Cristianos sueñan con una Siria inclusiva y tolerante tras caída de Assad
Los líderes del gobierno de transición prometen respeto a las minorías. Los cristianos en Damasco se muestran esperanzados por una Siria más inclusiva y tolerante, y dicen haber dejado atrás el miedo.
Tras la caída del régimen de Bashar Al-Assad y el inicio de un periodo de transformación en Siria, las comunidades cristianas albergan la esperanza de construir un país más inclusivo. El gobierno de transición prometió respetar los derechos de todos los grupos religiosos, un mensaje que renovó las expectativas de esta minoría.
El recién nombrado primer ministro interino sirio, Mohammad Al-Bashir, afirmó este miércoles que "precisamente por ser islámicos” garantizarán “los derechos de toda la población y todas las confesiones en Siria".
Al Bashir, designado para liderar la transición política en el país hasta el 1 de marzo, aseguró que se respetarán los derechos de todos los grupos religiosos, e invitó a los sirios que viven en el extranjero a regresar.
Durante la ofensiva relámpago de las fuerzas opositoras, que duró apenas 12 días, líderes de los grupos opositores instaron a respetar a las minorías. Uno de ellos, Ahmed Al-Sharaa, también conocido como Abu Mohamed Al-Yulani, pidió en reiteradas ocasiones a los miembros del grupo que mantuvieran “un trato excelente con las minorías religiosas en las ciudades que fueron tomando en su poder”.
Y a pocos días del inicio del gobierno de transición, estos mensajes parecen haber calado profundamente en las comunidades cristianas.
"La confianza se construye a través de los comportamientos. Nos hemos reunido con algunos responsables del HTS (uno de los grupos opositores) y sus palabras son muy buenas. Tranquilizan mucho a los cristianos. Lo más importante es que haya asociación en la construcción de este país", cuenta Elias Leassuh a la agencia de noticias EFE, mientras lidera un grupo de boy scouts.
Esperanza entre los cristianos de Damasco
En Siria viven alrededor de 2,4 millones de cristianos, aproximadamente un 16% de la población total. En el histórico barrio de Bab Tuma ("La puerta de Tomás"), en la ciudad vieja de Damasco, la mayoría de los vecinos son cristianos. Su presencia en esta zona se remonta a los inicios del cristianismo, cuando figuras como San Pablo y Santo Tomás, quien da nombre al barrio, vivieron en la zona. Ahora, tras la caída de Assad, muchos afirman haber dejado atrás el miedo.
"Es la primera vez que tengo este sentimiento. Es un sentimiento nuevo. Un sentimiento de libertad”, asegura Feras, un comerciante del barrio de 40 años.
“(Durante el régimen de Assad) no podíamos decir lo que queríamos. Muchas cosas estaban prohibidas para nosotros. Incluso el dinero, no podíamos decir por ejemplo la palabra dólar", cuenta.
Desde su tienda, decorada con figuras de San Nicolás y pesebres navideños de porcelana, insiste en que ahora experimentan algo nuevo: la esperanza. "Como cristianos esperamos que todo sea tal y como dicen. Vivimos en esta zona desde hace miles de años. Ha habido muchas guerras sobre nosotros y no hemos abandonado el país. Nunca lo abandonaremos”, sostuvo.
Feras añadió que espera que todo el pueblo sirio avance hacia la libertad, ya sea cristiano, musulmán o de otra confesión. “Todos somos hijos de este país y esperamos poder construir juntos la Siria con la que soñábamos", subrayó.