“Niños hechos pedazos”: los desgarradores testimonios de masacre en Rafah
El bombardeo de Israel contra un campo de desplazados en Rafah, en el sur de Gaza, mató a por lo menos 45 personas y provocó un gran incendio. Sobrevivientes palestinos relatan las escenas de terror.
Primero fue el ruido: un sonido paralizante. Algo muy fuerte. El cielo se iluminó con un destello y el fuego explotó. Igual que el horror y los gritos de las cientos de personas desplazadas que se refugiaban en un campamento de Rafah, en el sur de Gaza, cuando Israel lo bombardeó la noche del domingo.
El saldo es de al menos 45 personas muertas, pero más allá de la cifra están los relatos y las imágenes que desvelan el terror de una masacre perpetrada sobre un enclave sometido a casi ocho meses de ataques.
"Estábamos rezando y preparando las camas de nuestros hijos para dormir. No había nada inusual, entonces oímos un ruido muy fuerte, y el fuego estalló a nuestro alrededor", contó Umm Mohamed Al-Attar, una madre palestina. "Todos los niños empezaron a gritar (...) El sonido era aterrador. Sentíamos como si el metal estuviera a punto de derrumbarse sobre nosotros, y la metralla caía en las habitaciones", recuerda.
Imágenes de video captaron las llamas que desató el bombardeo en medio de la noche, mientras personas gritaban impactadas. “Sacamos a niños que estaban hechos pedazos. Sacamos a jóvenes y personas mayores. El incendio en el campamento fue irreal”, relató Mohamed Abuassa, quien corrió al campo de desplazados en el vecindario Tel al-Sultan para ayudar tras el bombardeo. En sus palabras, los rescatistas sacaron “a personas que estaban en un estado irreconocible”.
Por su parte, Mohamad Hamad, palestino en el centro de desplazados, cuenta sin rodeos: "Las personas no fueron heridas ni asesinadas: fueron carbonizadas". A su alrededor, un día después del ataque, niños recogen bolsas de patatas fritas que se salvaron de las llamas mientras que un grupo de hombres limpia lo que queda de las carpas.
"La hija de mi primo, una niña de 13 años como mucho, fue una de las 'mártires'. Sus rasgos eran irreconocibles porque la metralla le arrancó la cara", continúa Hamad, de 24 años.
“¿Qué hemos hecho para merecer esto?”
El saldo del ataque de Israel es de al menos 45 personas muertas. Foto: Getty Images
Las plegarias y los clamores tras la masacre se extienden por toda el área de Tal al Sultan. “¿Qué hemos hecho para merecer esto? Ayunamos, rezamos y te adoramos Dios, ten piedad de nosotros Dios”, rezaba una mujer en medio de las decenas de muertos. Había perdido a un familiar. “Dios, te pido por nuestros hijos, por nuestros niños y jóvenes. Ya es suficiente lo que hemos soportado. Ya es suficiente, Dios”, insistía.
La clínica de Tal al Sultan, tiene el piso cubierto de cuerpos envueltos en sábanas blancas. Los muertos se cargan después en camionetas para ser enterrados.
En medio de esta procesión, Ahmed Miqdad llora a su hermana, Yasmine, quien falleció en el ataque. "Estaba embarazada de siete meses, su recámara fue bombardeada", relata.
Muchas de las personas en el campamento de Rafah ya habían sido desplazadas previamente de otras partes de Gaza. Foto: Getty
Otros comparten su dolor. Sentado junto a los cadáveres de sus familiares, Abed Mohamed al-Attar lanza: “Aquí está (mi hermano) con su esposa, fueron martirizados”. Y entonces se pregunta: "¿Qué han hecho para merecer esto? Sus hijos han quedado huérfanos".
Al-Attar también señaló que Israel mintió cuando dijo a las personas en Gaza que estarían seguras en las zonas occidentales de Rafah. Su hermano, su cuñada y varios familiares más murieron en el incendio. "El ejército miente. No hay seguridad en Gaza. No hay seguridad, ni para un niño, ni para un anciano, ni para una mujer”.
Un grupo de palestinos que se refugió en esta parte de la ciudad tras recibir órdenes del Ejército comparte su incomprensión por el bombardeo. "Nos lanzaron octavillas para decirnos que fuéramos a la zona humanitaria de Tal al Sultan, así que obedecimos y vinimos aquí", cuenta Abu Mohamed, un hombre que llegó a Rafah desde Gaza apenas unas semanas después del inicio de la guerra.
“Gaza es el infierno en la tierra”
Las organizaciones de asistencia en el enclave asediado también denunciaron la devastación de los ataques. La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) relató de manera desgarradora que durante la emergencia “oíamos las voces de los niños mientras lloraban a gritos. Nadie pudo salvarlos”. También sostuvo que "cada día mueren más civiles y las familias tienen que vivir en condiciones indecibles".
Al día siguiente del bombardeo, la agencia sostuvo que "Gaza es el infierno en la tierra. Las imágenes de anoche (domingo) son una prueba más de ello”.
Por su parte, Mohamad al Mughayyir, jefe de la agencia de protección civil de Gaza, aseguró: “Vimos cuerpos carbonizados y miembros desmembrados tras el uso de (...) misiles que provocaron un incendio masivo”. Y añadió que "entre los muertos había personas desmembradas, niños, mujeres y ancianos".
También explicó que la escasez de combustible y la falta de agua dificultaron las operaciones para apagar el incendio.
De acuerdo a la UNRWA aproximadamente un millón de personas han huido de la ciudad de Rafah en las últimas tres semanas, cuando Israel intensificó sus operaciones en la ciudad, a pesar de los reiterados llamados internacionales para detener sus ofensiva militar. La mayoría de ellos ya ha sido desplazada varias veces durante los últimos ocho meses.