Prisión preventiva para 3 militares acusados por golpe de Estado en Bolivia
El excomandante del Ejército Juan José Zúñiga, el exjefe de la Marina Juan Arnez y el exlíder de una brigada militar Alejandro Irahola, enfrentan cargos de terrorismo y alzamiento armado.
Tres altos líderes militares acusados del fallido golpe de Estado contra el presidente de Bolivia, Luis Arce, estarán en prisión preventiva por al menos seis meses, informó el procurador general del país, César Siles.
El excomandante del Ejército Juan José Zúñiga, el exjefe de la Marina Juan Arnez y el oficial Alejandro Irahola, exjefe de la brigada mecanizada del Ejército, serán recluidos en una prisión de alta seguridad no lejos de la ciudad de La Paz, señalaron las autoridades este viernes.
"Esta detención preventiva que está disponiendo el juez sin duda va a sentar un precedente, y (es) buena señal para que esta investigación pueda seguir avanzando", señaló Siles.
A los tres militares se les acusa de cargos de participación en un levantamiento armado y terrorismo, y enfrentan hasta 20 años de prisión, dijo Siles en televisión estatal.
Un total de 21 militares retirados, civiles y en servicio activo fueron detenidos en relación con el intento de golpe de Estado del miércoles, cuando tropas y tanques se desplegaron en el centro de La Paz, donde intentaron derribar una puerta del palacio presidencial.
Zúñiga dijo que su objetivo era "reestructurar la democracia" en Bolivia. Pronto fue capturado y las tropas se retiraron.
¿Un “autogolpe”?
En un giro inusual, Zúñiga afirmó que seguía las órdenes de Arce y que se trató de un “autogolpe” con el que el presidente buscaba aumentar su popularidad.
Arce negó las acusaciones. "¿Cómo podría uno ordenar o planear un golpe de Estado contra uno mismo?", dijo a la prensa.
Las tensiones en Bolivia han aumentado durante las últimas semanas por el incremento de los precios, la escasez de dólares y combustible, y una disputa entre Arce y el poderoso expresidente Evo Morales antes de las elecciones de 2025.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció el jueves que pronto visitaría a su "amigo" Arce para apoyarlo tras el intento de golpe.
Rusia condenó "enérgicamente" el intento de golpe militar, según afirmó este jueves el Ministerio de Relaciones Exteriores, advirtiendo contra una "injerencia extranjera destructiva" en Boivia.
Por su parte, el secretario General de la ONU, Antonio Guterres, apreció "la resolución pacífica de la situación", dijo su portavoz Stéphane Dujarric, después de haber expresado anteriormente alarma por el fallido golpe.
Las condenas al intento de golpe también llegaron desde Madrid, Washington y toda América Latina.
Tensión política
Bolivia, que tiene un largo historial de golpes militares, atraviesa desde hace algunas semanas una crisis económica por la caída en la producción de gas natural, su principal fuente de divisas hasta 2023.
El país ha tenido que reducir las importaciones de combustible y hay escasez de dólares, lo que ha generado protestas de poderosos sindicatos de comerciantes y transportistas de carga.
Gustavo Flores-Macías, profesor de gobierno en la Universidad de Cornell en el estado de Nueva York, dijo a la agencia de noticias AFP que el golpe fallido es "un síntoma de un descontento amplio y significativo" en el país.
Por ahora, "debemos evaluar cuidadosamente cuán extendido está el descontento dentro de las fuerzas armadas", dijo, y agregó que el gobierno de Arce enfrenta "un momento crítico de debilidad".
Bolivia también está profundamente polarizada después de años de inestabilidad política, y el partido gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) está dividido por un conflicto interno entre los partidarios de Arce y su exmentor Morales.