De tradición a innovación: la revolución de Abdullah Al-Fandi en Libia
En el corazón de las tierras agrícolas de Libia, Abdullah Al-Fandi combina la tradición con la innovación y es pionero en el primer proyecto de acuaponía del país para garantizar un futuro sostenible.
Trípoli, Libia -- En medio de las pocas tierras agrícolas que quedan en la zona de Najila, en Janzour, Libia, Abdullah Al-Fandi, un hombre alto y de complexión fuerte, vestido con una camiseta blanca con varios logotipos y pantalones deportivos negros con rayas rojas, trabaja duro en su finca.
Con su cabello oscuro y una expresión concentrada, cuida con esmero las hileras de lechugas de un verde brillante.
A unos 30 kilómetros al oeste de la capital, Trípoli, las tierras agrícolas han sido la principal fuente de ingresos para su familia, las cuales heredó de generaciones anteriores.
"Mi padre Ismail heredó esta granja de mi abuelo, quien la cultivaba con sus hijos. Mi abuelo tenía 20 hijos e hijas, y todos trabajaban juntos en la finca. No había trabajadores extranjeros: todos eran familia", cuenta Abdullah a TRT Español.
A pesar de su conexión profundamente arraigada con la granja, Abdullah, quien ahora tiene 30 años, insiste en que nunca lo presionaron para seguir los pasos de su padre. Foto: Khalil Ben Ismail
Durante tres décadas, Ismail cuidó la tierra como un pasatiempo, compartiendo los productos con familiares y amigos.
Sin embargo, en la última década, decidió convertirla en un negocio y todo comenzó con la venta de semillas y plantas de semilleros.
A pesar de esta conexión profundamente arraigada con la granja, Abdullah, quien ahora tiene 30 años, insiste en que nunca lo presionaron para seguir los pasos de su padre.
En cambio, el atractivo de la granja era la posibilidad de poder escapar: un refugio del paisaje cada vez más urbanizado y comercializado de Janzour.
Una cercanía con la naturaleza desde niño
Cuando era niño, Abdullah acompañaba todos los viernes a su padre a la granja. La jornada incluía una variedad de actividades, como jugar en la tierra, recoger verduras, regar plantas y entretenerse con ramas.
Estas primeras experiencias en la conservación de la tierra también lo acercaron a la naturaleza. En la casa familiar, había una gran variedad de plantas de interior.
En el corazón agrícola de Libia, Abdullah ha encontrado la manera de combinar la herencia agrícola de su familia con prácticas modernas de sostenibilidad. La apariencia moderna de Abdullah oculta la profundidad de su compromiso con la tierra que su familia ha cultivado durante generaciones.
Las primeras experiencias en la conservación de la tierra acercaron a Abdullah a la naturaleza. En la casa familiar, había una gran variedad de plantas de interior. Foto: Khalil Ben Ismail
Después de completar sus estudios universitarios en administración de empresas, Abdullah inicialmente eligió un camino diferente.
"Decidí dedicarme a la venta de productos y equipos agrícolas, aprovechando mi experiencia. Esta decisión me permitió estudiar el mercado libio de manera más íntima", explica.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que el llamado de la tierra se volviera imposible de resistir.
El viaje que abrió un mundo de posibilidades
Tras una visita a Egipto, Abdullah regresó a Libia con una visión: ser pionero en el primer proyecto de acuaponía del país. Foto: Khalil Ben Ismail
En 2022, un viaje a Egipto resultó ser el catalizador para el regreso de Abdullah a la agricultura. Al visitar a viejos amigos en October City, se encontró con un pequeño proyecto de acuaponía, una técnica que combina la acuicultura (cría de peces) con la hidroponía (cultivo de plantas en agua).
"Fue un descubrimiento casual, pero me resonó conmigo profundamente. Había estado trabajando como comerciante en el mercado agrícola, pero este proyecto me abrió los ojos a nuevas posibilidades", afirma Abdullah.
Inspirado por esta visita, regresó a Libia con una visión: ser pionero en el primer proyecto de acuaponía del país.
Justamente, la acuaponía le pareció a Abdullah la solución perfecta para los desafíos agrícolas de Libia.
Los pasos iniciales
"La idea comenzó a desarrollarse en mi mente tan pronto cuando regresé de Egipto", afirma. "Conocía los problemas de la agricultura tradicional en Libia: la escasez de agua, la mala calidad del suelo y los altos costos. La acuaponía ofrecía una forma de superar estos desafíos", explica.
Sin embargo, el camino desde la idea hasta la implementación no fue fácil.
Los primeros pasos de Abdullah incluyeron una extensa investigación en línea y capacitación.
"Me conecté con expertos en el campo, comenzando con la Escuela de las Islas Vírgenes en Estados Unidos, que es pionera en esta técnica. Me comuniqué con ellos a traves de LinkedIn, participé en cursos de capacitación y pasé unos seis meses aprendiendo todo lo que pude", relata Abdullah.
El sistema de acuaponía desarrollado por Abdullah es un circuito cerrado donde los peces y las plantas se benefician mutuamente. Foto: Khalil Ben Ismail
A pesar de prepararse, Abdullah enfrentó grandes obstáculos cuando intentó replicar el modelo de acuaponía en Libia. "La falta de consultores locales y la dificultad para obtener materias primas hicieron que el proyecto fuera costoso y desafiante", explica.
