Infracciones de Israel a tregua en Líbano impiden que miles vuelvan a casa
Miles de personas aún no lograron regresar a sus hogares en el Líbano debido a las repetidas violaciones de la tregua por parte de Israel, que ponen en duda el acuerdo de alto el fuego.
Para Fatma, residente del pueblo de Aitaroun, en la frontera sur del Líbano, volver a su hogar sigue siendo un sueño lejano. Miles de libaneses desplazados han regresado a sus aldeas tras el alto el fuego de 60 días que se acordó con Israel. Sin embargo, más de un mes después, Fatma sigue sin poder regresar, mientras que su hija, de casi un año, todavía no conoce el hogar de su familia.
"Intentamos regresar a Aitaroun en los primeros días del alto el fuego, pero las fuerzas israelíes presentes en el lugar nos dispararon", relató a TRT World la joven de 26 años, que pidió ser mencionada sólo por su nombre de pila por razones de seguridad. "No tuvimos más opción que dar la vuelta y desde entonces no hemos podido regresar" por miedo, añadió.
Pocas horas después del alto el fuego alcanzado entre Israel y el grupo libanés Hezbollah, más de 500.000 libaneses retornaron a sus aldeas y hogares en el sur del país.
Según la Organización Internacional para las Migraciones, en tres días se cerraron más de la mitad de los centros de desplazados creados para albergar a quienes huyeron de la violencia. Las familias, ansiosas por recuperarse de una guerra que duró un año, ignoraron las advertencias de los peligros que representaban el regreso inmediato a sus hogares.
Fatma y su familia de cuatro miembros, que actualmente viven en un apartamento en Beirut, se encuentran entre los 123.744 libaneses que siguen desplazados como resultado de la continua agresión israelí en territorio libanés. La tregua negociada por Estados Unidos exigía el cese de todas las operaciones militares de ambos bandos y estipulaba que Israel retiraría sus fuerzas del sur del Líbano en un plazo de 60 días. Al final de ese período, las tropas de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (UNIFIL, también conocida en español como FPNUL o FINUL) sustituirían a los soldados israelíes, y luego se desplegaría el ejército libanés para restablecer la soberanía sobre la región. Mientras tanto, los combatientes de Hezbollah acordaron retirarse a la zona situada detrás del río Litani.
Sin embargo, la realidad sobre el terreno muestra un panorama muy diferente.
Fatma comparte imágenes de folletos distribuidos por las fuerzas de la ONU a medida que se acercaban a su ciudad natal, advirtiendo sobre el peligro de las bombas sin explotar. De camino a su pueblo, Fatma vio casas demolidas antes de regresar a Beirut. / Foto: Zaynab Bazzi.
Resolución incumplida
La FINUL ha expresado reiteradamente su preocupación por las continuas violaciones israelíes. El 26 de diciembre, la agencia de la ONU dijo en una declaración que "existe preocupación por la continua destrucción por parte de (los soldados israelíes) en áreas residenciales, tierras agrícolas y redes de carreteras en el sur del Líbano", añadiendo que "esto viola la resolución 1701" de la ONU, que desde 2006 rige la relación entre Hezbollah e Israel.
Más recientemente, la UNIFIL declaró el 4 de enero que sus cascos azules presenciaron cómo un bulldozer de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) destruía un barril azul que marcaba la línea de retirada entre el Líbano e Israel, junto con una torre de observación de las Fuerzas Armadas Libanesas.
La torre estaba ubicada junto a una posición de la UNIFIL en Labbouneh. "La destrucción deliberada y directa por parte de las FDI de de bienes e infraestructuras claramente identificables de la UNIFIL y de las Fuerzas Armadas Libanesas es una flagrante violación de la resolución 1701 y del derecho internacional", señaló el comunicado.
Tales incumplimientos, sumados a que fuentes militares israelíes han sugerido, según informes publicados por el medio israelí Yedioth Ahronoth, que Israel no considera la fecha de retirada como algo "sagrado", son lo que más preocupa a Fatma.
