Hospital de norte de Gaza está a punto de "convertirse en un cementerio"

Los hospitales de Gaza se convirtieron en objetivos del ejército israelí. El Kamal Adwan, en el norte, está al borde del colapso y podría transformarse en un cementerio, advierte su director.

Pacientes reciben atención médica con recursos limitados en el Hospital Kamal Adwan, debido al asedio israelí que lleva 40 días en curso, en Beit Lahia, Gaza, el 15 de noviembre de 2024. El único hospital funcional en el norte de Gaza, el Hospital Kamal Adwan opera a mínima capacidad debido a la escasez de recursos médicos. Foto: AA.
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Pacientes reciben atención médica con recursos limitados en el Hospital Kamal Adwan, debido al asedio israelí que lleva 40 días en curso, en Beit Lahia, Gaza, el 15 de noviembre de 2024. El único hospital funcional en el norte de Gaza, el Hospital Kamal Adwan opera a mínima capacidad debido a la escasez de recursos médicos. Foto: AA.

En los hospitales de Gaza, la esperanza y el tiempo se agotan. Sin recursos por el bloqueo de ayuda humanitaria y convertidos en objetivos de Tel Aviv, la situación es desesperante. En el norte del enclave, el hospital Kamal Adwan enfrenta ataques diarios del ejército israelí y, según su director, Abu Safiya, pronto podría quedar reducido a escombros y transformarse en un cementerio.

Este hospital, al igual que los otros dos de la zona –el Al-Awda y el hospital indonesio– funcionan bajo condiciones "mínimas", según alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS), y bajo el constante peligro de ataques.

La destrucción del sistema de salud forma parte del "Plan de los Generales" del Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, cuyo objetivo es expulsar o aniquilar a los palestinos del norte de Gaza. Entre 65.000 y 75.000 palestinos están atrapados en condiciones inhumanas en esta zona, enfrentando una doble amenaza: o se ven forzados a abandonar la región o mueren de hambre y enfermedades debido al colapso de los servicios básicos.

En este contexto, el director del hospital Kamal Adwan, Hussam Abu Safiya, advirtió al sitio web de noticias Drop Site News que, si la situación no cambia inmediatamente, el hospital “se convertirá en ruinas”. Él mismo enfrentó pérdidas desgarradoras: su hijo falleció en octubre en un ataque con drones israelíes al hospital, mientras que él mismo resultó herido en la pierna, lo que lo llevó a cuidados intensivos en noviembre. A pesar de ello, solo tres días después, estaba de pie nuevamente, atendiendo a los pacientes con la ayuda de un bastón. Su caso refleja la resiliencia de los trabajadores de salud en el enclave palestino.

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Daños visibles del Hospital Kamal Adwan tras la salida de las fuerzas israelíes, en el norte de Gaza. Foto: AA.

El pasado domingo, 15 de diciembre, Abu Safiya denunció que “los drones están atacando los generadores las 24 horas del día, golpeando continuamente la infraestructura esencial”. En su desgarrador testimonio, publicado por el mencionado medio de noticias, agregó: “Estamos siendo asesinados a diario en el hospital y enfrentamos bombardeos directos sin previo aviso. No tenemos electricidad, agua ni oxígeno”. Además, informó haber visto "cientos de cuerpos" esparcidos justo más allá de los terrenos del hospital, con decenas de nuevas heridas que abrumaban al ya devastado equipo médico.

Al día siguiente, 16 de diciembre, Abu Safiya informó a Drop Site News que el hospital fue blanco de francotiradores, quienes alcanzaron las ventanas del departamento de cuidados intensivos. Según explicó, los francotiradores están “posicionados en puntos elevados, lo que convierte cada movimiento dentro del hospital en un riesgo mortal para pacientes y personal”.

Asimismo, en la última semana, tres robots explosivos detonaron cerca del hospital, rompiendo las puertas y ventanas de las habitaciones de los pacientes. "El sonido fue aterrador, y esto, lamentablemente, se ha convertido en nuestra rutina diaria", dijo.

