El asedio de Israel frena la recuperación de Gaza pese al alto el fuego
Israel usa la ayuda como arma política, dejando a los palestinos en crisis con escasez de alimentos, medicinas y suministros esenciales, incluso tras el alto el fuego.

Ahmed Al-Majayda intenta reconstruir su humilde casa con arcilla y restos de material. / Foto: Mohamed Solaimane.
Ahmed Al-Majayda, un padre de 30 años de Jan Yunis, en Gaza, intenta reconstruir su hogar con arcilla.
El cemento, aquel material que una vez soñó utilizar para restaurar su vivienda, se ha convertido en un lujo inalcanzable. El precio de una bolsa de 50 kilos ha alcanzado los 250 dólares, una cifra astronómica si se compara con los 7 dólares que costaba antes de los devastadores ataques israelíes.
Después de 14 largos meses de desplazamiento, Ahmed intenta levantar una pequeña habitación para su esposa y sus tres hijos en el barrio de Al-Mawasi, utilizando restos rescatados entre los escombros de su hogar destruido.
“No solo tuve que retirar los escombros a mano, sino que también esperé a que los materiales de construcción entraran en Gaza. Pero nunca llegaron”, dijo Ahmed, con el rostro marcado por el agotamiento.
En Gaza, la cruel realidad del bloqueo se palpa en cada rincón. Familias como la de Al-Majayda batallan contra la escasez de materiales básicos, mientras los hospitales sobreviven al borde del colapso. La falta de combustible paraliza el transporte, y el sector salud, sobrepasado, se ahoga en la escasez.
“Esto no es la vida que imaginé cuando escuché sobre el alto el fuego”, confiesa Ahmed. “La ocupación nos ha hecho esperar. Todo lo que tenemos depende de lo que nos permitan recibir”.

Así ha quedado el Hospital Al Shifa, en Gaza, brutalmente devastado por Israel en su mortífera ofensiva sobre Gaza. Foto: AA.
Los hospitales son los más afectados
El frágil alto el fuego, aunque trajo un alivio temporal, no ha logrado conducir a mejoras significativas en Gaza. Cuando más de medio millón de personas desplazadas comenzaron a regresar al norte de Gaza el mes pasado, se sorprendieron por la magnitud de la destrucción.
A pesar de las promesas internacionales de ayuda y materiales de reconstrucción, Israel ha restringido de manera sistemática la entrada de suministros esenciales desde que el acuerdo entró en vigor el 19 de enero.
Los hospitales y las clínicas, ya sobrepasados, padecen la falta de recursos. "La situación en el sector salud es catastrófica y no ha mejorado desde el inicio del alto el fuego. No hemos recibido lo necesario para restaurar la vida en este sector", explica a TRT World el Dr. Marwan al-Hams, director de los hospitales de campaña en Gaza.
Israel permitió la entrada de solo 74 camiones a Gaza, una fracción ínfima de lo requerido. “Es una broma. Los suministros médicos que han llegado representan menos del 0,03% de lo necesario”, asegura el doctor al-Hams.
Con hospitales funcionando a duras penas y equipos mínimos, los médicos enfrentan una presión insoportable. “Solo hemos podido reabrir una clínica en Rafah y parte del Hospital Indonesio en el norte. La mayoría de nuestros hospitales siguen cerrados y nuestras necesidades continúan siendo ignoradas”, lamenta el Doctor Al-Hams.
El resultado es una situación desesperada para el sector. Los pacientes siguen llegando en masa, muchos con necesidades urgentes: desde cirugías hasta atención para enfermedades crónicas, muchas directamente relacionadas con el bombardeo israelí. Al-Hams destaca un alarmante aumento de casos de hipertensión, diabetes y estrés crónico, fruto de la violencia prolongada.
La semana pasada, la oficina de prensa del gobierno de Gaza condenó a Israel por incumplir sus compromisos del alto el fuego, que preveían la entrada diaria de 600 camiones de ayuda, incluidos 50 de combustible, además de refugios y suministros médicos esenciales.
Sin embargo, Israel ha permitido la entrada de artículos irrelevantes, como papas fritas y fideos, mientras bloquea el ingreso de equipos salvavidas.
Según Al-Hams, “la escasez en el sector de salud alcanza hasta el 80% de las necesidades. Israel también ha incumplido su compromiso con las evacuaciones médicas. El acuerdo estipulaba que 150 pacientes debían salir diariamente, pero solo menos de 50 han podido viajar cada día”.
Con Israel reduciendo el número de camiones de ayuda, obstaculizando los esfuerzos de reconstrucción y restringiendo los viajes de los pacientes, la suspensión temporal de los combates ha hecho poco para aliviar el sufrimiento actual. Para Al-Hams, el objetivo inmediato es conseguir generadores y combustible para garantizar que los hospitales puedan seguir funcionando.

Los camiones se encuentran en el cruce fronterizo de Rafah entre Egipto y Gaza.
El juego político de Israel
La manipulación de la ayuda humanitaria por parte de Israel sirve como una herramienta política despiadada. El analista político Talal Abu Rakba, describe la obstrucción de la ayuda por parte de Israel como parte de una estrategia para lograr lo que llama una "victoria absoluta", no sólo a través del poderío militar, sino aplastando la resistencia palestina.
"No se trata solo de una demora, sino de una presión negociadora", afirma Abu Rakba, quien subraya que las diferencias entre lo prometido y lo que realmente entra en Gaza son abismales.
Según la Oficina de Prensa del Gobierno de Gaza, sólo se ha permitido la entrada de 8.500 camiones cargados de suministros en Gaza, muy por debajo de los 12.000 que se prometieron desde que comenzó el alto el fuego.
Abu Rakba sugiere que Israel pretende ampliar la primera fase del alto el fuego, evitando al mismo tiempo concesiones políticas y militares más profundas.
"La estrategia de Israel es utilizar estas herramientas para obligar a Hamás a someterse", dice, señalando que, si bien Hamás sigue debilitado militarmente, todavía tiene una influencia significativa debido a sus raíces ideológicas.
El analista cree que Israel probablemente seguirá restringiendo la ayuda y obstaculizando los esfuerzos de reconstrucción como una forma de ejercer más presión sobre Hamás. "Esto es parte de la estrategia más amplia de Israel para crear condiciones que empujen a los palestinos al desplazamiento voluntario, a pesar de la oposición de Egipto a la reubicación forzada", dijo.
Mientras los palestinos intentan reconstruir sus vidas entre escombros y esperanzas rotas, la ayuda que llega a cuenta gotas solo sirve para la supervivencia, no para la recuperación. “Israel ha dejado en claro su agenda: acorralar a Hamás y al pueblo de Gaza”, concluye el analista.
El alto el fuego es apenas una pausa en los bombardeos activos. El asedio continúa, silencioso, calculado y devastador.