España es el mayor defensor de Palestina en Europa. Esta es la razón

En medio de la ofensiva israelí en Gaza, el Gobierno y el pueblo de España han demostrado un apoyo inquebrantable a Palestina, con vigilias hasta cánticos jubilosos en la final de la Copa de la UEFA.

En junio, manifestantes en Madrid expresaron su apoyo al pueblo palestino, en medio del dolor de la brutal ofensiva israelí contra Gaza. Foto: Reuters
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En junio, manifestantes en Madrid expresaron su apoyo al pueblo palestino, en medio del dolor de la brutal ofensiva israelí contra Gaza. Foto: Reuters

Desde que comenzaron los incesantes bombardeos de Israel contra Gaza en octubre de 2023, personas de todas las religiones y etnias se han reunido semanalmente en vigilias, organizada por sacerdotes católicos en la plaza principal de mi ciudad natal en Andalucía.

Nueve meses después, la misma plaza también se llenó de gente que no despegó sus ojos de una pantalla gigante: España derrotó a Inglaterra en la final de la Copa de la UEFA. En las celebraciones eufóricas que siguieron, las cámaras mostraron a aficionados españoles e incluso ingleses cantando "Palestina libre".

Entre los países de la Unión Europea, España ha sido un defensor inusualmente activo de la libertad palestina. De hecho, se convirtió en uno de los primeros países en reconocer a Palestina como Estado, en mayo pasado. Y no son únicamente palabras: España triplicó su ayuda humanitaria a los palestinos en 2023, superando los 54 millones de dólares, y movilizó 17 millones adicionales este año.

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En noviembre, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, criticó la "masacre indiscriminada de palestinos" por parte de Israel. Luego también respaldó la demanda de Sudáfrica contra Israel en la Corte Internacional de Justicia por genocidio.

Alianzas árabes

España tiene una relación ambivalente con su herencia árabe e islámica, aunque esta se encuentra mezclada en su cultura de forma tan intrínseca como el vinagre en el gazpacho. Oficialmente, España resta importancia a los ocho siglos de dominio musulmán que tuvo, tergiversando Al Andalus como una "invasión extranjera bárbara", que terminó de forma limpia y justa.

A pesar de que la izquierda se aferró al poder en las últimas elecciones, el incipiente partido de extrema derecha Vox continuó siendo el tercer partido más importante, haciendo campaña sobre una plataforma antiinmigrante terriblemente familiar que apuntó especialmente contra los musulmanes. Para las personas que son racialmente diferentes, el racismo y la exclusión, lamentablemente, nunca son algo extraño.

Por otra parte, muchos andaluces honran sus raíces moriscas. En el popular libro “La huella morisca”, el autor Antonio Manuel describe las innumerables formas en que la cultura de Andaluz sigue viva en la España contemporánea. De hecho, algunos andaluces muestran con orgullo documentos que confirman su ascendencia morisca.

Cicatrices del fascismo

Una razón probable para la solidaridad con Palestina en España es que la brutal ocupación israelí representa un doloroso recordatorio de la represión del "Terror Blanco" durante el período fascista español, que terminó recién en 1975 con la muerte del dictador Francisco Franco.

Durante ese tiempo, entre 58.000 y 400.000 personas asociadas (aunque tenuemente) al movimiento republicano radical, incluidos niños y mujeres embarazadas, fueron asesinadas en ejecuciones de campo y arrojadas a fosas comunes. Otras 120.000 personas desaparecieron, incluidos recién nacidos, mientras que muchos más fueron violados sistemáticamente. Muchos españoles todavía cargan con ellos dolor y rabia, sabiendo que sus vecinos estuvieron involucrados en el sufrimiento de sus antepasados.

A España la ha manejado un gobierno de izquierdas durante casi 50 años, la mayor parte de su vida democrática. Actualmente se encuentra en el poder una coalición de socialistas del PSOE, el grupo de partidos de izquierda Sumar y varios partidos catalanes. Cataluña también tiene un largo historial de apoyo a Palestina, aunque sus razones están más relacionadas la propia búsqueda de la independencia de la región semiautónoma.

