Cómo las telenovelas turcas moldean la percepción global del país
Las telenovelas turcas, que fusionan las características de la cultura local con atractivos universales, han transformado la percepción de Türkiye en el mundo.
Lubella Gauna nunca imaginó que una serie turca podría marcar un antes y un después en su vida.
Esta violinista y enfermera de origen mexicano, residente en Los Ángeles, comenzó a ver “Resurrección: Ertugrul” algunos años atrás. Se había enterado sobre el furor de la serie en redes sociales, y algunos amigos le insistieron para verla.
La cautivaron las narrativas épicas y la música tradicional turca que impregnan esta epopeya histórica, que narra la vida de Ertugrul Ghazi, padre de Osman I, el fundador del Imperio Otomano.
Inspirada, interpretó con su violín una versión del tema principal de la serie y lo publicó en internet. El vídeo se volvió viral, y acabó por llevarla al propio set de Ertugrul en Türkiye, donde pudo tocar esa música que la había conquistado.
“Todos en México aman las series turcas”, comenta. Comparte su devoción con su madre que, aún más fanática, ha visto Ertugrul incontables veces.
La conexión de Lubella con Ertugrul trascendió la música. Aunque la narrativa histórica la cautivó, fue el enfoque sobre la familia y la fe lo que realmente captó su atención. “Me abrió los ojos a la historia turca”, dice a TRT World.
Resurrección: Ertugrul, basada en la vida del líder turco musulmán oghuz del siglo XIII, ha conquistado al mundo.
La serie también despertó la curiosidad de Lubella por el islam. Lo que empezó como una fascinación pronto se convirtió en una exploración personal: primero decidió leer el Corán y, luego, convertirse al islam. Criada en una familia católica, Lubella comenta que el proceso fue "natural" y que la serie simplemente amplificó una conexión espiritual que ya existía en ella.
Nimet Ersin, de la facultad de Radio, Televisión y Cine de la Universidad Yeni Yuzyil de Estambul, señala lo que las investigaciones confirman: los espectadores con actitudes negativas preconcebidas hacia Türkiye suelen desarrollar una opinión más favorable después de ver estas series. "La gente incluso ve series turcas sin subtítulos", comenta.
Más allá de las anécdotas
La influencia de estas series es más que anecdótica. Las exportaciones de televisión de Türkiye alcanzaron los 600 millones de dólares en 2022.
Las telenovelas turcas han conquistado el mundo. Esta industria se ha convertido en la segunda más grande del mundo, con una demanda internacional que creció un 184% entre 2020 y 2023. En comparación, los dramas coreanos solo vieron un aumento del 73%.
Türkiye es ahora el tercer mayor exportador de series de televisión en el mundo, después de Estados Unidos y el Reino Unido. La televisión turca se mantiene firme como potencia global, con una audiencia de casi 750 millones de personas.
En el panorama cada vez más globalizado de la televisión, los dramas turcos, conocidos localmente como “dizi”, se han consolidado como un fenómeno tanto local como universal. Lo que comenzó como entretenimiento regional ahora trasciende fronteras, llegando a 170 países y una audiencia de millones.
Escenarios reales
Desde épicas históricas como Ertugrul hasta romances contemporáneos como Kara Sevda (Amor eterno), las series turcas conectan profundamente con el público internacional.En parte, este atractivo se debe a la belleza de los escenarios donde transcurren.
“El encanto de las series turcas radica en sus impresionantes localizaciones de grabación, desde el icónico Bósforo hasta los paisajes surrealistas de Capadocia y las majestuosas mansiones históricas”, dice Ahmet Ziyalar, de Inter Medya y distribuidor de Kara Sevda, ganadora de un Emmy.
Las series turcas suelen filmarse en escenarios reales en lugar de estudios, lo que “aumenta su autenticidad y atractivo visual”.
Kara Agac Destani, una nueva serie de TRT ambientada en Capadocia entre las décadas de 1950 y 1970, también ofrece un festín visual con la moda y el estilo de vida de la época, además de los fascinantes paisajes de Anatolia.
