La fascinante historia del joven turco que une su país con el mundo hispano
Fanático del escritor Julio Cortázar, Emre Demirci aprendió español por su cuenta. Desde entonces, tradujo series y documentales. Y hoy introduce a los hispanos a las maravillas culturales de Türkiye.
En plena Ruta de la Seda, Trebisonda, en el noreste de Türkiye, ha ganado popularidad internacional durante los últimos años por la exitosa serie turca “Fugitiva” (“Sen Anlat Karadeniz”) que se filmó allí. Para Emre Demirci, sin embargo, esta ciudad verde de montañas y lluvias junto al mar Negro tiene un valor especial: allí nació y creció en la misma casa de sus padres, hermano, tíos y abuelos. “Recuerdo que mi abuela me contaba cuentos de hadas”, evoca Emre, de 28 años. “Decía que las había visto varias veces en los arroyos”.
Históricamente, Trebisonda ha sido un crisol de religiones, idiomas y culturas, pues su puerto ha impulsado el comercio regional a lo largo de los siglos. Y eso, de una forma u otra, marcó a Emre.
Pasó su juventud en contacto con la naturaleza. Nadaba en el mar negro, encendía pequeñas hogueras, y recogía rosas, margaritas, violetas, peras, uvas y cerezas del campo. Y, sobre todo, avellanas, ya que Türkiye es el mayor productor mundial de esta nuez.
A los 18 años, tras completar sus estudios, se mudó a la desbordante y legendaria ciudad de Estambul para estudiar lengua y literatura inglesa en la universidad. El primer paso que lo acercaría a su destino.
El español, la inflexión de su vida
A unos 1.000 kilómetros de distancia de su familia, Emre comenzó a estudiar literatura inglesa en 2014, y tres años después, literatura española, un "punto de inflexión" en su vida. Para demostrar su competencia, tuvo que presentar un examen.
A pesar de su enfoque en la cultura y la historia españolas, Emre aprendió sobre la historia de América Latina y se apasionó con su literatura. Foto: cortesía Emre Demirc
“Estudié por mi cuenta en casa, sin gastar un centavo, pues tenía todo en internet. Me motivaba que cada día podía entenderlo mejor, y hasta armar frases en español”, cuenta Emre a TRT Español. “Cada vez que las palabras salían de mi boca, me impulsaban a aprender más y más”.
Con esta dedicación en casa y en la facultad, poco a poco su español comenzó a florecer.
A pesar de su enfoque en la cultura y la historia españolas, Emre aprendió sobre la historia de América Latina y se apasionó con su literatura. Una de sus obras favoritas es el cuento brevísimo –de poco más de una página– “Continuidad de los parques”, del escritor argentino Julio Cortázar. En el relato, un lector acaba asesinado por los mismos protagonistas de la obra que tiene entre sus manos.
Tras graduarse en la universidad, Emre trabajó como traductor de subtítulos de series turcas, nuevas y no tan nuevas. “También traduzco documentales y vídeos de todo tipo. Siempre aprendo algo nuevo y así mantengo activa mi mente”, afirma. “Por ejemplo, he traducido documentales sobre una selva de montaña apodada Los Yungas en Bolivia, o un pueblo en la altura en México, o ciudades remotas de Perú y Colombia”.
Un intercambio cultural que define su destino
Emre creó un espacio en redes sociales para intercambiar idiomas y culturas, donde une a hispanohablantes curiosos. Foto: cortesía Emre Demirci
Hace cuatro años, Emre tuvo un intercambio cultural con una familia española que visitó en Estambul, lo que sellaría su destino. Un encuentro que estrechó, al fin, sus lazos con España y América Latina. “Conocí a Carlos en internet cuando quería practicar español y un día me dijo: “Mi familia y yo vamos a visitar Türkiye”. Y así fue cómo nos conocimos días más tarde en un restaurante de pescado, en el puente de Gálata”. De allí, partieron juntos a un café en Süleymaniye. Y Emre hizo su primer tour turístico 100% en español. “Se quedaron asombrados por las impresionantes vistas panorámicas de la mezquita de Süleymaniye, el Cuerno de Oro, el Bósforo con sus ferris y la torre de Gálata”.
