Yenín, el campo de refugiados que Israel convirtió en un “pueblo fantasma”
Los ataques de Israel destruyeron Yenín, en Cisjordania ocupada, a tal punto que se está comparando con la devastación en Gaza. Los palestinos prometen que la Nakba no volverá a repetirse.

Edificios destruidos por una incursión del Ejército de Israel en Yenín, Cisjordania ocupada por Israel, el 3 de febrero de 2025. / Foto: Reuters
La inclemente incursión del Ejército de Israel en Yenín, Cisjordania ocupada, transformó este campo refugiados en lo que residentes y algunos funcionarios describen como un “pueblo fantasma”. La destrucción alcanza una magnitud no vista en más de 20 años.
Dos semanas después de que comenzaran los ataques israelíes, Yenín se encuentra prácticamente desierta. Miles de palestinos han abandonado sus hogares, llevándose consigo apenas lo que podían cargar, luego de que Tel Aviv les ordenará evacuar utilizando drones con altavoces.
Tras destruir carreteras y otra infraestructura clave, las fuerzas israelíes demolieron varios edificios durante el fin de semana, provocando fuertes explosiones.
"Nos quedamos en la casa hasta que el dron se acercó y comenzó a ordenarnos que evacuáramos la casa y el vecindario porque iban realizar una explosión", relató Khalil Huwail, de 39 años y padre de cuatro hijos, quien huyó de Yenín con su familia.
"Salimos con la ropa que llevábamos puesta. No pudimos llevar nada, estaba prohibido", añadió. "El campamento está completamente vacío".
Luego de que se desplegaran bulldozers y vehículos blindados cerca de su casa, Huwail dijo que los residentes caminaron con dificultad por carreteras llenas de escombros hasta un punto de encuentro donde los vehículos de la Media Luna Roja los esperaban.
El Ejército de Israel afirmó haber destruido 23 estructuras y prometió "seguir operando para frustrar el terror donde sea necesario".
“Frágil alto el fuego”

El ejército israelí intensifica su ofensiva en Yenín, causando más muertes y desplazamientos. / Foto: AA.
Desde una colina que da al pequeño campamento, poco se podía ver aparte de nubes de humo y soldados moviéndose entre las paredes ennegrecidas de casas calcinadas. Esta operación, la más reciente de una incursión que Tel Aviv lanzó el mes pasado, comenzó después de que se estableciera un alto el fuego en la ofensiva genocida de Israel contra Gaza.
La Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA) advirtió que las demoliciones en Yenín "socavan el frágil cese del fuego alcanzado en Gaza y plantean el riesgo una nueva escalada".
La agencia sostuvo que Yenín, un pueblo habitado por descendientes de palestinos que huyeron o fueron expulsados de sus casas durante 1948 en medio de la creación del estado de Israel, "se ha convertido en un pueblo fantasma".
Durante años, el ejército israelí ha lanzado incursiones contra el campo de refugiados, al que señala como un bastión de grupos de resistencia armada, incluidos Hamás y la Yihad Islámica.
“La Nakba no se repetirá”
Israel también ha estado atacando otras zonas de Cisjordania ocupada, incluidas las ciudades de Tubas y Tulkarem. Al comienzo de la operación en Yenín, Israel Katz, el ministro de Defensa de Israel, sostuvo que el ejército aplicaría las lecciones aprendidas en la ofensiva contra Gaza, a más de 100 km al sur.
Los palestinos consideran que estas incursiones israelíes –que comenzaron después de que Tel Aviv prohibiera las operaciones de la UNRWA desde su sede en Jerusalén Este ocupada– son un intento por desplazarlos de las tierras que consideran el núcleo de un futuro Estado palestino, repitiendo los eventos de 1948 que ellos llaman la "Nakba", la catástrofe en árable.
Nabil Abu Rudeineh, portavoz de la presidencia de la Autoridad Palestina, calificó la operación como parte de un esfuerzo más amplio para "desplazar ciudadanos y llevar a cabo una limpieza étnica". Algo que ha cobrado nuevo impulso desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien se reunió con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu este martes, sugirió que Egipto y Jordania deberían acoger a los palestinos.
Los residentes de Yenín, obligados a abandonar el campamento, se mantienen firmes. "Volveremos a nuestros hogares. La Nakba no se repetirá", dijo Khalil Huwail. "No migraremos a otra área".