5 pinturas que capturan el espíritu del artista palestino Sliman Mansour
Mansour plasma la resiliencia, el patrimonio y la identidad de Palestina a través de sus aclamadas pinturas.
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Mansour es especialmente reconocido por usar materiales naturales como barro y paja, lo que arraiga su trabajo en la misma tierra que los palestinos consideran sagrada. / Foto: @suleimanmanso13 en X.
Sliman Mansour, uno de los artistas contemporáneos más destacados de Palestina, fue recientemente galardonado con el prestigioso Premio Internacional de Cultura y Arte en la 11ª edición de los Premios Necip Fazıl en Estambul, en reconocimiento a décadas de trabajo resaltando la identidad, cultura y resistencia palestina a través del arte.
El premio, entregado por el presidente de Türkiye, Recep Tayyip Erdogan, reconoció su contribución al arte y la cultura global, así como su papel en llevar el arte palestino a la escena internacional.
En su discurso de aceptación, Mansour expresó su gratitud, calificando el premio como un "gran honor" y un paso importante hacia el reconocimiento mundial del arte palestino.
Nacido en 1947 en Birzeit, un pequeño pueblo cerca de Ramala, Mansour creció en medio de la turbulencia de la ocupación.
La ocupación ilegal israelí de los territorios palestinos marcó profundamente su trayectoria artística, inspirándolo a crear obras que narran la historia palestina con resiliencia, herencia y una fuerte conexión con la tierra.
Es especialmente reconocido por el uso de materiales naturales como barro y paja, anclando su obra en la propia tierra que los palestinos consideran sagrada.
Aquí presentamos cinco de sus piezas más notables que definen su visión artística:
Camello de cargas
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"Jamal Al Mahamel 2", de Suleiman Mansour (2005, una réplica de la versión perdida de 1970) en exhibición en el hotel Meydan de Dubai. Foto: @SultanAlQassemi en X
Quizás la pintura más icónica de Mansour, esta obra de 1973 representa a un hombre cargando Jerusalén sobre su espalda, simbolizando el inmenso peso del desplazamiento palestino.
El detallado retrato de la arquitectura de la ciudad sobre la figura encorvada captura la carga de la herencia y la lucha por una patria.
La cosecha de aceitunas
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La cosecha de Aceitunas, Sleiman Mansour. Foto: @quirkiebird en X
En esta vibrante representación de una familia recolectando aceitunas, Mansour celebra el vínculo íntimo entre los palestinos y su tierra.
El olivo, símbolo de resiliencia y supervivencia palestina, ocupa el centro de la pintura, representando la conexión inquebrantable del pueblo con sus raíces, incluso ante la adversidad.
La madre y el niño
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La madre y el niño (2009), de Sliman Mansour. Foto: @suleimanmanso13 en X.
Esta poderosa obra muestra a una madre palestina sosteniendo a su hijo en un abrazo tierno y protector.
La madre representa la fortaleza y la supervivencia, mientras que el niño simboliza la esperanza de un futuro mejor. La pintura resalta el papel vital de las mujeres en la preservación de la cultura y la familia en medio del conflicto.
La hija de Jerusalén
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La hija de Jerusalén, Sliman Mansour (1978). Foto: @artistsofcolour en X.
Mansour personifica a Jerusalén a través de la imagen de una mujer palestina fuerte, vestida con atuendos tradicionales.
Rodeada de elementos de la arquitectura icónica de la ciudad, simboliza el papel fundamental de las mujeres en la preservación de la cultura y la resistencia ante la desaparición forzada de su identidad.
Y el convoy sigue adelante…
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La lucha continúa (2016), Sliman Mansour. Foto: @suleimanmanso13 en X.
Esta dinámica pintura retrata una procesión de palestinos, capturando su espíritu inquebrantable y su perseverancia cultural.
El movimiento y la determinación de las figuras reflejan el enfoque de Mansour en la resistencia colectiva de su pueblo.