Palestinos reaccionan al plan de Trump en Gaza: “Parece una segunda Nakba”
El presidente de EE.UU., Donald Trump, redobla su propuesta de desplazar a los palestinos y reconstruir Gaza. Los residentes, sin embargo, advierten que sólo abandonarán su hogar cuando estén muertos.
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Para los palestinos de Gaza, obligados a desplazarse múltiples veces desde el 7 de octubre de 2023, la idea de Trump es similar a la Nakba, cuando bandas sionistas expulsaron por la fuerza a más de 750.000 palestinos para establecer Israel. / Foto: AA.
Mohammed Awed Alkafarna ni siquiera había nacido cuando sus abuelos se vieron obligados a abandonar su hogar y su tierra en uno de los mayores desplazamientos humanos de la historia moderna.
Pero creció escuchando historias transmitidas de generación en generación, que relataban los horrores de cientos de miles de palestinos en lo que ahora se conoce como la Nakba –la catástrofe– de 1948.
Sin embargo, Alkafarna, abogado y activista de derechos humanos radicado en Beit Hanoun, al norte de Gaza, ha visto con sus propios ojos lo peor de la brutalidad israelí. Sobrevivió al ataque genocida que el estado judío desató en el enclave, exterminando en apenas 15 meses a más de 48.000 personas.
Y ahora, mientras el presidente estadounidense Donald Trump, redobla su propuesta, ampliamente criticada, de expulsar a la población de Gaza para “reconstruir” el devastado enclave, el joven activista palestino se prepara para lo peor.
"Estas declaraciones sobre el desplazamiento son similares a lo que les ocurrió a nuestros abuelos y familiares, obligados a abandonar su tierra en 1948 bajo amenazas y a punta de pistola", explica Alkafarna a TRT World.
Sin embargo, el abogado cree que la situación ahora es peor, porque el mundo presencia en tiempo real las atrocidades del genocidio de Gaza, transmitidas en directo.
"La diferencia entre este genocidio y la Nakba es que hoy las organizaciones de derechos humanos y los tribunales internacionales -que no existían en aquel entonces- están presenciando lo que sucede", añade Alkafarna. “Pero son incapaces de proteger a los palestinos”.
Trump ha afirmado que Israel entregaría Gaza a Estados Unidos después de la ofensiva y que todos los palestinos deben abandonar el enclave para permitir su reconstrucción.
"Todos con los que he hablado adoran la idea de que Estados Unidos sea dueño de ese pedazo de tierra", dijo Trump poco después de una reunión con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en Washington.
Para los palestinos de Gaza –obligados a reubicarse varias veces desde el 7 de octubre de 2023–, esta idea es descabellada y peligrosamente similar a la Nakba, cuando las bandas sionistas expulsaron por la fuerza a más de 750.000 palestinos para establecer Israel, ocupando el 78% del territorio y fragmentando la sociedad palestina.
La ocupación se profundizó en 1967, cuando Israel se apoderó de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, dividiendo gradualmente los territorios palestinos mediante asentamientos ilegales, control militar y bloqueos.
Hoy, Gaza sigue aislada bajo asedio, mientras la Cisjordania ocupada está dividida por puestos de control y asentamientos ilegales, lo que deja a Palestina como una colección de porciones de tierra desconectadas y cada vez más pequeñas.
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La destrucción de Gaza ha generado más de 39 millones de toneladas de escombros, algunos de los cuales están contaminados con munición sin detonar, amianto y otras sustancias peligrosas. Foto: Reuters
Una pesadilla sin fin
Al igual que cientos de miles de palestinos en Gaza y otros lugares, la vida de Alkafarna se vio gravemente afectada. La ofensiva genocida convirtió el enclave costero en un paisaje distópico, plagado de cadáveres putrefactos, montañas de metal retorcido y escombros de hormigón.
Los ataques aéreos israelíes destruyeron su casa y la de sus familiares.
Su familia de nueve personas ha quedado destrozada: su madre y una de sus hermanas, Maryam, han sido trasladadas a Qatar para recibir tratamiento por las heridas sufridas en los bombardeos israelíes en el norte de Gaza. Maryam también perdió a su marido.
Incluso tras huir al sur, los ataques no cesaron. Su hermana Sayida y los familiares de sus suegros también resultaron heridos, mientras que la salud de su hermano Ezz el-Din, que sufre de diabetes, se deterioró debido a la falta de insulina.
