¿Podrían las protestas en Israel convencer a Netanyahu de un alto el fuego?

Las mayores protestas en Israel para cese al fuego se desataron tras la muerte de seis rehenes, aumentando como nunca la presión sobre Netanyahu, quien se resiste a ceder por “supervivencia política”.

Manifestantes marchan durante una protesta antigubernamental para pedir acciones que garanticen la liberación de los rehenes israelíes que se encuentran cautivos en Gaza. Foto: AFP
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Manifestantes marchan durante una protesta antigubernamental para pedir acciones que garanticen la liberación de los rehenes israelíes que se encuentran cautivos en Gaza. Foto: AFP

Entre el luto y la indignación, cientos de israelíes salieron a las calles en protestas masivas y protagonizaron un paro general, luego de que el Ejército de su país encontrara los cuerpos de seis rehenes en Gaza. ¿Su objetivo? Presionar al Gobierno de Benjamín Netanyahu para lograr un acuerdo que permita regresar al resto de personas en poder del grupo de resistencia palestino Hamás.

Y esta es una distinción muy importante, pues lo que motivó a los israelíes a alzar su voz y tomar medidas es el hecho de traer de vuelta a casa a los rehenes. No la de lograr que las fuerzas de Tel Aviv dejen de bombardear Gaza, en un genocidio en curso que ya cobra la vida de más de 40.500 personas, la mayoría de ellas mujeres y niños.

La huelga de este lunes en Israel representó la mayor presión nacional que Netanyahu ha sufrido desde que desató su brutal ofensiva contra Gaza hace casi 11 meses. Muchos israelíes culpan a Netanyahu por el creciente número de rehenes muertos y exigen un acuerdo de alto el fuego que permita liberar a los aproximadamente 100 retenidos en poder de Hamás desde el ataque del 7 de octubre de 2023, que desató la desproporcionada respuesta de Tel Aviv.

Pero Netanyahu ya ha enfrentado antes una presión feroz para aceptar un acuerdo de tregua: desde socios gubernamentales clave hasta altos funcionarios de seguridad e incluso el aliado internacional más importante de Israel, Estados Unidos. Sin embargo, un acuerdo para poner fin a la ofensiva en Gaza sigue siendo difícil de lograr.

Este un vistazo a cómo las masivas protestas en Israel podrían afectar las próximas decisiones de Netanyahu sobre Gaza:

La postura de Netanyahu

Desde que comenzó la brutal ofensiva contra el enclave, muchos críticos han señalado que Netanyahu puso su supervivencia política por encima de todo lo demás, incluido el destino de los rehenes.

Su Gobierno depende del apoyo de dos partidos ultranacionalistas que, si bien alguna vez estuvieron al margen de la política israelí, ahora ocupan puestos clave en el gobierno.

Encabezados por el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, y el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, los partidos se oponen a cualquier acuerdo que ponga fin a la ofensiva en Gaza o libere a los prisioneros palestinos.

Además, prometieron sacar a Netanyahu del poder si acepta un alto el fuego, una medida que desencadenaría elecciones adelantadas que podrían llevar a su destitución del cargo.

Como excusa, el primer ministro acusa a Hamás por la falta del acuerdo.

“Lo que le importa es su supervivencia política”, dijo Reuven Hazan, politólogo de la Universidad Hebrea de Jerusalén. “Su supervivencia política con Ben-Gvir y Smotrich no le permite poner fin a la ofensiva y traer de vuelta a los rehenes”, añadió.

El primer ministro también está al borde de un juicio por corrupción. Si Netanyahu pierde el poder, se quedará sin plataforma para criticar al sistema judicial, al que acusa de ser parcial.

Tampoco podrá avanzar con los cambios que su Gobierno tiene previstos en el sistema legal, que según los críticos podrían impactar en el juicio y ayudarlo a evitar una condena.

Netanyahu argumenta que solo le preocupan los intereses del país e insiste en que la brutal ofensiva sobre Gaza es la mejor manera de lograr la libertad de los rehenes.

También pretende que cualquier acuerdo sobre el enclave mantenga a las tropas israelíes en dos corredores en Gaza, y reafirmó este lunes que nunca aceptará una retirada de esas áreas.

Por su parte, Hamás ha rechazado esas demandas porque las considera un obstáculo para el acuerdo. La línea dura de Netanyahu ha provocado enfrentamientos con su propio ministro de Defensa, quien dice que un acuerdo que libere a los rehenes debería ser una prioridad.

A medida que aumenta el número de víctimas en Gaza, con decenas de miles de muertos y territorios enteros destruidos, Israel está cada vez más aislado a nivel internacional.

Incluso su principal aliado, Estados Unidos, manifiesta sus reservas. Este lunes, cuando se le preguntó si Netanyahu estaba haciendo lo suficiente para negociar un acuerdo, el presidente Joe Biden respondió: “No”.

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Furia, protestas y huelga contra Netanyahu en Israel por muerte de rehenes

La mayor muestra de apoyo para un acuerdo sobre rehenes

Muchos israelíes sostienen que al no terminar la brutal ofensiva sobre Gaza, Netanyahu está poniendo en peligro las vidas de los rehenes.

Desde el comienzo de la agresión, Israel ha registrado protestas semanales en solidaridad con los rehenes, pero con el tiempo, a medida que los israelíes trataron de volver a una aparente normalidad o les empezaron a preocupar los temores de una guerra regional con Irán o el grupo militante Hezbollah, las protestas disminuyeron en tamaño.

Ello alivió la presión sobre Netanyahu y las conversaciones para un acuerdo fracasaron repetidamente.

Los límites de la presión pública

Ahora bien, la indignación pública actual tiene sus límites. La protesta del domingo no logró romper las fronteras políticas de larga data y parecía estar formada en gran parte por los mismos israelíes liberales y laicos que protestaron contra la reforma y contra el liderazgo de Netanyahu mientras era juzgado por presunta corrupción.

Muchos de los partidarios de Netanyahu dicen que ceder en cualquier posición en las negociaciones ahora, después de la muerte de los seis rehenes, sería una señal para Hamás de que puede beneficiarse.

De manera similar, la huelga del lunes reflejó esas mismas divisiones políticas. Municipios liberales en el centro de Israel, incluida Tel Aviv, se sumaron a la huelga, lo que llevó al cierre de guarderías y jardines de infantes públicos, así como de otros servicios.

Pero otras ciudades, en su mayoría con poblaciones conservadoras y religiosas que tienden a apoyar a Netanyahu, incluida Jerusalén ocupada, no se sumaron a la huelga. Y un tribunal laboral acortó la huelga varias horas, lo que limitó su eficacia.

Si no se producen protestas masivas y sostenidas en un sector más amplio de la sociedad, es difícil que Netanyahu sienta suficiente presión para cambiar su enfoque, señaló Hazan, el politólogo.

Y mientras su gobierno sea estable, puede ceñirse a sus demandas en las negociaciones para apaciguar a su coalición e ignorar por completo las protestas.

Aun así, los familiares de los rehenes encontrados muertos en Gaza expresaron su esperanza de que las protestas marcaran un punto de inflexión en la ofensiva que pudiera forzar el avance hacia un acuerdo.

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