Un sueño en ruinas: el dolor del barbero de Gaza que lo perdió todo

Muawiya era feliz trabajando en su barbería, hasta que una bomba lo dejó en silla de ruedas y casi sin audición. Sin trabajo y tras ser desplazado seis veces, él y su familia sólo esperan un milagro.

Muawiya, como muchos palestinos, se pregunta por qué su sufrimiento parece no tener fin. En su mensaje, denuncia la indiferencia internacional ante el dolor de su pueblo". Foto: Abdallah Al-Naami
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Muawiya, como muchos palestinos, se pregunta por qué su sufrimiento parece no tener fin. En su mensaje, denuncia la indiferencia internacional ante el dolor de su pueblo". Foto: Abdallah Al-Naami

Gaza, Palestina - Desde niño, Muawiya Al-Wahidi anhelaba abrir su propia barbería en su barrio, en Gaza. Abandonó la escuela para formarse en esta profesión y pasó varios años trabajando en diversos locales, hasta que logró cumplir su sueño.

Fue hace siete años cuando finalmente instaló su local en Al-Sabra, en la parte oeste de Gaza, un vecindario residencial lleno de tiendas, supermercados pequeños y talleres. Muawiya trabajaba allí desde las 9 de la mañana hasta las 11 de la noche y, a pesar del cansancio, recibía a cada cliente con una sonrisa.

“Éramos felices con nuestras vidas. Volver a casa con mi pequeña familia después de un largo día de trabajo era una sensación muy gratificante. Me llenaba de alegría poder conseguirle a mis hijos lo que querían”, recuerda Muawiya, palestino de 46 años y padre de Siraj, de 13 años, y Sadeem, de 10.

Hasta que los ataques israelíes lo cambiaron todo.

“Me parte el corazón hablar de esos días como si fueran recuerdos lejanos”, reflexiona Muawiya.

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"El bloqueo israelí ha hecho imposible acceder a la atención médica adecuada para Muawiya, quien sigue esperando tratamiento para las secuelas de sus heridas". Foto: Abdallah Al-Naami

La bomba que lo dejó en silla de ruedas

El 12 de mayo de 2021, durante la ofensiva de 11 días de Israel sobre Gaza, Muawiya se dirigía a su barbería cuando un avión de guerra israelí bombardeó un auto en la calle, a siete metros de distancia. Muawiya vio que su vecino Nader, sastre del taller de costura contiguo, había resultado herido mientras estaba frente a su tienda. Se apresuró a ayudarlo, justo cuando un avión israelí lanzó otra bomba que mató a Nader. Esa matanza brutal se llevó la vida de 253 palestinos.

En aquel ataque, Muawiya perdió su pierna derecha, y por poco también la izquierda. Además, el estruendo del bombardeo le arrebató el 80% de la audición. Las lesiones lo dejaron postrado en cama e incapaz de moverse.

“En un abrir y cerrar de ojos, perdí la capacidad de caminar. De repente, no pude trabajar ni hacer nada por mí mismo. Me costó aceptar el hecho de que necesitaba ayuda para todo”, cuenta dolido Muawiya a TRT Español. “Me sentía tan triste y tan deprimido que durante mucho tiempo no pude ni hablar”.

Durante un año, Muawiya se sometió a varias cirugías para recuperar un pie. Pero el equipo médico no tuvo éxito.

Necesitaba grandes cantidades de medicación para calmar el dolor desgarrador que sufría. Sin embargo, sin un ingreso estable, le costaba permitírselo.

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"El sufrimiento físico y psicológico de Muawiya es un reflejo de la difícil realidad de muchos palestinos que, como él, enfrentan la guerra, el desplazamiento y la falta de recursos". Foto: Abdallah Al-Naami

Volver a trabajar, a pesar de todo

A pesar del trauma y las dificultades, decidió volver a trabajar y cuidar de sus seres queridos.

“Decidí que no me rendiría”, afirma hoy. “No podía soportar la idea de ser una carga para mi familia y mi comunidad. Extrañaba mucho mi barbería, que siempre me había apasionado. Sentía que necesitaba regresar de cualquier manera”, relata Muawiya a TRT Español. “Quería volver a mi vida normal”.

