Sueños rotos y trauma: impacto psicológico del genocidio en niños de Gaza

Los niños palestinos que sobreviven al genocidio se enfrentan no sólo a las cicatrices visibles, sino también al impacto psicológico provocado por la destrucción de sus hogares, muerte de seres queridos e inseguridad constante.

Actividad para apoyar la salud mental de los niños palestinos afectados por los recientes combates entre Israel y Gaza, en Gaza / Foto: Reuters
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Actividad para apoyar la salud mental de los niños palestinos afectados por los recientes combates entre Israel y Gaza, en Gaza / Foto: Reuters

Antes de que las fuerzas israelíes bombardearan su casa y obligaran a su familia a emprender un largo viaje con la esperanza de encontrar seguridad en algún lugar, Muhammed Mousa, de 14 años, era un niño como cualquier otro en Gaza.

Mousa soñaba con convertirse en programador informático y con probar suerte en kickboxing profesional, para lo cual entrenaba regularmente. Se esforzó en mejorar sus habilidades en inglés y planeó solicitar becas en escuelas extranjeras.

Sin embargo, desde el 7 de octubre no tuvo tiempo de pensar en nada de eso.

Debido a los brutales ataques israelíes, ha estado en constante movimiento con su familia. En octubre huyeron de su hogar en Tel al-Hawa, en el oeste de Gaza; luego a Al-Maghazi, en el centro, y luego a Rafah, en el sur, donde se unieron a más de un millón de palestinos desplazados, antes de que el ejército israelí les ordenara también irse de la zona.

Desde entonces, lo único en lo que piensa es en volver a la seguridad de su hogar. “Pienso en regresar a nuestro vecindario después de la guerra, pero me preocupa que, dado que nuestra casa y nuestro vecindario fueron bombardeados, ya nada vuelva a ser como antes", expresó en diálogo con TRT World.

Al igual que Mousa, otros cientos de miles de niños supervivientes han estado viviendo en constante temor. El trauma es enorme: han presenciado la muerte de familiares y amigos en los bombardeos, han dormido en tiendas de campaña escuchando incesantes ataques, y huyeron una y otra vez, sin un lugar seguro donde recuperarse.

Expertos citados por la agencia de noticias AP indican que hay alrededor de 1,2 millones de niños que necesitan apoyo psicosocial, es decir, casi todos los niños de Gaza.

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Niños palestinos buscan agua en Rafah.

Nostalgia por la vida antes del genocidio

Los ataques israelíes tienen un terrible impacto psicológico en los menores de Gaza. Algunos han intentado suicidarse; otros hablan con sus mascotas sobre la muerte. Y en todas partes han asumido el papel de cuidar a sus hermanos menores.

Maha Salloha, de siete años, que había comenzado su segundo año de escuela antes del comienzo de la ofensiva israelí, añora volver a la vida que tenía antes.

“Realmente quiero que estas cosas malas terminen pronto. Estoy muy cansada. Espero que cuando todo vuelva a la normalidad, pueda jugar como quiera y regresar a mi escuela, a pesar de que fue destruida”, sostiene.

Maha y su familia vivían en el barrio de Al-Remal, en el norte del enclave sitiado, pero fueron desplazados cinco veces.

“Sueño con ser médica para poder tratar a todos los heridos”, señala. Sin embargo, admite que su deseo principal es regresar a su casa, donde tiene todos sus juguetes y ropa, y donde poder abrazar a su madre y a su padre cada mañana sin temer por su seguridad.

Un estado constante de inseguridad

En esta línea el psicólogo Elif Banu Ucar, radicado en Estambul, explica que los niños palestinos se han quedado sin estabilidad tras la destrucción de sus rutinas, del entorno familiar, sus hogares y escuelas.

Aunque no ha trabajado directamente con niños gazatíes, según sus experiencias previas "la estabilidad y las rutinas son esenciales para que los niños se sientan seguros".

Al enfatizar la importancia crítica del apego seguro como una de las cinco necesidades emocionales fundamentales de un niño, asegura que la sensación de seguridad entre los niños palestinos se ha deteriorado por completo.

“La incertidumbre generalizada en Gaza ha sumido a todos los niños en un profundo estado de inseguridad, un entorno en el que el próximo momento es impredecible, lo que exige un movimiento constante y los somete a peligros y miedos persistentes”, afirma.

Agravados por el bloqueo, estos niños enfrentan pobreza y hambre, lo que vuelve aún más difícil su situación.

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Mousa celebra su último cumpleaños con un pastel con forma de guantes de kickboxing, un guiño a su pasión por este deporte.

Una década de trauma

Aunque la ofensiva que comenzó el 7 de octubre es la más letal de la última década, muchos jóvenes ya han presenciado otras, y cada una dejó una huella en sus breves vidas.

En medio de este ciclo recurrente de violencia, su infancia se ha formado bajo la sombra persistente de la guerra y el asedio.

Iman Farajallah, psicólogo nacido y criado en Gaza, explica que el trauma generalizado manifestado en los niños palestinos debido a las sucesivas ofensivas israelíes ha impactado en su bienestar mental y emocional.

“Los niños en Gaza sufren una forma de trauma, conocido como trauma continuo complejo, caracterizado por una exposición prolongada a múltiples eventos traumáticos, que comienza en la primera infancia y persiste durante un período prolongado”, detalla. A diferencia de los incidentes traumáticos aislados, esto implica factores estresantes continuos que abruman los mecanismos de afrontamiento del niño.

Bajo la carga de estos factores estresantes y persistentes, los niños pueden muestrar comportamientos erráticos, incluidos intentos de suicidio, impulsados ​​por sentimientos de desesperación y trauma.

Farajallah señala que para los niños palestinos, tales acciones pueden funcionar como una forma de protestar y rechazar la dura realidad del genocidio, la destrucción y la pérdida.

"Esto da como resultado una sensación generalizada de impotencia y desesperanza, alimentada por las duras y discriminatorias políticas de la ocupación israelí que ya lleva 75 años", añade.

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Maha (centro) y sus amigos, todavía con sus uniformes escolares, pasan el rato después de la jornada escolar.

¿Es posible superar el trauma?

Ambos psicólogos afirman que ningún tratamiento psicológico sería realmente efectivo en este momento, ya que el requisito esencial para el bienestar psicológico es la existencia de un espacio seguro y una sensación de seguridad. Y ni siquiera un alto el fuego en Gaza podría lograr que se sientan seguros.

En esta línea aseguran que el primer paso en el camino hacia el bienestar mental de niños y adultos en Gaza es el fin de la ocupación. Por eso, cualquiera que aspire a la mejora de la salud mental tanto de los niños como los adultos gazatíes debe abogar por el fin de la ocupación y la libertad del pueblo palestino.

"Éste es el apoyo psicológico que necesita el pueblo de Gaza: defender su libertad", afirma Elif Banu Ucar.

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