El PSOE desempeñó un papel crucial en el movimiento republicano, que luchó contra los falangistas cuasi fascistas durante la Guerra Civil entre 1933 y 1939. En 2007, aprobó la Ley de Memoria Histórica que condenó formalmente el régimen represivo de Franco y prohibió su glorificación.

Durante el Terror Blanco, España se convirtió en una gran prisión para sus disidentes, con hasta medio millón de personas arrojadas a campos de concentración. En ese sentido, las similitudes con las condiciones en Gaza son sorprendentes. No es de extrañar, entonces, que la izquierda tenga una fuerte simpatía por los palestinos que sufren hoy masacres, militarización, detenciones arbitrarias y tortura en sus propias tierras.

Sin embargo, la derecha española, con sus estrechos vínculos con el catolicismo, también tiene sus razones para apoyar a Palestina. La región alberga los lugares más sagrados del cristianismo en Jerusalén y Nazaret, siglos antes de la fundación de Israel. La minoría cristiana palestina también ha sufrido bajo la ocupación israelí: los cristianos de Gaza, la comunidad cristiana más antigua del mundo, están en riesgo de ser exterminados.

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Una bandera palestina se exhibe antes del partido de fútbol del Campeonato Femenino en mayo entre el FC Barcelona y el Olympique Lyonnais, con un mensaje que dice "Detengan el genocidio, que la UE no sea cómplice". Foto: Reuters

Si bien los evangelistas en Estados Unidos han apoyado ampliamente a Israel -en una relación extraña y tóxica en la que cada uno anticipa la aniquilación del otro-, el Vaticano reconoció el Estado de Palestina en 2015. En diciembre pasado, el papa Francisco condenó el asesinato de cristianos por parte de Israel en Gaza, describiendo la guerra como "terrorismo".

A diferencia del formato bipartidista de EE.UU. –donde ambos partidos efectivamente respaldan las mismas políticas– el panorama político de España está disperso entre una amplia gama de partidos, lo que quizás hace más difícil que un lobby israelí logre una masa crítica de apoyo.

Sin embargo, la retórica pro-palestina en la política española no siempre coincide con la realidad. Ione Belarra, exministra de Derechos Sociales de España y líder de Podemos, parte de Sumar, ha criticado al presidente Sánchez por prometer que iba reducir las ventas de armas a Israel, pero aún así seguir enviando o comprometiéndose con 1.100 millones de dólares en armas al país desde el comienzo de la ofensiva en Gaza.

La popularidad de Palestina

Aun así, a nivel popular, el sentimiento pro-palestino es fuerte. En Andalucía y Cataluña, especialmente, se pueden ver grafitis con mensajes sobre salvar a Gaza y detener el genocidio, keffiyehs en las tiendas de ropa, banderas palestinas en las tiendas de alimentos orgánicos. Tal vez los españoles simplemente reconocen la realidad de que Palestina de hecho merece ser libre de 76 años de ocupación israelí brutal e ilegal.

No es difícil ver por qué los españoles podrían identificarse con los palestinos. Gran parte de España se parece a Palestina, con ondulantes colinas de olivos, algunos de ellos centenarios, cuyas raíces se hunden profundamente en las identidades de ambas naciones. El hecho de que Israel haya arrancado más de 800.000 olivos palestinos desde 1967, por ejemplo, es algo que se puede imaginar fácilmente.

Una vez que uno puede verse reflejado en el otro, las estadísticas vuelven de la página seca y entumecida a la realidad vivida, pura y dolorosa, y la deshumanización se invierte.

El llamado a una Palestina libre es un llamado poderoso que concentra todas las esperanzas de liberación de todas las personas que han sufrido alguna vez la opresión. Cuanto más se reprimen las palabras "Palestina libre", más jubiloso se siente pronunciarlas, incluso en el contexto de una final de la Copa de la UEFA.

Después de todo, España es la tierra de la fiesta. Y vaya qué fiesta será cuando Palestina sea libre.

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