La propuesta de Borrell sobre Palestina pone a prueba la moral de la UE

La Unión Europea enfrenta críticas por su doble moral: mientras promueve derechos humanos, sigue apoyando a Israel, priorizando intereses políticos y económicos.

A pesar de sus escasas posibilidades, la propuesta de Borrell marcó un momento significativo para la UE al invocar las disposiciones jurídicamente vinculantes sobre derechos humanos del Acuerdo de Asociación UE-Israel, un pacto que ha estado en vigor desde junio de 2000. / Foto: AA
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A pesar de sus escasas posibilidades, la propuesta de Borrell marcó un momento significativo para la UE al invocar las disposiciones jurídicamente vinculantes sobre derechos humanos del Acuerdo de Asociación UE-Israel, un pacto que ha estado en vigor desde junio de 2000. / Foto: AA

Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) rechazaron una propuesta del alto representante de política exterior del bloque, Josep Borrell, para suspender el diálogo diplomático con Israel, durante una reunión que se realizó esta semana en Bruselas.

Borrel había enviado a los ministros una carta en la que expresaba "graves preocupaciones sobre posibles violaciones del derecho internacional humanitario en Gaza".

Sin embargo, la propuesta requería la aprobación unánime de los 27 estados miembros de la UE, una tarea difícil debido al apoyo incondicional de algunos países europeos hacia Israel, a pesar de las acusaciones de crímenes de guerra.

En este marco, el analista palestino Ramzy Baroud afirma que "armar, financiar y apoyar a un país que lleva a cabo un genocidio demuestra la complicidad compartida de Europa".

“El Artículo 2 del Acuerdo de Asociación UE-Israel obliga a las partes a respetar los derechos humanos y los principios democráticos tanto a nivel nacional e internacional”, señala Baroud.

“Muchos miembros de la UE han desempeñado un papel crucial al permitir que Israel financie, legitime, respalde y apoye sus crímenes de guerra a cada paso”, afirma Baroud al canal TRT World.

A pesar de la escasa probabilidad de que la propuesta fuera aprobada, Borrell usó esta oportunidad para hacer un llamado a las disposiciones vinculantes de derechos humanos del mencionado acuerdo, vigente desde el año 2000, y advirtió que la inacción de la UE frente a las acciones de Israel en Gaza pone en peligro la credibilidad del bloque.

En una conferencia de prensa, Borrell describió las condiciones “apocalípticas” en Gaza y la creciente crisis humanitaria en Líbano como las razones detrás de su propuesta de suspensión. “La mayoría de los Estados miembros, sin embargo, consideraron que era mejor mantener una relación diplomática y política con Israel. Como era de esperar, la decisión no se tomó”, comentó Borrell.

No obstante, el principal diplomático del bloque recalcó que su propuesta tenía como objetivo enviar un firme mensaje de preocupación por las acciones de Israel en su ofensiva.

“Al menos puse toda la información sobre la mesa —evidencia de la ONU y de cada organización internacional que opera en Gaza, Cisjordania ocupada y Líbano— para que los Estados miembros pudieran juzgar cómo se está librando esta guerra”, concluyó.

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Sin posición unificada

Desde el 7 de octubre, Israel ha violado repetidamente el derecho internacional en Gaza, con muchas de sus acciones documentadas extensamente durante meses y calificadas como genocidio contra los palestinos.

A pesar de las crecientes pruebas, la UE ha luchado por adoptar una postura unificada sobre la ofensiva genocida, con países como la República Checa y Hungría apoyando a Israel, mientras que España e Irlanda expresan solidaridad con los palestinos.

Según el analista político y expertos en comunicación Klaus Jurgens, la UE podría actuar contra Israel con un consenso en su política exterior, pero su ausencia revela motivaciones políticas.

“Esta inacción expone una contradicción: la UE no cumple con sus propios estándares de derechos humanos. El Artículo 2 del Tratado de la UE obliga a proteger los derechos humanos, el Artículo 3 lo vincula con la Carta de la ONU y el Artículo 21 exige derechos humanos universales en sus políticas exteriores. ¿Es la inacción una elección política? Absolutamente”, afirma Jurgens.

“¿Podrían los estados miembros actuar de forma independiente? Algunos ya lo hacen, como Irlanda o España. El tema Palestina-Israel es una prueba de la actitud de la UE hacia los derechos humanos. Una cosa es hablar de cara a la galería y otra actuar. Al limitarse a lo primero, la UE, como institución que dice promover la democracia, se queda obsoleta”, agregó.

Por su parte, el profesor Francesco Rizzuto, profesor de derecho y exdecano de la Facultad de Derecho de Liverpool Hope University, comparte un punto de vista similar, señalando que la política siempre prevalece sobre el derecho internacional en estos asuntos.

“La UE no es un estado, y sus miembros tienen puntos de vistas diferentes sobre si cumplir con sus obligaciones bajo el derecho internacional respecto a las acciones de Israel en Gaza, lo que lleva a la inacción y el estancamiento”, explicó Rizzuto en diálogo con TRT World.

“Los verdaderos culpables son ciertos estados miembros como Alemania, Francia e Italia, impulsados por una culpa histórica, que se muestran reacios a ir más allá de las críticas y evitan tomar medidas políticas o económicas contundentes contra Israel —a pesar de las abrumadoras pruebas— mientras aplican tales medidas fácilmente contra Rusia”.

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Intenciones más allá de la suspensión

Muchos analistas consideran que la propuesta de Borrell tiene un significado simbólico, ya que subraya que continuar con el “negocio habitual” pone en peligro la posición moral de la UE en la comunidad internacional.

Su desafío buscaba presionar a los líderes europeos para que asumieran una mayor responsabilidad, exigiendo que condenaran públicamente las acciones israelíes en Gaza, en lugar de aferrarse a una ambigüedad diplomática.

“La UE es el mayor socio comercial de Israel, representando casi el 30% de su comercio, a pesar de las persistentes y reiteradas violaciones del derecho internacional por parte de Israel”, señaló Baroud. “Además de Estados Unidos, Europa se encuentra entre los principales proveedores de armas de Israel, con Alemania, Italia, Reino Unido y Francia al frente”.

“Parece que 13 meses de genocidio israelí, uno de los peores que se recuerdan en la historia moderna, no han logrado mover a Europa a priorizar los derechos humanos sobre sus intereses económicos y políticos con Israel, lo que la convierte en cómplice”, explicó Baroud.

Según el Artículo 3 de la Convención sobre Genocidio de 1948, el apoyo financiero y militar continuo a Israel por parte de algunos países de la UE constituye “complicidad en genocidio” y “conspiración para cometer genocidio”.

En este contexto, la reciente demanda de Nicaragua contra Alemania ante la Corte Internacional de Justicia por complicidad en el genocidio israelí establece un precedente, demostrando que los estados que permiten tales actos pueden ser responsabilizados bajo el derecho internacional.

La propuesta de Borrell, por tanto, no solo representó un desafío para Israel, sino también para los gobiernos de la UE, instándolos a cuestionar su complicidad en la perpetuación de los crímenes. Además, tuvo un peso simbólico, ya que marcó la última reunión presidida por Borrell como jefe de la diplomacia europea, antes de su salida al final de su mandato de cinco años.

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