Ersin, de la Universidad Yeni Yuzyil de Estambul, asegura que la autenticidad de las series turcas es lo que las hace destacar. "El uso de música original añade peso emocional y profundidad cultural", le cuenta a TRT World.
La televisión turca, emblema de un fenómeno creciente y transcultural, ofrece una recreación meticulosa del pasado. Los trajes de época y la música tradicional aportan una autenticidad que cautiva incluso a los espectadores más experimentados, despertando en ellos el deseo de visitar Türkiye.
Un ejemplo de esto es Mahsuma Tastanova.
Tastanova creció en Uzbekistán soñando con Estambul, una ciudad que llegó a conocer a través de las telenovelas turcas.
De niña quedó fascinada por Calikusu (La Tórtola, o El Ruiseñor), una serie de 1986. Esto la llevó, décadas después, a establecerse en la ciudad que conecta Asia y Europa. Ahora pinta murales en el histórico barrio de Kadirga. La televisión turca no sólo moldeó sus sueños, sino que se convirtió en un puente para verdaderas transformaciones en su vida.
"Me siento muy afortunada de haberme mudado aquí y haber visto los colores vivos y los lugares históricos", dice, reflexionando sobre cómo la ciudad sigue "atrayendo a la gente".
A pesar del atractivo de las nuevas series turcas, Mahsuma sigue fiel a los dramas más antiguos como Calikusu. Esta narra la historia de Feride, una maestra de Estambul que vive un tumultuoso romance con su amor de la adolescencia, Kamuran, que la lleva por toda Anatolia.
Los amigos de Mahsuma en Uzbekistán también comparten su pasión por la televisión turca, aunque sus gustos se inclinan más hacia producciones modernas como Kara Sevda. Este éxito se estrenó en 2015 y sigue la historia de amor imposible entre Kemal, de una familia modesta, y Nihan, nacida en un mundo de lujos donde siente que no encaja del todo.
Más allá de sus impresionantes escenarios, los dramas turcos conectan con audiencias de todo el mundo porque tratan temas universales con los que el público se siente identificado.“Las series turcas parecen más cercanas a la vida real que a programas de televisión”, dice Mahsuma.
La música compuesta para la serie Calikusu de 1986 también se utilizó como tema principal en el remake de 2013, protagonizado por Burak Ozcivit (M), de Kara Sevda, con algunos retoques.
Un largo recorrido
Los canales de televisión privados surgieron en Türkiye en la década de 1990, tras años de monopolio estatal. Desde entonces, la competencia dentro de la industria ha elevado la calidad de las producciones, transformando a los actores locales en estrellas globales y aumentando el atractivo del contenido turco.
Según Ersin, la creciente calidad de las producciones turcas, impulsada por la competencia en la industria televisiva del país, ha desempeñado un papel crucial en su crecimiento.
La versión de 1975 de Ask-i Memnu (Amor Prohibido) se convirtió en la primera serie de televisión turca en ser exportada, vendiéndose a Francia a principios de la década de 1980. Un remake más reciente de esta serie también tuvo mucho éxito. “Sin embargo, el interés global realmente aumentó en 2006, cuando empezaron a venderlas en los países árabes”, añade.
Aunque los dramas turcos han dominado durante mucho tiempo los mercados de Oriente Medio, los Balcanes, América Latina, Asia del Sur y las naciones túrquicas, ahora las producciones turcas están enfocadas en conquistar América del Norte, Asia Oriental y el resto de Europa.
El auge de las plataformas digitales también ha ampliado el acceso a las series turcas. La comedia romántica turca Kimler Geldi Kimler Gecti (Thank You, Next) estuvo entre los 75 programas más vistos en Netflix entre enero y junio de 2024, según un informe del gigante del streaming.
La serie sigue a Leyla, una abogada exitosa que intenta encontrar el amor verdadero en el complicado mundo de las citas modernas tras una ruptura traumática.
