Nicaragua prevé mantener su crecimiento económico entre un 3,5% y un 4,5%
El Banco Central de Nicaragua informó que “las condiciones domésticas y externas permanecen propicias para que la economía crezca en 2024 conforme lo esperado”.
Nicaragua prevé mantener su crecimiento económico entre un 3,5 por ciento y un 4,5 por ciento para el año 2024, según ha informado el Banco Central de Nicaragua (BCN).
En esta línea, el BCN indica que el crecimiento esperado del Producto Interno Bruto (PIB) se mantiene en el mismo rango que la proyección de enero, con una estabilidad prevista en el mercado laboral, estimando una tasa de desempleo promedio entre el tres por ciento y el 3,5 por ciento.
Los indicadores macroeconómicos del primer trimestre de 2024 muestran un buen desempeño continuo en la economía de Nicaragua, reflejado en un crecimiento sostenido, especialmente en actividades como hoteles, restaurantes, comercio y construcción, entre otras.
"Las condiciones domésticas y externas permanecen propicias para que la economía crezca en 2024 conforme lo esperado. Así, el mercado laboral continúa estable, con una baja tasa de desempleo, la inflación nacional muestra una desaceleración gradual inducida en parte por la reducción de las presiones externas, continúa el dinamismo de la intermediación financiera con los depósitos y el crédito creciendo a tasas de dos dígitos", señala el reporte del banco central nicaragüense.
A pesar de las condiciones favorables tanto a nivel interno como externo, se señalan riesgos derivados de conflictos geopolíticos, condiciones financieras internacionales rigurosas y una persistente inflación global. En este contexto, las actividades de pesca y acuicultura, así como agricultura, han experimentado descensos.
La tasa de desempleo se mantuvo en un 3,7 por ciento en febrero, con una mejora en la participación laboral, aunque aún por debajo de los niveles anteriores a la pandemia. La inflación nacional sigue disminuyendo gradualmente, situándose en un 5,44 por ciento interanual en marzo, aunque persisten ciertas presiones en los precios de alimentos y servicios.
Las remesas familiares, aunque desaceleradas, continúan creciendo a tasas de dos dígitos. Los términos de intercambio muestran mejoras, aunque se observa una menor demanda externa en enero, lo que ha impactado las exportaciones, aunque se espera una reversión de esta situación durante el año.
A pesar de las perspectivas favorables para 2024, el BCN advierte sobre posibles riesgos, como conflictos geopolíticos, que podrían aumentar los precios del petróleo y alimentos, así como los efectos de una política monetaria global más estricta. Además, persisten riesgos relacionados con eventos climáticos en el país centroamericano.