México y Guatemala acuerdan seguridad fronteriza ante violencia de cárteles
La reciente desplazamiento de mexicanos de Chiapas debido al crimen ha activado protocolos de atención y respuesta para brindar asistencia humanitaria a las personas afectadas.
México y Guatemala acordaron realizar operaciones de seguridad conjuntas en su frontera después de que cientos de mexicanos huyeran a Guatemala por temor a ser reclutados forzosamente por cárteles de la droga enfrentados.
El acuerdo se alcanzó el viernes después de reunirse los ministros de Relaciones Exteriores y las autoridades de seguridad e inmigración de ambos países.
"Los dos países acordaron realizar operaciones conjuntas, en tierra y aire, en ambos lados de la frontera", dijeron los gobiernos en una declaración conjunta, agregando que se volverían a reunir para conversaciones de seguridad de alto nivel a fines de mes.
La ministra de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, dijo más temprano ese mismo día que desde el 23 de julio, alrededor de 400 personas habían abandonado la ciudad de Amatenango en Chiapas, y aproximadamente la mitad aún se encontraba en el municipio guatemalteco de Cuilco.
"Lo que más preocupa a estas familias es que (los grupos criminales) han empezado a reclutar jóvenes... Por eso se han pasado al otro lado", dijo en rueda de prensa.
La zona fue escenario de "constantes enfrentamientos" entre dos bandas, añadió Bárcena.
Reforzar la seguridad
Las salidas de civiles fueron reportadas por primera vez a fines de julio por las autoridades guatemaltecas, quienes dijeron que estaban reforzando la seguridad a lo largo de la frontera en respuesta.
Chiapas, un destino turístico que alberga una exuberante selva, comunidades indígenas y antiguas ruinas mayas, ha visto intensificarse las guerras territoriales entre dos poderosos cárteles involucrados en el tráfico de drogas y personas.
A finales de junio, un enfrentamiento en Chiapas dejó 19 muertos, incluidos varios guatemaltecos.
A principios de ese mes, la violencia desplazó a varios miles de personas en el estado sureño.
La creciente violencia criminal ha provocado el asesinato de más de 450.000 personas en México desde que el gobierno del entonces presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva militar contra las bandas de narcotraficantes en 2006.
Muchas de las víctimas son hombres jóvenes que frecuentemente son elegidos por los cárteles para su reclutamiento forzado.