El encuentro con Carlos y su familia inauguró otro capítulo en su vida. A partir de entonces, Emre creó un espacio en redes sociales para intercambiar idiomas y culturas, donde une a hispanohablantes curiosos como Carlos, que tienen ganas de saber más sobre la diversidad de Türkiye.
"Mi inspiración fue el amor que tienen los hispanos por mi país, Türkiye. Entonces, pensé: 'Tengo que hacer algo para corresponder este amor', y así inicié mi canal de YouTube con vídeos en español sobre la lengua y cultura turcas", afirma.
En su primer video de 18 minutos, enseñó la historia del idioma turco e hizo un breve introducción a los saludos. La respuesta de los espectadores fue tan entusiasta que lo empujó a continuar. “Los comentarios y mensajes que me envían mis seguidores”, dice él, “son la primera cosa que leo en el día". El comentario que más disfruta: cuando sus seguidores le cuentan que, tras ver sus videos, decidieron viajar a Türkiye a conocer el país. “Eso sí que me pone feliz”, se entusiasma Emre. Señal de que ha cumplido su misión.
De recetas de pasteles, a las expresiones turcas del amor
Además del canal en YouTube, su cuenta en Instagram acumuló en dos años más de 16.000 seguidores. Y sigue creciendo. Allí Emre habla sobre historia, arte, cultura gastronómica y el idioma de Türkiye, y conversa en español y turco.
Sus dos videos destacados fueron la preparación de un pastel popular con huevo, harina, sémola y azúcar –el Şekerpare–, que se disfruta con té o café turco. Y otro, que fue viral, donde explicaba cómo en el distrito Halfeti, provincia de Sanliurfa, crece naturalmente un fenómeno bello, irrepetible e impensado: la rosa negra.
En sus redes, Emre muestra sitios emblemáticos de Estambul, como el palacio Dolmabahçe y la Hagia Sophia. Foto: cortesía Emre Demirci
"Uso ambos idiomas porque creo que es importante que las dos culturas se conozcan, porque no podemos amarnos sin conocernos. Con este fin, también intento divulgar las culturas hispanohablantes haciendo vídeos en turco porque ha habido un interés creciente en los últimos años por el español en Türkiye", insiste.
Sus videos crecen y las temáticas se multiplican. En una publicación, expuso las tres formas para referirse en turco al amor. 'Sevgi', amor por amigos o parientes, 'aşk', afecto por una pareja, y ‘sevda’ la forma más duradera de amar.
Además, en sus redes muestra sitios emblemáticos de Estambul, como el palacio Dolmabahçe y la Hagia Sophia. Y hasta antiguas creencias populares: como la costumbre de las mujeres que acaban de dar a luz de colocarse cintas rojas en la cabeza para ahuyentar a un mal espíritu llamado Alkarısı, es decir, la Mujer Roja. “Este ser, se dice, atormenta a las mujeres que acaban de dar a luz y se alimenta de bebés”, explica Emre. “La cultura turca se compone de varias capas de antiguas creencias que aún perduran”.
Por último, Emre comparte celebraciones destacadas del calendario turco, como la fundación de la República, el 29 de octubre durante el gobierno de Mustafa Kemal Atatürk. O la llegada del mes sagrado del Ramadán, el noveno mes del calendario islámico, donde fue revelado por primera vez el Sagrado Corán y donde la comunidad ayuna a lo largo del día.
Gracias a sus videos, Emre ha tendido un puente cultural inigualable entre el pueblo turco y la comunidad hispanohablante. Foto: cortesía Emre Demirci
Emre no se detiene: quiere seguir publicando y compartiendo el patrimonio cultural de Türkiye, con sitios destacados como Göbeklitepe, el lugar de culto religioso más antiguo del mundo, hoy un tesoro arqueológico.
"Anatolia es cuna de muchas civilizaciones que formaron la historia de la humanidad, por eso es una tierra rica en muchos aspectos. Cada uno puede encontrar aquí algo de su gusto: historia, comida, naturaleza, ciudades antiguas, mares, montañas y experiencias únicas", enumera.
Gracias a sus videos, Emre ha tendido un puente cultural inigualable entre el pueblo turco y la comunidad hispanohablante. Un lazo que ni el tiempo ni las distancias lograrán quebrar. “Aunque haya mares, montañas y océanos" de por medio, concluye que "entre nosotros", siempre habrá muchas cosas en “común” que nos mantendrán unidos.