¿Está EE.UU. avivando o reduciendo las tensiones entre Irán e Israel?

El despliegue de 100 soldados estadounidenses y un sofisticado sistema antimisiles, es un acto de disuasión contra Irán y un intento de recuperar la confianza de los aliados del Golfo, según expertos.

Un interceptor THAAD es lanzado desde el Complejo Espacial del Pacífico en Alaska, EE. UU., en una prueba de vuelo el 11 de julio de 2017. Foto: Reuters
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Un interceptor THAAD es lanzado desde el Complejo Espacial del Pacífico en Alaska, EE. UU., en una prueba de vuelo el 11 de julio de 2017. Foto: Reuters

Mientras la amenaza de una gran escalada entre Israel e Irán se cierne cada vez más sobre Oriente Medio, expertos en seguridad mundial ahora debaten el papel de EE.UU. en las tensiones. Justamente, evalúan si el reciente despliegue de tropas estadounidenses en Israel, junto a un sofisticado sistema antimisiles, equivale a una “aprobación tácita” de la brutal ofensiva de Tel Aviv que ya se extiende más allá de Gaza y alcanza el Líbano.

“Al proteger a Israel, Estados Unidos espera evitar que Tel Aviv agrave la situación en su próxima respuesta”, explicó Kim Dozier, analista de asuntos globales de CNN en un programa matutino este lunes.

Israel no ha mostrado ninguna señal de querer detener su brutal ofensiva sobre Gaza –que ya cumplió 12 meses bajo las incesantes bombas– ni tampoco las agresiones que ha lanzado sobre Líbano y Siria.

Ecaterina Matoi, investigadora del Instituto Político y Económico del Medio Oriente (Mepei), considera que el despliegue de Estados Unidos es “un fuerte mensaje de advertencia, de manera especial para Irán pero también para otros actores estatales y no estatales que podrían intervenir de una forma u otra en el conflicto que ya se desarrolla en la región”.

La medida de EE.UU. complementa la “postura firme de Washington hacia la protección de Israel”, la cual se adapta en función de “la evolución y expansión del conflicto en el Líbano y posiblemente en un futuro muy cercano también en Siria y tal vez en Irán”, indicó Matoi en una entrevista para TRT World.

Pero Washington también ha recibido duras críticas por enviar a Israel 100 tropas adicionales y el sistema antimisiles THAAD (cuyas siglas corresponden a Terminal High Altitude Area Defense), mientras Oriente Medio se prepara para la respuesta del gobierno de extrema derecha del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, a las recientes represalias de Teherán contra Israel.

Muchos analistas geopolíticos y defensores de derechos humanos consideran que la creciente participación de Estados Unidos a favor de Israel representa una degradación del liderazgo global de Washingron. El despliegue de tropas y del sistema antimisiles podría envalentonar aún más a Netanyahu para cometer masacres masivas y asestar un golpe desproporcionado contra Irán, lo que puede arrastrar a la región a una guerra total.

Desde el 7 de octubre de 2023, las tensiones regionales no han dado señales de disminuir. Empezando con la brutal ocupación israelí en Gaza, el asesinato del líder político de Hamás, Ismael Haniyeh, en Teherán, hasta el asesinato del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, en Beirut, Israel está “más desquiciado que nunca”.

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El presidente estadounidense, Joe Biden, se reúne con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en Tel Aviv el 18 de octubre de 2023. Foto: Reuters.

“Como cuestión de la política estadounidense, esto no es nada nuevo”, dice Edward Erickson, exmilitar estadounidense y profesor retirado de historia militar en el Departamento de Estudios de Guerra de la Universidad del Cuerpo de Marines, refiriéndose al reciente despliegue.

Tanto los gobiernos republicanos como los demócratas han enviado muchos sistemas de defensa, incluido el llamado Patriot, a Israel para defender a este país de sus adversarios. Sin embargo, Erickson llama la atención sobre el hecho de que “es la primera vez” que Estados Unidos ha desplegado “el nuevo sistema THAADS”.

Los Patriots y los THAAD son sistemas de defensa que apoyan otros métodos antimisiles en Israel, como el Domo de Hierro. La escalada de tensiones en Oriente Medio aparentemente ha obligado a Estados Unidos a desplegar un sistema antimisiles más sofisticado para reforzar las capacidades de su aliado.

Recientemente, el sistema Domo de Hierro ha dejado ver algunas debilidades frente a los ataques de Irán y de Hezbollah, que han logrado penetrar en territorio israelí, causando daños considerables. El domingo pasado, Hezbollah impactó una base militar israelí en Haifa, matando a cuatro soldados e hiriendo a docenas, pues el Domo de Hierro no pudo interceptar el dron procedente del sur del Líbano.