"Fuimos de los primeros en huir de nuestros hogares, y somos los últimos en regresar", dijo Fatma, recordando cómo dejaron todo atrás en Aitaroun el 9 de octubre de 2023.
"Es decir, si alguna vez llegamos a regresar. No sabemos nada de lo que pasó con nuestras casas y pertenencias allí, especialmente ahora que los bombardeos y la destrucción continúan", añadió.
Los libaneses desplazados amontonan sus pertenencias encima de sus coches, que sirven como refugios temporales después de que sus casas fueran destruidas por Israel. / Foto: Aziz Taher. Reuters..
Alto el fuego incompleto
De manera similar, Ibrahim al-Hajj, de 28 años, dijo que no pudo acercarse a los alrededores de su pueblo natal, Kfar Kila, en la frontera sur, debido a la fuerte presencia israelí y la extensa destrucción en la zona.
"Las noticias que nos llegan son aterradoras. Algunos dicen que Israel planea crear una zona de amortiguamiento, aislando nuestra ciudad y manteniéndola bajo ocupación. Incluso si eso no es cierto, la destrucción aquí es tan grave que nuestra ciudad se ha vuelto inhabitable", indicó el funcionario del gobierno.
La agencia de noticias libanesa ha reportado varios incidentes de agresión israelí y violaciones de la tregua en distintas aldeas. El 27 de diciembre, la Agencia Nacional de Noticias informó que miembros de la UNIFIL y la Cruz Roja Libanesa encontraron a una mujer de 75 años muerta por disparos en su casa, ubicada en la aldea de Yaroun, cerca de la frontera, a pesar de que no había salido de su hogar durante toda la ofensiva.
La agencia también reportó incidentes en los que se izaron banderas israelíes en suelo libanés y la construcción de barreras de arena. Según informes, Israel cometió más de 800 violaciones aéreas y terrestres al alto el fuego entre el 27 de noviembre y el 22 de diciembre.
"No pudimos ni siquiera acercarnos a nuestras casas, porque las fuerzas israelíes siguen controlando la zona y continuando con sus prácticas bárbaras", comentó al-Hajj.
Una mujer desplazada mira desde una ventana a una escuela convertida en refugio que alberga a personas desplazadas que huyeron de Baalbek y sus alrededores, en la montañosa ciudad cristiana de Deir al-Ahmar, en el este del Líbano. / Foto: Mohamed Azakir. Reuters.
Aldeanos decididos
Hussein Jaafar, vicealcalde de Yaroun, expresó a TRT World que una gran parte de los residentes de la aldea teme que las fuerzas israelíes no se retiren como se prometieron.
"Hay una creciente sensación de incertidumbre sobre si Israel realmente se irá o no. Nos preocupa que este alto el fuego sea solo una táctica para ganar tiempo, no un verdadero camino hacia la paz", señaló Jaafar.
Sin embargo, destacó que, a pesar de los continuos bombardeos, la gente de su pueblo sigue firme. "Nos negamos a abandonar nuestra tierra. El enemigo podrá ocupar nuestra tierra, pero nunca la abandonaremos. Lucharemos para proteger nuestros hogares".
Los ciudadanos libaneses que regresan a sus hogares tras el acuerdo de alto al fuego entre Líbano e Israel se enfrentan al impacto de la amplia destrucción en la zona de Dahiyeh, en la capital, Beirut, Líbano, el 28 de noviembre de 2024. Foto: AA.
Según el analista político y periodista Muhammad Alloush, la resistencia popular es un escenario muy probable si Israel decide ignorar sus obligaciones bajo la tregua.
"El Líbano vive hoy una experiencia nueva en su tipo, basada en la capacidad del Estado libanés, del ejército libanés y de la comunidad internacional que ha patrocinado el acuerdo para controlar a los israelíes e impedirles su penetración. En caso de fracaso, el Estado se ocupará de buscar soluciones, y una de las soluciones más destacadas que se propondrá directamente será la resistencia", afirmó.
Sin embargo, para Fatma, la perspectiva de un desplazamiento prolongado sigue siendo su peor pesadilla. "Mi bebé no ha experimentado nada más que desplazamiento, incertidumbre y guerra", dice con tristeza.