Aunque los dramas turcos ya eran populares internacionalmente antes de las plataformas de streaming, Ersin señala que plataformas locales como Exxen, Gain, Blu TV y Tabii de TRT también han ampliado su alcance a nivel global.
“Estamos trabajando activamente para aumentar la accesibilidad y el atractivo de las series turcas en todo el mundo” mediante producciones con temas de contenido y de calidad, en colaboración con socios internacionales, explica Mustafa Ilbeyli, director de ventas de TRT.
Los temas culturalmente trascendentales de la televisión turca también están redefiniendo la percepción de Türkiye a nivel internacional.
Sin embargo, adaptarse a los nuevos hábitos de consumo en mercados emergentes se convierte en un reto.
Un vínculo duradero
Para los espectadores turcos, acostumbrados a episodios de dos horas de duración, estas narrativas ofrecen una continuidad que a menudo no encuentran en las producciones occidentales.
Aunque el formato largo es una característica distintiva de la televisión turca, el director de Operaciones de Inter Medya, Ahmet Ziyalar, reconoce que hay audiencias que no pasan tanto tiempo frente a la pantalla.
En Europa, por ejemplo, los espectadores prefieren episodios más cortos, de unos 20 minutos, señala. Para abordar este problema, los distribuidores turcos han comenzado a dividir o editar los episodios para que duren aproximadamente 45 minutos.
Esta preferencia por episodios más breves plantea desafíos en los mercados emergentes, donde la audiencia espera formatos más cortos. Los distribuidores turcos como Inter Medya están empezando a adaptarse, creando series más cortas y aptas para plataformas digitales. Este concepto de “televisión turca de nueva generación” es, según Ziyalar, un cambio necesario para mercados como Europa y América del Norte.
No obstante, Ziyalar es defensor del formato largo, argumentando que esas cualidades que para algunos son excesivas son las que dan a los dramas turcos su encanto distintivo. La continuidad, sostiene, tiene “un atractivo diferente” y permite un tipo de vínculo emocional que se desarrolla lentamente.
En Kara Sevda, Nihan está separada de su verdadero amor, Kemal. Cinco años después, su amor sigue intacto, pero Nihan está atrapada en un matrimonio con el despiadado Emir, quien no se detendrá ante nada para mantenerlos separados.
Catherine Terzis, una fan canadiense de los dramas turcos que recientemente descubrió Sen Cal Kapimi (Love is in the Air), quedó fascinada por la increíble duración de la serie.
“Es como ver minipelículas”, comenta. Cada episodio, con una duración de unas dos horas, ofrece una inmersión profunda en un mundo donde las tramas evolucionan a un ritmo pausado pero intenso.
A diferencia de las temporadas cortas de ocho episodios, típicas de las plataformas de streaming, Sen Cal Kapimi presenta un mundo amplio donde, a pesar de la duración maratónica, la trama “avanza rápidamente”. Para ella, hay algo refrescante en el ritmo pausado de la televisión turca.
No es solo la narrativa lo que ha captado su atención. Terzis quedó impresionada por el vestuario: aunque el programa tiene algunos años, observa que “la moda turca parece ir un paso por delante de la de Canadá”.
Tras su primer acercamiento a la televisión turca, ya está planeando ver más series de este país, especialmente cautivada por las actuaciones de Kerem Bursin, el protagonista de “Sen Cal Kapimi”.
Telenovelas turcas como Mawlana Jalaluddin Rumi y Yunus Emre: Askin Yolculugu (“El viaje del amor”) “destacan el lugar de Türkiye en el escenario cultural global, promueven el diálogo y fortalecen el poder blando del país”, señala Mustafa Ilbeyli, de TRT.
Sen Cal Kapimi es una comedia romántica que sigue a Eda, una mujer ambiciosa, y Serkan, un empresario adinerado, que fingen ser pareja por una oportunidad profesional, pero terminan enamorándose.