“Desde la mañana, los bombardeos no cesan, impactando los edificios y alrededores del hospital. Es evidente que el objetivo es el hospital en sí, su infraestructura y cualquiera que se encuentre dentro”, señaló.

“La situación en el hospital se está volviendo desesperada. Sin electricidad, oxígeno ni agua, se convertirá en un cementerio para todos los que estamos dentro”, advirtió Abu Safiya.

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Destrucción en Gaza. Foto Mahmoud Abu Hamda

Alto el fuego: entre optimismo y cautela

Por otro lado, las negociaciones entre Hamás e Israel parecen tomar impulso. Aunque el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha bloqueado en repetidas ocasiones la posibilidad de un acuerdo, ahora funcionarios israelíes, estadounidenses y del propio Hamás coinciden en que las conversaciones podrían progresar.

En un comunicado difundido el martes, Hamás calificó de "positivas y serias" las conversaciones celebradas en Doha, donde el grupo palestino insistió en que un acuerdo es posible si Israel abandona sus exigencias adicionales.

"Alcanzar un acuerdo de alto el fuego e intercambio de prisioneros es posible si la ocupación (israelí) deja de imponer nuevas condiciones", señaló Hamás. El grupo de resistencia palestino ha reiterado en varias ocasiones su disposición a negociar. De hecho, en mayo, el grupo aceptó una propuesta del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que luego fue rechazada por Netanyahu.

Asimismo, funcionarios estadounidenses e israelíes han expresado un creciente optimismo sobre la posibilidad de que se logre un pacto antes de finales de mes, aunque también han advertido sobre el riesgo de que las conversaciones fracasen.

El lunes, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, declaró que un acuerdo con Hamás está "más cerca que nunca". En una reunión a puerta cerrada del Comité de Asuntos Exteriores y Seguridad del Knesset, Katz afirmó que el acuerdo de alto el fuego e intercambio de prisioneros está "a punto" de concretarse.

Por su parte, un portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, también mostró su cauteloso optimismo, comentando que Estados Unidos cree que un acuerdo está cerca, respaldado por la postura israelí, aunque subrayó la necesidad de ser cautelosos.

Entre las demandas de Hamás, la principal es obtener garantías de que cualquier acuerdo inmediato se traducirá en uno duradero, y que Israel retirará su ejército de Gaza.

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Destrucción cerca del Hospital Kamal Adwan por las fuerzas israelíes, en el norte de Gaza. Durante el asedio, el ejército israelí demolió departamentos del hospital, dañó equipos médicos, destruyó ambulancias y la pared exterior, además de las carreteras que conducían al hospital. Foto: AA.

Cada día más víctimas

Lo cierto hasta ahora es que los ataques israelíes continúan intensificándose en Gaza, dejando un saldo creciente de víctimas.

Este martes, al menos ocho palestinos fueron asesinados y otros siete resultaron heridos en el norte del enclave. La ofensiva aérea israelí se centró en una vivienda en Beit Lahia, que albergaba a familias desplazadas, en un ataque que se suma a la larga lista de víctimas civiles. Entre las víctimas se encontraba la familia Battah, cuya casa, ubicada cerca del Hospital Kamal Adwan, también acogía a desplazados de otras familias, como los Ashkar y los Swaiti, en su mayoría mujeres y niños, según reportó la Agencia Anadolu.

Más tarde, aviones de guerra israelíes bombardearon áreas cercanas a la escuela Al-Nazlah, en el oeste de Yabalia, mientras que vehículos militares israelíes abrieron fuego contra el barrio de Tel Al-Zaatar, en el campamento de refugiados de la misma zona, según testigos.

La brutal ofensiva israelí, que se ha intensificado desde el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, ha matado a más de 45.000 palestinos, la mayoría mujeres y niños.

Recientemente, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el exministro de Defensa Yoav Gallant, acusándolos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Además, Israel enfrenta una demanda por genocidio en la Corte Internacional de Justicia debido a sus acciones en Gaza.

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