Israel en el Golán de Siria: ¿es el nuevo capítulo del apartheid hídrico?
Las fuerzas israelíes han tomado el control de los Altos del Golán, en Siria, la única fuente de agua superficial de la región, lo que tiene graves consecuencias para la seguridad hídrica palestina.
Israel se ha apoderado del monte Hermón en Siria, aprovechando el vacío que siguió al rápido colapso del régimen de Bashar al Assad y la toma del poder por grupos opositores el pasado 8 de diciembre. En una veloz maniobra militar, Israel quebrantó el Acuerdo Fronterizo de Siria de 1974 con el ahora extinto régimen del partido Baaz, y presionó para ocupar un tramo de territorio que incluye el monte Hermón.
La montaña, conocida como Yabal Al-Sheij en árabe, es la más alta de Siria: se eleva a 2.814 metros a lo largo de la frontera con el Líbano.
El 8 de diciembre, las fuerzas israelíes tomaron el puesto avanzado que abandonaron las fuerzas del régimen sirio en la cima de la montaña, y plantaron su bandera azul y blanca. En su declaración en inglés desde el territorio recientemente ocupado, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aseguró que la presencia israelí es “temporal” mientras se llega a un nuevo acuerdo fronterizo. Sin embargo, curiosamente, esa palabra se omitió por completo en el mismo discurso pronunciado en hebreo para la audiencia interna de Israel.
El monte Hermón tiene una importancia vital: es la principal fuente de agua de la región. El deshielo de la montaña alimenta el río Jordán, que a su vez alimenta el mar de Galilea, dos de los cuerpos de agua más importantes para Israel y los territorios palestinos ocupados.
Ahmad S. Bali, hidrólogo jordano, consultor y experto regional en agua, detalló a TRT Español la importancia de esta zona para la seguridad hídrica. “El monte Hermón/Yabal Al-Sheij es, sin duda, vital para la seguridad hídrica de la región y de la Palestina ocupada. Su papel como fuente principal de agua superficial para la cuenca del río Jordán lo hace indispensable, ya que esta cuenca abastece a varios países vecinos, entre ellos Líbano, Siria y Palestina”.
Aunque la política de apartheid de Israel en la Palestina ocupada es ampliamente conocida ahora, Tel Aviv también practica un “apartheid del agua”. Se trata de una medida menos conocida para controlar, acaparar y convertir en arma el acceso al agua como otro medio con el que subyugar a los palestinos. Según un informe publicado por la organización de derechos humanos al-Haq en 2022, los israelíes utilizan un promedio de 247 litros de agua al día por persona, en comparación con los 82 litros por persona asignados a las comunidades palestinas.
Durante el verano, la época más seca del año, los agricultores palestinos dependen únicamente del agua controlada por Israel para regar sus cultivos. Sin embargo, Israel a menudo reduce aún más las asignaciones de agua para ellos, de manera que las comunidades de colonos judíos en la Cisjordania ocupada puedan llenar piscinas privadas y públicas.
El ejército israelí refuerza sus fuerzas terrestres en los Altos del Golán ocupados, el 9 de diciembre de 2024. AFP
Agua y política
Ein Qiniyye es una aldea drusa situada en las estribaciones del monte Hermón, en la región de los Altos del Golán ocupados. Foto: Getty Images.
Para Wawi es poco probable que la apropiación oportunista de Israel tras el colapso del régimen de Bashar al-Assad sea una medida temporal. De hecho, señala que la decisión de tomar una “zona de amortiguación para la zona de amortiguación” es simplemente una expansión territorial sigilosa.
El domingo 15 de diciembre, el gobierno israelí aprobó por unanimidad un plan propuesto por Netanyahu para expandir la construcción de asentamientos en los Altos del Golán ocupados con un nuevo presupuesto de 11,2 millones de dólares. En el clima de la actual política de extrema derecha israelí, “empoderar a los colonos significa empoderar a Israel”, añade Wawi. Y sostiene que la única manera de empoderar a los colonos es con tierra y agua.
Ahmad Bali confirma que la equidad hídrica de la región está ahora bajo amenaza. “El control israelí sobre Yabal Al-Sheij impacta significativamente la seguridad hídrica. Permite el control sobre un recurso clave en una región que ya enfrenta escasez de agua, creando más desafíos para la distribución equitativa del agua entre las naciones dependientes de la cuenca”, indicó.
Y añade que “Israel se está expandiendo (...) No devolverán nada de estas ganancias”. Wawi afirma que Tel Aviv emplea una fórmula bien conocida de control geopolítico, cambio demográfico y control de recursos, que en última instancia lo empodera y hace que sea imposible renunciar a todo lo que ha adquirido ilegalmente.
Vista del lago Ram, ubicado en los Altos del Golán. Foto: Getty Images.
El apartheid del agua continúa
Los recientes acontecimientos no son un buen augurio para ninguna población no israelí que dependa del agua superficial del monte Hermón y de los Altos del Golán ocupados. Israel ha dado un golpe de gracia en materia de recursos que ahora le otorga “el control de toda la cuenca del río Jordán”, advierte Wawi. Dado su historial de abuso de la administración del agua, desde el desvío ilegal de agua de tierras de propiedad palestina hacia asentamientos israelíes ilegales hasta el llenado de manantiales que utilizan los agricultores palestinos con cemento, todas las comunidades palestinas pueden esperar menos agua y más restricciones.
“Se hace deliberadamente para apoderarse de la tierra. Los colonos hablan de ello abiertamente. Nada de esto es un secreto. Se hace tanto para brindar apoyo financiero como para brindar apoyo en materia de seguridad a todos los aspectos, a todas las partes del gobierno israelí y a las autoridades israelíes”, informó Sarit Michaeli de B’Tselem, un grupo israelí de derechos humanos, para un reporte del servicio de radiodifusión NPR en septiembre de este año.
El hidrólogo Ahmad Bali dice que le preocupa especialmente que un recurso tan vital no sólo para las necesidades hídricas palestinas, sino también para las del reino hachemita de Jordania y el sur del Líbano, haya sido monopolizado por Israel como parte de una apropiación militar de tierras. “Los recientes acontecimientos en Siria exacerban la amenaza a la seguridad hídrica regional. Esta dependencia externa, combinada con la inestabilidad política, aumenta los riesgos para todas las partes interesadas”, sostiene.