¿Quiénes financian desde las sombras el genocidio en Gaza?
Corporaciones internacionales desempeñan un papel crucial al financiar tecnología y armas que perpetúan el genocidio y ponen en tela de juiciolos límites éticos del capitalismo global.
En medio de una de las crisis humanitarias más graves del siglo XXI, el conflicto en Gaza ha intensificado el sufrimiento del pueblo palestino, con una violencia desproporcionada que, según organizaciones de derechos humanos, apunta a un genocidio sistemático.
Aunque esta crisis se ha visto ampliamente documentada, el papel que desempeña el sector financiero internacional en la perpetuación de la violencia rara vez recibe atención.
La ruta de complicidad
Desde el inicio de la ofensiva israelí en Gaza, las cifras evidencian la magnitud del ataque: más de 46.000 palestinos han sido asesinados, entre ellos 17.000 niños y niñas y más de 12.000 mujeres.
Además, se reportan casi 110.000 heridos, muchos de los cuales sufrirán secuelas permanentes, mientras que más de un millón de niños enfrentan graves trastornos de salud mental.
En este contexto, los bancos internacionales, las grandes corporaciones y la industria armamentista desempeñan un papel clave, al proporcionar financiamiento, tecnología y equipamiento militar que perpetúan la ocupación y los crímenes cometidos contra la población palestina.
Este entramado de intereses económicos y políticos se establece una ruta de complicidad que conecta a instituciones financieras, empresas proveedoras de tecnología, vigilancia y armamento.
Los incesantes ataques de Israel contra Gaza dejan al menos 41.534 palestinos muertos, la mayoría de ellos mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza. Foto: AA.
La banca y las corporaciones: financiando el genocidio
La conexión entre Estados potencias, la banca, las grandes corporaciones y el genocidio en los territorios palestinos es un aspecto crítico y a menudo ignorado.
En 2020, Reino Unido otorgó numerosas licencias para exportación de armas hacia Israel. Aunque en 2024 suspendió 30 de estas licencias, mantuvo muchas otras activas. Y así permitió la exportación de piezas para aviones de combate como el F-35.
Alemania y Francia han mantenido contratos militares con Israel que incluyen la venta de aviones de combate.
Este respaldo se extiende también a través de intercambios académicos y cooperación tecnológica, relegando la crisis humanitaria palestina a un segundo plano en la agenda internacional normalizando lo inadmisible.
Detrás de la maquinaria militar también se encuentran bancos y corporaciones que sostienen la industria armamentista que opera en Gaza.
Informes de organizaciones como el Centre Delàs d’Estudis per la Pau (2024) denuncian el financiamiento de bancos europeos y estadounidenses a empresas de defensa clave.
En España, Santander y BBVA han contribuido con más de 400 millones de dólares a General Dynamics y Day & Zimmerman, que suministran armamento a Israel, sin la transparencia ni responsabilidad social que demandan las normas internacionales.
Bancos como Barclays en Reino Unido y el Bank of America en Estados Unidos han sido denunciados por invertir en empresas proveedoras de armas para Israel, poniendo en entredicho su compromiso ético y exacerbando el conflicto.
Entre 2019 y 2023, 20 bancos europeos proporcionaron 36.100 millones de euros en préstamos y garantías a los mayores proveedores internacionales de armas de Israel.
El banco francés BNP Paribas figura como el mayor prestamista de los principales proveedores de armas de Israel (4.700 millones de euros), seguido por Crédit Agricole, Deutsche Bank y Barclays.
El Citigroup de Nueva York encabezó un consorcio de bancos que ayudó al gobierno israelí a comprar sus aviones F35.
JP Morgan Chase y Citigroup (EE.UU.), han financiado empresas de defensa estadounidenses, como Lockheed Martin y Raytheon, cuyos productos son utilizados por Israel en contextos de conflicto en Gaza. Estas empresas también son proveedoras de armas utilizadas en ataques contra civiles palestinos
Esta imagen, tomada desde el lado israelí de la frontera con Gaza, muestra edificios destruidos en el norte de Gaza el 13 de enero de 2025, en medio de la brutal ofensiva de Israel sobre Gaza. / Foto: AFP.