“Perdí a mis amigos de la infancia, a mi primo, a muchos familiares y amigos. Perdí a mis amigos de la escuela, perdí amigos que conocí en la universidad mientras estudiaba derecho y perdí amigos de mi vida profesional que habrían sido brillantes abogados si la ocupación israelí no los hubiera matado”, lamenta Alkafarna.
Otros, como Mohammed Kahlout, dicen que sólo la muerte puede separarlos de su amada Gaza.
"Rechazamos abandonar Gaza", dice Kahlout, activista palestino de 27 años a TRT World, refiriéndose a la propuesta de Trump.
Kahlout ha sobrevivido a 15 meses de genocidio, desplazándose de un lugar a otro hasta el último acuerdo de alto el fuego. Fue entonces cuando regresó a su casa al norte de Gaza, sólo para encontrar su barrio reducido a escombros.
"No abandonaremos Gaza a menos que sea para ir al cielo. Si alguna vez abandonamos Gaza, el cielo es el único lugar al que iremos", dice Kahlout.
"En esta guerra hemos perdido mucho. Abandonar Gaza es una traición a la sangre de nuestros mártires", sostiene.
Para los palestinos, el profundo sentido de pertenencia es una fuente de resiliencia frente a décadas de atrocidades israelíes.
Tras el alto el fuego, la gente regresó a sus hogares, pero se encontró con sus localidades arrasadas e instalaciones destruidas, y con Israel atacando sistemáticamente hospitales, infraestructuras, pozos de agua y municipios.
"Mis hermanos no encontraron nada. La ocupación había arrasado por completo la ciudad, destruyendo deliberadamente la infraestructura para que la gente no tuviera acceso al agua o incluso a un lugar donde montar sus tiendas de campaña", se lamenta Alkafarna.
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Vista aérea de la destrucción causada por la brutal ofensiva israelí en Gaza. Foto: AA
Una condena que resuena en el mundo
La condena mundial contra la propuesta de Trump ha sido rápida y unánime.
El presidente de Türkiye, Recep Tayyip Erdogan, ha rechazado rotundamente los planes de crear una “patria alternativa” para los palestinos. “Nadie puede desplazar a los palestinos de su patria histórica”, afirmó. “ Nadie puede causarles otra Nakba”.
El plan de Trump pareció sorprender incluso a su propia administración. Un día después del anuncio, Marco Rubio, secretario de Estado de EE.UU., y Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, buscaron retractar la propuesta. Los palestinos no serán reasentados de forma permanente, sino que será temporal, argumentaron.
Ni siquiera Trump pudo responder a la pregunta de un periodista sobre cómo y bajo qué autoridad Estados Unidos podría tomar el control de Gaza y ocuparla a largo plazo, debido a que no existe tal disposición en el derecho internacional.
Ni Trump ni nadie más tiene derecho a expulsar a los palestinos de su tierra, afirma Kahlout.
“La tierra de Gaza no está en venta. Su precio es demasiado alto”, añade Kahlout. “No aceptaremos una patria alternativa ni un desplazamiento forzado. Moriremos en nuestra tierra. (Incluso) el sultán otomano Abdulhamid no cedió ni un centímetro de Palestina, y tampoco renunciaremos a Gaza, no la abandonaremos”.
Kahlout se refiere al intento de Theodor Herzl, líder del movimiento sionista, de establecer un estado judío en Palestina. Herzl se acercó al sultán otomano Abdulhamid II con una oferta de pagar una parte significativa de la deuda del imperio a cambio del permiso para asentar judíos en Palestina.
“No venderé nada, ni siquiera un centímetro de este territorio”, afirmó el sultán Abdulhamid II. “Este país no me pertenece a mí, sino a todos los otomanos”.
Sin embargo, algunos palestinos ven hipocresía en la postura de Occidente, a pesar del creciente apoyo mundial a una solución de dos Estados para poner fin al conflicto entre Israel y Palestina.
“Hoy en día, todo el mundo habla del hecho de que el éxodo de los palestinos de su tierra es una clara violación de los derechos humanos y del derecho internacional, mientras que la mayoría de estos países contribuyeron a la matanza de palestinos por parte del Gobierno de Israel, directa o indirectamente”, afirma Alkafarna.
“Durante 76 años, los palestinos han exigido su derecho a establecer un Estado con Jerusalén como capital”, añade Alkafarna. Y concluye con una pregunta urgente: “¿Dónde estaban antes los derechos del pueblo palestino? ¿Acaso no existían hasta ahora?”