Cómo el miedo a ser deportados impacta la salud mental de los migrantes
Los expertos en salud mental señalan que los migrantes en situación irregular en Estados Unidos enfrentan una carga de “inestabilidad e incertidumbre” por el temor a las redadas de las autoridades.

Ante el temor de las redadas migratorias, los efectos psicológicos son palpables./ Foto: Getty Images.
Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estrena su regreso a la Casa Blanca con medidas drásticas para detener la inmigración irregular en el país, expertos alertan sobre el riesgo de salud mental que enfrentan los migrantes y sus familias ante las amenazas de redadas.
“Vivir en las sombras” por miedo a ser deportados tiene un alto costo para los migrantes, quienes cargan la mayor parte de sus vidas con "inestabilidad e incertidumbre" debido a que han dejado atrás a sus seres queridos, afirmó a la agencia de noticias AFP Susanna Francies, una psicóloga especializada en migración.
Según la experta, “muchos migrantes sufren traumas” y "si sienten que tienen que permanecer en las sombras o que no pueden revelar su estatus migratorio, eso hace que sea más difícil para ellos acceder al tratamiento de salud mental".
Y con la llegada de Trump al poder, la incertidumbre se ha disparado en los últimos meses, pues una de sus principales promesas de campaña es deportar a más de 11 millones de personas sin estatus legal en el país.
Ante el temor de las redadas migratorias, los efectos psicológicos son palpables. Alejandro Flórez, un venezolano de 26 años que llegó a Estados Unidos en 2016, relata cómo se le “ha elevado muchísimo la ansiedad", en una llamada telefónica con AFP.
La ansiedad se traduce, entre otras cosas, en serias dificultades para conciliar el sueño. "Me cuesta dormir, desde la semana pasada si acaso he dormido cuatro o tres horas a la noche", explica Flórez, quien lleva siete años esperando una respuesta a su solicitud de asilo y actualmente se encuentra protegido bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS).
El peso para los niños
Ahora bien, los efectos de estas políticas migratorias sobre la salud mental no se limitan únicamente a los adultos. Las organizaciones de defensa de los migrantes temen que las amenazas del Gobierno de Trump desaten el pánico entre las personas en situación irregular y que los migrantes se escondan por miedo a las redadas que, en el caso de los niños, dejan una huella indeleble.
Investigaciones realizadas por el Centro de Derecho y Política Social (CLASP), una organización dedicada a la defensa de los migrantes, demuestran que "la mera amenaza de separación puede perjudicar el desarrollo de un niño", según afirmó Wendy Cervantes, directora de inmigración de la organización, en una rueda de prensa.
Cervantes subraya que "cuando un padre es deportado, los niños que quedan atrás sufren de mala salud física y mental, resultados académicos adversos, así como inseguridad alimentaria y de vivienda". Por lo que advierte que estos efectos "pueden durar años".
Las consecuencias de las redadas, especialmente aquellas que ocurren dentro de los hogares, son especialmente graves. "Las redadas en el hogar son a menudo la peor pesadilla de un niño hecha realidad, porque ocurren tarde en la noche, cuando están durmiendo, e incluyen la entrada forzada de agentes armados en sus hogares para llevarse a sus padres", explicó Cervantes.

Fotografía tomada de la cuenta en X de la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, de migrantes ingresando a un avión para un vuelo de deportación. / Foto: EFE.
Preocupación por las separaciones familiares
Otro factor que preocupa profundamente a las organizaciones de derechos humanos es la separación familiar. Durante el primer mandato de Trump, bajo la dirección de Tom Honan en el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), miles de niños fueron separados de sus familias como parte de una estrategia para desalentar la llegada de migrantes irregulares a través de la frontera con México.
Wendy Cervantes, de CLASP, no duda en señalar que "los expertos en salud han confirmado, una y otra vez, que sencillamente no hay una manera segura de detener a un niño". La separación forzada de los niños de sus padres no solo les causa un sufrimiento inmediato, sino que también tiene consecuencias psicológicas a largo plazo que pueden marcar sus vidas para siempre.
"He conocido a niños que han sido separados de sus padres en la frontera" con México, "y tiene consecuencias duraderas", confirma Susanna Francies, quien resalta el impacto emocional de estas experiencias en los más pequeños.
Honan, ahora designado por Trump como "zar de la frontera", no ha descartado reintroducir los centros de detención familiar y, en declaraciones recientes, afirmó que los migrantes tendrían la opción de dejar en Estados Unidos a sus hijos nacidos en territorio estadounidense o ser expulsados con ellos.
Es importante recordar que, según datos oficiales, más de cinco millones de niños estadounidenses tienen al menos a uno de sus padres en situación irregular, lo que hace que las políticas de separación familiar afecten a una gran parte de la población infantil en el país.
Entre tanto, los migrantes viven pegados a los medios de comunicación, atentos a cualquier noticia que pueda alterar su ya frágil situación. "Gran parte del día está uno pendiente de qué dijeron ahorita, qué van a hacer", reconoce Alejandro Flórez, describiendo la ansiedad constante que sienten quienes viven bajo la amenaza de ser deportados.