Detrás del negocio ilegal de los asentamientos
El informe “La Financiación de las armas y la (I)Responsabilidad Social Corporativa”, de 2024, cuestiona profundamente la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en el sector financiero, señalando su ineficacia y la falta de compromiso genuino por parte de las instituciones.
La RSC de las empresas suele estar dominada por intereses económicos, limitada a exclusiones simbólicas y desconectada de las prácticas reales de las entidades.
Además se emplea más como un instrumento de imagen que como un compromiso real con el cambio sistémico.
"No Compres en la Coalición de Ocupación (DBIO)", una alianza integrada por 25 organizaciones dedicadas a evidenciar los vínculos financieros con el negocio ilegal de los asentamientos israelíes en el territorio palestino ocupado, publicó un reciente informe con conclusiones alarmantes.
Según esta investigación, 776 bancos europeos brindaron apoyo financiero a 51 empresas involucradas en la construcción de asentamientos ilegales. Entre enero de 2020 y agosto de 2023, estos bancos aportaron 164.200 millones de dólares.
Las 10 instituciones líderes fueron BNP Paribas con 22.190 millones de dólares, HSBC con 14.210 millones de dólares, Deutsche Bank con 13.230 millones de dólares, Societe Generale con 12.400 millones de dólares, KfW con 11.290 millones de dólares, Barclays con 10.630 millones de dólares, Credit Agricole con 10.290 millones de dólares, Santander con 8.610 millones de dólares, ING Group con 7.050 millones de dólares y UniCredit con 6.660 millones de dólares.
La Federación Internacional de Derechos Humanos enfatizó que las instituciones financieras europeas tienen una responsabilidad significativa por las constantes violaciones del derecho internacional por parte del gobierno israelí en los territorios palestinos ocupados.
Israel ha ampliado su territorio desde la guerra árabe-israelí de 1967 y ha establecido miles de asentamientos ilegales en Cisjordania ocupada, albergando a más de 750.000 colonos.
En el informe “No te creas el Informe de Ocupación 2024”, de DBIO, se mencionan varias entidades y bancos que, a través de sus actividades financieras, estarían facilitando indirectamente operaciones que permiten a Israel continuar con sus acciones en la región.
Entre las entidades denunciadas se encuentran, Deutsche Bank, BBVA (España), DNB (Noruega), Lloyds Banking Group (Reino Unido), KBC Group (Bélgica), Schroders (Reino Unido) Heidelberg Materials (Alemania)
Su implicación en el conflicto no siempre es directa y puede variar según sus políticas internas y la naturaleza de sus inversiones.
Los bombardeos de las fuerzas israelíes continúan masacrando a los civiles en Gaza. Foto: AA.
Colonialismo económico y resistencia palestina
El conflicto en Palestina tiene profundas raíces coloniales, caracterizado como un “colonialismo de reemplazo” desde la declaración Balfour de 1917.
La resistencia del pueblo palestino, evidenciada en momentos históricos como la primera intifada de 1987, es una lucha por la autodeterminación y el derecho a existir frente a un sistema de opresión respaldado por un entramado financiero internacional.
La inacción y complicidad de la comunidad internacional legitiman las violaciones de derechos humanos, mientras que la intervención de empresas y bancos se convierte en un eje que perpetúa esta violencia sistémica.
Hacia la responsabilidad social y la solidaridad global
En un contexto donde los intereses económicos se sobreponen a la ética resulta fundamental fortalecer el diálogo internacional sobre las responsabilidades del sector financiero en la perpetuación de conflictos armados.
Hoy, la paz y justicia para Palestina requieren no solo un compromiso de las instituciones políticas, sino una respuesta global que responsabilice a quienes se benefician de la violencia y el sufrimiento humano.