Pero Abdullah no se rindió: "Decidí construir el proyecto lentamente, por etapas, con un presupuesto limitado y un apoyo mínimo. Afortunadamente, hemos llegado a una buena etapa".
Los primeros retos que enfrentó Abdullah
Abdullah comenzó con un estudio de viabilidad para evaluar el potencial del proyecto, pero recopilar información precisa sobre el mercado en Libia fue complicado.
"La información era limitada y no estaba disponible fácilmente", señala. "Tuve que depender de las interacciones con agricultores, comerciantes y familiares para obtener lo que necesitaba".
Conseguir inversión financiera fue otro desafío, pero la familia de Abdullah intervino para ayudar. "Mis padres fueron los primeros en apoyarme, y su fe en mi visión fue clave", dice.
El sistema de acuaponía desarrollado por Abdullah es un circuito cerrado donde los peces y las plantas se benefician mutuamente.
"Recogemos el agua en la que viven los peces y la hacemos circular hacia las plantas, donde absorben los nutrientes. Las plantas, a su vez, limpian el agua antes de que regrese a los peces", explica Abdullah.
Este sistema no solo conserva el agua –un recurso crítico en la árida Libia– sino que también permite la agricultura se desarrole todo el año, incluso en el desierto.
Una vez asegurados los fondos necesarios, Abdullah comenzó a reunir equipos y materiales, un proceso que requirió paciencia y perseverancia.
"La mayor parte del equipo estaba disponible localmente, pero algunos elementos, como los invernaderos y bombas específicas, eran más difíciles de conseguir y tardaron más tiempo", cuenta.
Y ahora, ¿cómo transportar los peces?
Transportar los peces fue todo un reto debido a las necesidades de oxígeno y condiciones específicas, pero Abdullah lo logró. Los peces prosperaron, y la demanda de tilapia se disparó en el mercado local. Foto: Khalil Ben Ismail
El siguiente paso fue adquirir los peces, específicamente la tilapia, conocida por su resistencia y popularidad.
El primer lote de pescado de Abdullah provino de Sokna, al sureste de Trípoli. "Empecé con unos 3.000 alevines", recuerda.
Transportar los peces fue todo un reto debido a lasnecesidades de oxígeno y condiciones específicas, pero Abdullah lo logró. Los peces prosperaron, y la demanda de tilapia se disparó en el mercado local, especialmente entre las comunidades de expatriados, superando sus expectativas.
"Obtuvimos beneficios sustanciales e incluso logramos vender parte del pescado dos veces", afirma, destacando la inesperada oportunidad de revender parte de sus suministros.
Sin embargo, la cría de los peces era solo una parte de la ecuación. La verdadera innovación consistía en utilizar los peces para fertilizar las plantas, creando un sistema autosostenible.
"El proceso de alimentación es sencillo, con una alta tasa de conversión de pienso a carne, pero nos centramos en utilizar el pescado para nutrir las plantas, garantizando que todo el sistema sea sostenible", enfatiza Abdullah.
Cosechar los frutos
A medida que el proyecto crecía, Abdullah enfrentó los desafíos típicos de cualquier empresa emergente, desde retrasos en los equipos hasta problemas de producción. "Tuvimos problemas con el agua de pozo y tuvimos que solucionarlos manualmente, sin productos químicos, lo que llevó tiempo", explica.
Pero en abril de 2024, el proyecto comenzó a dar frutos, literal y figurativamente. "Comenzamos a vender ensaladas y verduras de hojas verdes, y la respuesta fue positiva", cuenta Abdullah. "Ahora estamos trabajando para ampliar nuestra gama de productos y mejorar nuestras operaciones".
La rutina diaria en Hydro Harvest, la granja de Abdullah, comienza con la evaluación del agua a las 8:30 a.m. "Controlamos siete criterios en el agua para asegurarnos de que todo esté en equilibrio", explica.
Los peces se alimentan cuatro veces al día, y el resto del día se dedica a la recolección, siembra y mantenimiento. El marketing sigue siendo un reto, pero Abdullah es optimista. "Hemos conseguido nuevos clientes últimamente, y el futuro parece prometedor", afirma.
Hace seis meses, Abdullah solicitó apoyo a través de un programa de aceleración empresarial financiado por la Unión Europea. A pesar de los obstáculos iniciales, el programa lo ayudó a perfeccionar sus estrategias de marketing y gestión, lo que llevó a un crecimiento significativo. "Vimos un aumento del 200% en el número de clientes, y obtuve 20.000 euros que planeo invertir en la expansión del negocio", revela Abdullah.
El sueño sigue creciendo
De cara al futuro, Abdullah ve la acuaponía como una parte vital del paisaje agrícola de Libia.
"Si queremos mejorar la seguridad alimentaria y producir alimentos limpios y libres de químicos, debemos centrarnos en métodos sostenibles como la acuaponía", afirma.
Mientras la expansión urbana y la sequía amenazan la agricultura tradicional, la visión de Abdullah ofrece un rayo de esperanza para un futuro sostenible en Libia.
A través de Hydro Harvest, Abdullah no solo preserva el legado agrícola de su familia, sino que también es pionero en un nuevo camino a seguir, demostrando que con innovación y determinación, incluso los desafíos más abrumadores pueden transformarse en oportunidades.