“Vocholandia”, el barrio en México que mantiene vivo al Volkswagen Beetle

Un vecindario en las afueras de Ciudad de México mantiene el legado del icónico Volkswagen Beetle, también llamado “Escarabajo”, con talleres y entusiastas que se dedican a restaurar este modelo.

La taxista Janette Navarro conduce su Volkswagen Beetle, fabricado en 1996. por una colina empinada en el barrio Cuautepec de la Ciudad de México, el viernes 21 de junio de 2024. Ella explica que sigue usando el auto porque es económico y su motor en la parte trasera hace que tenga potencia. Foto: AP
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La taxista Janette Navarro conduce su Volkswagen Beetle, fabricado en 1996. por una colina empinada en el barrio Cuautepec de la Ciudad de México, el viernes 21 de junio de 2024. Ella explica que sigue usando el auto porque es económico y su motor en la parte trasera hace que tenga potencia. Foto: AP

El Volkswagen Beetle de Janette Navarro, fabricado en 1996, ruge mientras sube una colina empinada con vista a casas de concreto apiladas cual si fueran cajas en las afueras de la Ciudad de México.

Ella pisa el acelerador mientras adelanta a otro Beetle, también llamado “Escarabajo”, tal como el suyo pero color verde limón. Después pasa a otro de color rojo y amarillo, y a otro pintado de un brillante azul marino.

"Ningún otro coche sube hasta aquí", dice Navarro, "solo el ‘Vocho’". Así es como se le conoce en México a este icónico modelo.

El Volkswagen Beetle pudo haber nacido en Alemania, pero en este barrio empinado en las afueras de la Ciudad de México no cabe ninguna duda al respecto: el "Escarabajo" es el rey.

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Después de que en México se detuviera la producción de los modelos antiguos en 2003, y posteriormente de los modelos más recientes en 2019, la población de los Volkswagen Beetle va en declive. Foto: AP

El Beetle tiene una larga historia en la capital del país. Los modelos antiguos como este —que alguna vez se utilizaron como taxis— salpicaban las calles de la ciudad y ofrecían una imagen pintoresca que fascinó a muchos visitantes de todo el mundo. Al punto que durante un buen tiempo se le conoció como "el auto del pueblo".

Pero después de que en México se detuviera la producción de los modelos antiguos en 2003, y posteriormente de los modelos más recientes en 2019, la población de los Volkswagen Beetle va en declive en el área metropolitana de 23 millones de habitantes. Sin embargo, en el vecindario norteño de Cuautepec, estos vehículos clásicos aún llenan las calles, tanto que el área recibió el apodo de "Vocholandia".

Taxistas como Navarro dicen que continúan usando los “Vochos” porque son económicos y porque el motor ubicado en la parte trasera del vehículo le da más potencia para subir las empinadas cuestas del barrio.

Navarro comenzó a conducir este modelo hace ocho años como una forma de alimentar a sus tres hijos y pagarles el estudio.

"Cuando me preguntan qué hago por trabajo, digo con orgullo que soy vochera (conductora de ‘Vocho’)", dijo Navarro un día antes del Día Internacional del Volkswagen Beetle.

"Me sostengo con este trabajo... Es mi adoración, este carro es mi amor" exclamó.

Aunque algunos de los autos más antiguos están deteriorados y han perdido su color por años enteros de desgaste, otros conductores mantienen sus Beetles decorados y en plena forma.

Un conductor nombró su brillante coche azul como "Gualupita" en honor a su esposa, Guadalupe, y adorna la parte inferior con llamas de aluminio que salen del logo de Volkswagen.

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El Volkswagen Beetle azul brillante propiedad del taxista Claudio García al que llamó "Gualupita". Foto: AP

Otro dueño pintó su auto de rosa y blanco, y le pegó ojos de gato rosados en las luces delanteras.

Sin embargo, mecánicos de la zona como David Enojosa afirman que conducir “Vochos” es una tradición que está desapareciendo. El pequeño taller de la familia de Enojosa en la ciudad solía vender piezas y hacer mantenimiento principalmente de Beetles. Pero, desde que Volkswagen detuvo la producción hace cinco años, las piezas han sido más difíciles de conseguir.

"Con la tendencia actual, los “Vochos” desaparecerán en dos o tres años", advirtió Enojosa, con las manos ennegrecidas por la grasa de automóviles. "Antes teníamos demasiadas piezas, pero ahora no hay suficientes. Así que tienen que buscar piezas en otros talleres de reparación o chatarrerías".

Mientras hablaba, llegó un cliente con un tornillo desgastado en busca de un reemplazo para el embrague de su Volkswagen. El cliente, Jesús Becerra, tuvo suerte: Enojosa le consiguió un nuevo tornillo brillante.

Los conductores menos afortunados tienen que dar muchas vueltas para encontrar ciertas piezas. Incluso muchos coches caen en desuso y no pasan las inspecciones de emisiones.

Pero Becerra está entre aquellos que creen que los “Vochos” perdurarán en su vecindario.

"Es cuestión de adaptarse y encontrar una forma de hacerlo seguir funcionando", dijo.

Otros como Joaquín Peréz dicen que continuar conduciendo su Volkswagen Escarabajo estilo Herbie del año 1991 es una forma de mantener viva su tradición familiar. Él creció rodeado de “Escarabajos”, explicó mientras arrancaba su coche. Su padre era taxista al igual que él y él aprendió a conducir en un “Vocho”.

Ahora, después de 18 años de trabajo al volante, su auto está lleno de pequeños obsequios de su familia. Un pato de plástico de su hijo, una rana de peluche de su hija y una rosa de tela de su esposa.

"Esta zona, siempre, siempre desde que tengo memoria, ha sido un lugar de Vochos", dijo. "Este es el carro del pueblo".

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