450.664 colombianos murieron a causa del conflicto. Los grupos paramilitares de derecha, asesorados por mercenarios israelíes, fueron responsables del 45% de esas muertes, y el Estado del 12 por ciento. Los paramilitares de derecha fueron responsables del 52 por ciento de las 121.768 víctimas de desapariciones forzadas.

Palestina y el internacionalismo

Sería demasiado simplista pensar que a Gustavo Petro lo ha afectado una especie de resentimiento nostálgico, que lo ha obligado a condenar el ataque israelí al pueblo palestino.

Sin embargo, la oposición a la ocupación por parte de Israel de los territorios palestinos no es algo nuevo, y forma parte del marco ideológico en el que se formó la izquierda radical colombiana de la segunda mitad del siglo XX. En ese contexto se ubican algunas acciones de las guerrillas en los años ’80.

Las izquierdas latinoamericanas siempre consideraron a la Palestina ocupada por Israel como elemento clave de su marcado internacionalismo. El M-19 de Gustavo Petro no fue la excepción.

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Varios mandatarios latinoamericanos, entre ellos, Andrés Manuel Lopez Obrador, de México, y Gustavo Petro, de Colombia, han condenado los brutales ataques de Israel. (GETTY IMAGES)

Esto quedó en evidencia en el Informe Final de la Comisión de la Verdad sobre los Hechos del Palacio de Justicia. Este documento fue publicado en 2010, con el fin de explicar la toma de la sede del poder judicial colombiano por parte del M-19 en noviembre de 1985. Los autores del informe afirman que el M-19 “…tomó partido en (el) conflicto palestino-israelí (…)”.

Los muertos colombianos y el paralelo en Gaza

Lejos están los días en que Israel se inmiscuía en el conflicto armado interno colombiano. Lejanas también las acciones armadas de las principales organizaciones guerrilleras que, con excepción del ELN, ya no existen.

Pero el ‘asesoramiento’ de mercenarios y expertos de inteligencia israelíes a los paramilitares de derecha y al Gobierno colombiano no ha sido olvidado.

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Manifestantes asisten a una manifestación exigiendo un alto el fuego inmediato en Gaza, en Bogotá, Colombia. (REUTERS)

Parece existir una dantesca extrapolación de los muertos civiles en Colombia durante el conflicto interno armado, y las víctimas inocentes de la incursión israelí en Gaza. La dura condena del presidente Gustavo Petro a la barbarie no es casual ni gratuita.

Petro ofreció una alternativa de paz para Gaza e Israel la ignoró. La multiplicación de los muertos inocentes en Gaza, a manos del ejército israelí, es prueba de que, para Gustavo Petro, no hay otra alternativa que levantar la voz. Se lo dicta la historia.

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