Con la ayuda de familiares y amigos, diseñó una silla especial para trabajar sentado y, dos años después de las bombas, Muawiya reabrió su barbería.

Aunque había perdido alrededor de dos tercios de sus clientes durante su recuperación, Muawiya estaba entusiasmado por regresar: “Estaba tan feliz de estar de vuelta en mi barbería. Me sentía vivo”.

Pero la felicidad fue efímera. Meses después de reabrir el local, regresaron los ataques de Israel contra Gaza, y todo lo que Muawiya había trabajado arduamente por recuperar, volvió a pender de un hilo.

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"Tras la ofensiva israelí de 2021, Muawiya perdió su pierna y gran parte de su movilidad. La vida, tal como la conocía, cambió para siempre". Foto: Abdallah Al-Naami

El dolor de dejar todo atrás: seis desplazamientos sin poder caminar

En los primeros días de la ofensiva, Israel lanzó masivos bombardeos. Cada día cientos de palestinos morían y miles eran heridos. Muawiya volvió a cerrar su barbería y regresó con su familia. Sin poder desplazarse con facilidad, sería un blanco fácil en el bombardeo.

“Estábamos aterrorizados. Cada vez que escuchaba una explosión, los dolorosos recuerdos del día de mi lesión volvían a mi mente”, admite Muawiya.

Durante la primera semana de la ofensiva, el ejército israelí emitió órdenes de evacuación para todas las áreas en el norte del enclave y de la Ciudad de Gaza, que afectaban a toda la familia.

“Estaba perdido. No sabía qué hacer. Empacamos lo que pudimos y dejamos nuestro hogar, sin saber cuándo regresaríamos. Recuerdo a mi hijo de 13 años luchando por empujar mi silla de ruedas por la calle, mientras mi hija y mi esposa cargaban nuestras cosas. Fue una de las peores experiencias de mi vida”.

Durante el último año, Muawiya y su familia experimentaron el desplazamiento y la pesadilla seis veces.

“Cada vez que llega una nueva orden de evacuación, seguida por la invasión terrestre israelí, veo a la gente a mi alrededor corriendo, recogiendo sus carpas y empacando sus cosas para escapar lo más rápido posible de las balas y los proyectiles israelíes, mientras yo me siento en mi silla de ruedas o en el suelo, mirando a mi alrededor, incapaz de moverme por mi discapacidad. Me siento impotente. Impotente para encontrar seguridad para mis hijos que dependen de mí”.

Cada nuevo bombardeo significa otro éxodo, y así la pesadilla para Muawiya se extiende sin fin.

“Me siento tan abrumado por mi discapacidad que la mayor parte del tiempo, me la paso llorando. Aunque tengo la esperanza de que alguien se apiade de nosotros y nos preste ayuda”.

Desde que comenzó la ofensiva, Israel ha impuesto un estricto bloqueo sobre Gaza, lo que ha provocado la escasez de productos básicos y el aumento descontrolado de los precios. Esto ha hecho que sea imposible para la mayoría de las familias satisfacer sus necesidades básicas.

Como gran parte de los palestinos, Muawiya ha perdido su único ingreso y no recibe ayuda. La situación lo ha obligado a pedir préstamos para proporcionar alimentos y agua para su familia y cubrir el costo del transporte del desplazamiento con cada nueva invasión terrestre israelí.

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"Cada nuevo ataque trae consigo recuerdos dolorosos y el temor de no encontrar un lugar seguro para su familia". Foto: Abdallah Al-Naami

El mensaje de Muawiya para la comunidad internacional

Tres años después de la pérdida de su pierna y su movilidad, Muawiya sigue sufriendo las consecuencias físicas y psicológicas de su herida. No ha recibido atención médica debido a que el sistema de salud está deteriorado debido al bloqueo israelí y el gran número de heridos diarios.

Como palestino, Muawiya tiene un mensaje para quienes están fuera de Gaza.

“Nos dicen que los países occidentales son líderes en derechos humanos y de los animales, pero parece que estos principios no se aplican a nosotros”, se lamenta el barbero que ve cómo cada día se aleja el sueño de volver a una vida normal. Y se pregunta: “¿Qué crimen cometimos las personas con discapacidad que sufrimos con la guerra y los constantes desplazamientos?”.

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