Los burros se convierten en un salvavidas en Gaza por falta de combustible
En medio del asedio y la escasez de combustible, los carros tirados por burros se han convertido en el único medio de transporte y fuente de ingresos para muchos palestinos.
Amina Abu Maghasib depende de un solo animal para ganarse la vida: un burro que tira del carro con el que transporta a personas en Gaza. Tras más de un año de ofensiva israelí, incesantes ataques y bloqueo de ayuda humanitaria, el enclave enfrenta una grave escasez de combustible. Ahora, los carros tirados por burros se han convertido en una de las pocas opciones de transporte disponibles para los palestinos.
"Antes de la guerra, vendía leche y yogur, y la fábrica venía a recoger la leche", cuenta Amina desde Deir Al-Balah, en el centro de Gaza, mientras sostiene las riendas en una mano y un palo de goma en la otra, con el que guía su carro. "Ahora, no tengo más ingresos que los que me dan el burro y el carro", lamenta, en diálogo con la agencia de noticias AFP.
Antes del inicio de los ataques israelíes, los carros tirados por burros eran relativamente comunes en Gaza. Ahora, se han convertido en un medio de transporte clave para los palestinos desplazados que huyen de los ataques: se suben a estos carros, una de las únicas opciones para escapar del peligro, llevándose lo poco que pueden cargar en busca de refugio.
Así, lo que en algunas regiones parecería imposible, se ha convertido en la realidad diaria de los palestinos: estos carros se han convertido prácticamente en el único medio de transporte de Gaza. Este es el caso de Marwa Yess, que utiliza este medio para desplazarse con su familia a pesar de su alto precio.
"Pago 20 shekels (aproximadamente 5,40 dólares estadounidenses) para ir de Deir Al- Balah a Nuseirat. Es un precio exagerado, pero en estas circunstancias, todo parece razonable", explica. La distancia es de unos cinco kilómetros.
"Al inicio de la guerra me daba vergüenza subirme a un carro de este tipo, pero ahora no hay otra opción", cuenta la maestra y madre de tres hijos.
Precios en alza
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para agosto de 2024, el 43% de los animales de trabajo en Gaza —incluyendo burros, caballos y mulas— había muerto debido a la ofensiva. Apenas 2.627 de estos animales continuaban vivos.
Sentada en su carro de tablones de madera sobre un marco de metal y montado en cuatro ruedas, Amina Abu Maghasib explica que su único gasto operativo es el forraje, es decir, alimentar al animal. Sin embargo, los precios de los alimentos, tanto para personas como animales, se han disparado.
Después de cubrir los costos, Abu Maghasib logra un beneficio de 20 shekels al final del día gracias a los clientes que suben y bajan del carro en la carretera.
"Compré este burro a crédito. El primero murió durante ataques en Deir Al-Balah al ser alcanzado por metralla", relató. El nuevo burro le costó 2.500 shekels.
Abdel Misbah, un hombre de 32 años desplazado junto a su familia de 20 miembros desde la Ciudad de Gaza hacia el sur del enclave, también tuvo que cambiar su fuente de ingresos al transporte con burros.
"Antes de la guerra, vendía verduras en un carro. Ahora trabajo en repartos", comentó a AFP, lamentando que "el burro se asusta cuando los bombardeos se acercan demasiado".
Él también sufre los efectos de los precios desorbitados del forraje. "Me aseguro de alimentarlo bien, aunque el precio de un saco de cebada ha subido de tres shekels a 50 shekels", señaló.
Personas transportan los cuerpos de las víctimas en un carro tirado por un burro, tras un ataque israelí durante la noche en Beit Lahia, en el norte de Gaza, el 17 de noviembre de 2024. / Foto: AFP
'Más valioso que el oro'
Israel impuso un asedio total a Gaza en las primeras etapas de la ofensiva el año pasado, complicando la distribución de ayuda y bienes.
La falta de combustible, las carreteras dañadas por los bombardeos, los saqueos y los ataques en áreas densamente pobladas, sumados al desplazamiento repetido de gran parte de los 2,4 millones de habitantes de Gaza, han agravado las carencias.
Una evaluación respaldada por la ONU este mes advirtió sobre la amenaza de hambruna en el norte de Gaza. También la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) informó que la ayuda que entra al territorio ha alcanzado su nivel más bajo en meses.
En medio de esta desesperante situación, Yusef Muhammad, un joven de 23 años desplazado del norte de Gaza a Jan Yunis en el sur, dijo que su burro se ha convertido en un "salvavidas" para su familia.
"Cuando comenzó la guerra, las tarifas de los automóviles eran demasiado caras. No tuve más remedio que depender de un burro. Gracias a Dios lo tenía cuando nos vimos obligados a evacuar", cuenta.
Además de la destrucción generalizada, la ofensiva israelí ha dejado al menos 44.211 muertos en Gaza, la mayoría civiles, según cifras de las autoridades sanitarias.
Hosni Abu Warda, de 62 años, contó que su hogar fue destruido en el área norte de Yabalia, escenario de una intensa operación militar israelí desde principios de octubre. Al huir, no tuvo otra opción que recurrir al transporte de cuatro patas. Esperó 14 horas para conseguir un carro antes de escapar con su familia, "apretados como sardinas".
"En momentos como estos, el burro es más valioso que el oro e incluso más valioso que los automóviles modernos", afirmó Abu Warda.
Últimas actualizaciones
En medio del asedio y la crisis humanitaria, los ataques israelíes siguen cobrando vidas a un ritmo alarmante en Gaza. En la madrugada de este martes, al menos 12 palestinos murieron debido a los continuos bombardeos aéreos.
Según la agencia oficial de noticias palestina Wafa, seis personas, incluidas mujeres y niños, perdieron la vida en un ataque aéreo en la casa de la familia Jadba, ubicada en el vecindario de Al-Tuffah, en el noreste.
Otros dos palestinos fueron asesinados por bombardeos de artillería en el vecindario de Zeitoun, en el este. Además, tres personas murieron en un ataque aéreo en el campamento de refugiados Beach, en el oeste de la ciudad.
Mientras, en el campamento de Bureij, en el centro del enclave, un palestino falleció por un ataque de dron israelí, el cual no pudo ser retirado debido al continuo bombardeo, según los equipos de rescate. También en el sur de Gaza, los vehículos militares israelíes abrieron fuego en las áreas norte y oeste de la ciudad de Rafah durante la noche.
Además, entre el domingo y el lunes, los ataques israelíes mataron a 24 palestinos, elevando el balance de muertes desde el año pasado a 44.235, con más de 104.000 heridos, según informó el Ministerio de Salud de Gaza el lunes.