Miles de sirios celebran “el fin de una guerra que parecía interminable”
Las calles de la ciudad turca se llenaron de alegría, con miles de personas celebrando la caída del régimen de Bashar Al-Assad. Bailando y cantando, expresaron su ilusión por un futuro libre en Siria.
"Hoy es un día histórico, no lo podemos creer", gritan Maryam, Amer y Mulham en Estambul. Son solo algunos de los miles de ciudadanos sirios que, tanto en su país natal como en la diáspora, celebraron este domingo un evento histórico: la caída del régimen de Bashar Al-Assad.
La alegría y la euforia rebosaban en las calles del histórico barrio de Fatih, a veces llamado “Pequeña Siria”. Allí viven muchos sirios que huyeron de la brutal guerra civil que comenzó en el año 2011 y que ahora sueñan con el momento en que finalmente regresen a sus hogares.
Fue allí donde miles de familias, niños, mujeres y ancianos salieron a las calles con la bandera que utilizan los grupos opositores, entonando alegres cánticos, bailando el Dabke –una danza tradicional de la región– y repartiendo Halawet El Yebn, un dulce típico del país.
Sirios celebran en Fatih, Estambul, Türkiye, tras la caída del régimen de Assad. (Foto: Ibrahim Rifi)
“No sé ni por dónde empezar por toda la emoción que sentimos. No hemos dormido en toda la noche”, expresa con mucha emoción una madre que vivía en la capital de Siria, Damasco, hasta que tuvo que huir. Cuenta que estuvo atenta a las noticias durante toda la noche, siguiendo cada paso que dieron las fuerzas opositoras hasta que tomaron el control de su ciudad.
“Nada es para siempre” y “8/12/2024: Assad está fuera”, se leía mientras tanto en las pancartas que levantaban los manifestantes en el corazón de Estambul.
“La alegría es enorme, es una gran victoria” contra un régimen que “ha asesinado y destrozado a todo el pueblo sirio”, exclama un joven de 20 años originario de Idlib, quien salió del país a los ocho años.
“8/12/2024: Assad está fuera”, se leía mientras tanto en las pancartas que levantaban los manifestantes en el corazón de Estambul. (Foto: Ibrahim Rifi)
Décadas de opresión
Después de años de relativa calma en Siria, la ofensiva relámpago que lanzaron los grupos opositores el pasado 30 de noviembre marcó un punto de inflexión en el conflicto civil. La operación “Amanecer de la Libertad” comenzó con la captura de Alepo, la segunda ciudad más importante del país, y continuó con la toma de las ciudades Homs, Hama, Daraa y As-Suweida. Finalmente, en la madrugada de este domingo llegaron a Damasco, mientras Assad abandonaba el país, cerrando de manera abrupta un capítulo que pocos habían anticipado.
Bashar Al-Assad había llegado al poder en el año 2000, sucediendo a su padre, Hafez Al-Assad, un militar del partido Baaz que comenzó a gobernar tras un golpe de Estado en 1971.
Según informes de la Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria, el régimen de Assad ha sido responsable de ejecuciones extrajudiciales, torturas sistemáticas, desapariciones forzadas, represión a la oposición y una larga lista de violaciones de derechos humanos.
La alegría de saber que podrán regresar a casa fue uno de los sentimientos más predominantes durante la jornada del domingo. (AA)
Las duras condiciones en el país hicieron que miles de sirios se levantasen contra él en el año 2011, al tiempo que estallaron levantamientos como en otros países árabes como Túnez, Egipto, Libia o Yemen. Desde entonces, la represión se agudizó, según informes de varias organizaciones, entre ellas, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Los ataques indiscriminados contra los manifestantes y la población civil se multiplicaron, causando una devastación sin precedentes en la infraestructura del país. Siria, que antes de la guerra tenía una población de alrededor de 22 millones, ha visto cómo al menos 12 millones de personas han sido desplazadas, tanto dentro como fuera del país, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR.
“Durante 14 años, este régimen nos ha masacrado, y por su culpa tuvimos que huir”, cuenta un hombre de unos 60 años cuyo rostro refleja una vida de sufrimientos, padecidos antes y después del exilio. Al régimen se le acusa de haber asesinado a muchas de las 500.000 personas que perdieron la vida durante todos estos años en la guerra, y también de utilizar armas químicas.
Su exilio inesperado a Moscú, deja en la incertidumbre el hecho de si el Gobierno de Assad, rendirá cuentas de sus acciones en el país. Mientras tanto, muchos sirios coreaban cánticos que demandan justicia y reparación.
La alegría de saber que podrán regresar a casa fue uno de los sentimientos más predominantes durante la jornada del domingo. (AA)
“Ya podemos volver a casa”
La alegría de saber que podrán regresar a casa fue uno de los sentimientos más predominantes durante la jornada del domingo.
"Ya podemos ir a Siria", exclamó a gritos un joven que celebraba sobre sus hombros de unos amigos. A su lado, otros exiliados se abrazaban y coreaban canciones tradicionales sirias, soñando con el momento de cruzar las fronteras para regresar a casa.
Los sirios en Estambul celebran con vítores y abrazos la noticia de la caída de Assad, mientras sueñan con regresar a sus hogares tras años de sufrimiento y exilio debido a la brutal guerra civil. (AA)
“No hay nada como casa”, afirma Huda, una joven de Damasco, quien no ha dejado de celebrar desde que se supo la noticia de la caída de Assad. La frase resume el sentimiento colectivo de quienes sueñan con volver a encontrarse con sus seres queridos.
Maryam es una chica de origen sirio que nunca pudo ir a su ciudad ni visitar a su tía ni al resto de sus familiares, recibió un mensaje de WhatsApp que la conmovió: “Te espero en Alepo”, le dijo su tía. Su padre, exiliado desde la época de Hafez Al-Assad, también le prometió: "Babi, este próximo Eid lo pasaremos en Alepo".
Sirios celebran en Fatih, Estambul, Türkiye, tras la caída del régimen de Assad. (Foto: Ibrahim Rifi)
No obstante y a pesar del sentimiento generalizado de esperanza, muchos reconocen que la reconstrucción del país y la transición no será fácil.
"Sabemos que vienen tiempos duros", dice uno de los manifestantes. “Pero la felicidad que sentimos aquí después de 14 años de guerra y 60 años de un régimen opresor y dictador es indescriptible”, añade mientras ondea la bandera que usan los grupos opositores.
"Somos conscientes de que la fase que viene va a ser dura, pero ahora lo que importa es que hemos conseguido la libertad", dice Inas, una de las manifestantes que no dudó en salir a las calles de Estambul para celebrar “la libertad de los presos del régimen sirio" y "el fin de una guerra que pensábamos que no iba a tener fin”.