¿Qué implica la nueva ley de minería en El Salvador que aprobó el Congreso?
El Congreso de El Salvador autorizó un proyecto de ley, apoyado por el presidente Bukele, para permitir la exploración y explotación minera. La propuesta ha causado polémica en el país.
El Congreso de El Salvador dio luz verde este lunes a un proyecto de ley, impulsado por el presidente Nayib Bukele, que permite la exploración y explotación minera en el país, prohibidas desde 2017. La medida desató polémica y protestas desde que se conoció a finales de noviembre, pues grupos ambientalistas alertan ante un posible deterioro ambiental en la nación.
La nueva Ley General de Minería Metálica, que consta de 35 artículos, se aprobó con el respaldo de 57 de los 60 diputados. Se espera que entre en vigencia tras su publicación en el Diario Oficial, cuando quedará sin efecto la Ley de Prohibición de la Minería Metálica de 2017, que consideraba esta actividad "una amenaza para el desarrollo y bienestar de las familias".
Así, El Salvador le abrirá la puerta a la explotación minera, luego de semanas de pulso entre Bukele, que planteó la medida, y organizaciones defensoras del medio ambiente que ponen la lupa sobre los posibles efectos de apostarle a esta actividad.
El 27 de noviembre, Bukele comenzó a promover públicamente la posibilidad de retomar la minería. En ese momento, aseguró que en el país existen “los yacimientos de oro con mayor densidad por kilómetro cuadrado en el mundo”, “valorados en 131.000 millones de dólares”, equivalentes "al 380% del PIB", de acuerdo a un estudio que citó pero del que no reveló mayor detalle.
Durante su anuncio, Bukele destacó que, si estos recursos se explotan de manera responsable, la economía del país podría transformarse de manera inmediata. Además, criticó la ley que prohibía la minería, argumentando que “somos el ÚNICO país en el mundo con una prohibición total de la minería metálica, algo que ningún otro país aplica. ¡Absurdo!", escribió en la red social X, refiriéndose a la legislación anterior.
Críticas y protestas
Sin embargo, la reactivación de la minería ha generado una fuerte oposición entre los grupos medioambientales. Mientras los diputados debatían, unas 300 personas se manifestaron frente al Congreso, con pancartas que decían "No a la minería, sí a la vida" y "Por la salud y la vida, no a la minería".
Vidalina Morales, líder social, reiteró que "El Salvador, como lo hemos dicho en reiteradas ocasiones, es un país donde la minería definitivamente es inviable".
Miembros de organizaciones ambientalistas y de sociedad civil participan en una manifestación frente a la asamblea legislativa este lunes, en San Salvador (El Salvador). Foto: Rodrigo Sura. Agencia EFE.
Los críticos de la minería temen que se pueda contaminar el río Lempa, que atraviesa la zona de potencial minero presentada por Bukele y que abastece de agua al 70% de los habitantes de la capital y ciudades aledañas.
La normativa prohíbe el uso del mercurio, pero ambientalistas han señalado que para la extracción de metales como oro y plata se hace uso del cianuro, un compuesto químico "altamente" tóxico para "el agua, la salud y la vida de las personas".
Un debate profundo sobre el futuro
La decisión de permitir la explotación minera en El Salvador genera un debate profundo entre quienes la ven como una oportunidad para revitalizar la economía y quienes advierten sobre sus posibles riesgos ambientales.
Muchos salvadoreños consideran que esta medida podría impulsar la economía del país y generar miles de empleos. Actualmente, El Salvador enfrenta una tasa de pobreza del 27%, aunque ha logrado un crecimiento promedio del PIB del 2,1% anual desde que adoptó el dólar como moneda en 2001.
"Yo pienso que al hacer eso el cantón (zona rural de un municipio) podría prosperar (...), generaría empleo", comentó Rubén Delgado, un trabajador de 55 años, en una entrevista previa con la agencia de noticias AFP. "Sería beneficioso para todo mundo", añadió, reflejando la esperanza de algunos habitantes de que la minería les brinde un futuro más próspero.
Por otro lado, según organizaciones ambientalistas, se estima que alrededor de 4 millones de personas en la zona norte de El Salvador podrían verse afectadas por el proyecto. Esta región incluye los departamentos de Cabañas, San Vicente, Morazán, San Miguel, Usulután y La Unión, que serían los más impactados por la minería.
El activista ecologista Luis González, de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), expresó su preocupación a EFE sobre los efectos devastadores de la minería: "El nivel de contaminación que se generaría en el agua, en el suelo y en la biodiversidad es inadmisible para la vida como la conocemos". Para muchos, esta amenaza representa un precio demasiado alto a pagar por el desarrollo económico.