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Un avión no tripulado de Hezbolá ataca el comedor de una base militar israelí en Haifa, matando a cuatro soldados y hiriendo a docenas.

El Domo de Hierro ha sido financiado en parte por Estados Unidos, al igual que los sistemas Awwor y la Honda de David.

Israel no es confiable

Teherán lanzó una dura advertencia a Israel: si el Gobierno de Netanyahu ataca Irán, la respuesta “será más poderosa” que el lanzamiento de misiles del 1 de octubre. “Cualquier ataque contra la infraestructura en Irán provocará una respuesta aún más fuerte”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Abbas Araghchi.

Por su parte, el Gobierno de Biden ha instado a Israel a no atacar las instalaciones nucleares y petroleras de Irán. La administración de Netanyahu ha señalado recientemente que Tel Aviv cumplirá con la solicitud estadounidense y optará por atacar sitios militares.

Pero aún falta ver hasta qué punto Israel cumplirá su palabra, pues Tel Aviv ha cambiado sus decisiones políticas varias veces a pesar de las promesas anteriores que había hecho. A mediados de agosto, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, declaró que Israel “aceptó” un acuerdo de alto el fuego con Hamás, pero este nunca se materializó.

A finales de septiembre, se repitió una situación similar cuando Estados Unidos y otros 11 estados, la mayoría de ellos importantes naciones occidentales, anunciaron que apoyaban un acuerdo de alto el fuego de 21 días entre Israel y Hezbollah, al que el Gobierno de Netanyahu había dado luz verde. Pero dos días después de la declaración, Israel mató a Hassan Nasrallah en su búnker de Beirut, utilizando armas estadounidenses.

El ministro de Relaciones Exteriores libanés, Abdallah Bou Habib, dijo a CNN que Nasrallah aceptó el acuerdo antes de que Israel lo asesinara el 27 de septiembre.

¿Entrará EE.UU. en una posible guerra regional?

Una de las preguntas más recurrentes en los círculos de política exterior es si el despliegue del THAAD podría traducirse en que Estados Unidos se está preparando para entrar en una posible guerra regional en nombre de Israel.

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El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, camina con el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, a la derecha, en el cruce fronterizo de Kerem Shalom (Karem Abu Salem), en Kerem Shalom, Israel, el 1 de mayo de 2024. Foto: Evelyn Hockstein. AP. 

Aunque Estados Unidos, como superpotencia, se apresura a defender a sus aliados, tiende a mantener sus prioridades, incluidas las consideraciones internas, explicó el analista.

El futuro de la agresión militar de Israel también dependerá del resultado de las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, que disputan dos partes cada vez más alejadas, el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris.

En esa línea, Erickson predice que la participación de Estados Unidos será limitada y no muy extensa, siempre y cuando Irán no apunte a las tropas o activos de Washington en la región.

“Además de ayudar y participar en la defensa aérea de Israel, Estados Unidos se mantendrá al margen de cualquier guerra en Oriente Medio”, afirma Erickson a TRT World . “Esto sólo cambiaría si Irán o uno de sus aliados atacara directamente una base, un barco o una embajada de Estados Unidos y provocara graves pérdidas de vidas estadounidenses”, añade.

“Es difícil predecir que en un futuro próximo se desate una guerra convencional entre Irán e Israel, ya que Irán no quiere una confrontación directa con Israel, respaldado por aliados como Estados Unidos”, afirma Matoi.

Sin embargo, llama la atención la agenda política de Israel, respaldada por Estados Unidos, que apunta a aniquilar tanto a Hamás como a Hezbollah, buscando cambios de régimen en países como Líbano e Irán. Como resultado, “un conflicto directo no puede descartarse de la ecuación”, dice.

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Los ataques israelíes han provocado una gran destrucción en todo el Líbano. Foto: AFP.

En cuanto a la participación de Estados Unidos en una guerra del lado de Israel, tampoco se puede "quitar de la ecuación, ya que Tel Aviv nunca habría comenzado, o al menos iniciado, un conflicto con Líbano si no hubiera contado con el apoyo incondicional de Estados Unidos", afirma Matoi.

Los ataques israelíes han matado al menos a 2.300 libaneses desde el 7 de octubre del año pasado. En las últimas 24 horas, Israel bombardeó varios barrios del Líbano, cobrando la vida de 51 personas e hiriendo a otras 174.

“Hay al menos un 50% de posibilidades de que Estados Unidos ataque a Irán por aire si se desata una guerra convencional entre Israel e Irán. Pero no olvidemos que Israel y sus aliados saben que no es fácil derrotar a Irán a menos que intervengan en varios frentes, incluso desde dentro”, afirma Matoi.

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