Alud deja 2.000 sepultados en Papúa Nueva Guinea: rol de crisis climática
Las tragedias por fenómenos meteorológicos han afectado a varios lugares del mundo: de los deslizamientos en Papúa Nueva Guinea, a una inusual tormenta en México y en las inundaciones en Brasil.
Una tragedia climática sepultó a un pueblo entero en Papúa Nueva Guinea: las autoridades estiman que más de 2.000 personas quedaron bajo el enorme deslizamiento de tierra que afectó la aldea de Yambali. Ahora la atención vuelve a centrarse sobre la crisis climatica, cuyos devastadores efectos se extienden por todo el planeta y recientemente han afectado a miles de personas en Brasil y México.
La aldea en Papúa Nueva Guinea quedó arrasada casi por completo cuando parte del monte Mongalo colapsó la mañana del viernes, sepultando numerosas casas y las personas que dormían en su interior.
Ahora, la situación sigue inestable ya que el deslizamiento de tierras avanza lentamente, poniendo en peligro tanto a los rescatistas como a los posibles sobrevivientes.
Más fenómenos extremos por el cambio climático
Papúa Nueva Guinea, país insular de aproximadamente 11 millones de habitantes en el Océano Pacífico, suele experimentar fuertes lluvias. Estas generan una mayor erosión, inundaciones y mareas más altas, lo cual aumenta la posibilidad de que se produzcan peligrosos desprendimientos de rocas. Sin embargo, este año las lluvias y las inundaciones han sido especialmente intensas.
De acuerdo a los expertos, además de las condiciones geológicas, a dichos fenómenos meteorológicos también los influye la perturbación humana del ecosistema, principalmente la deforestación. Sumada al cambio climático, hace que estas situaciones extremas sean más probables, además de contribuir a mayores mareas reales a medida que aumentan los niveles del mar en todo el mundo.
Los rescatistas trabajan contra el tiempo en la aldea Yambali, buscando sobrevivientes. (AFP/Benjamin Sipa/International Organization for Migration)
Asimismo, según informes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de la ONU, durante los últimos 50 años el aumento del crecimiento demográfico y el incremento del uso de los ecosistemas naturales están intensificando la exposición del país a eventos extremos como peligros naturales como ciclones, sequías, terremotos y tsunamis.
El estudio explica que ese país ya ha sido golpeado por fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, como los provocados por El Niño en 1997 y 1998, y se pronostican nuevos cambios en las temperaturas y aumento del nivel del mar en los próximos 100 años.
Todo esto desatará inundaciones en zonas bajas del interior y costeras, incluidas las islas de los atolones, blanqueamiento y pérdida de defensas costeras, añade.
La crisis climática golpea a México
De manera simultánea a la tragedia de Papúa Nueva Guinea, el cambio climático también se hizo sentir en México. Al menos una decena de ciudades de ese país han batido récords de altas temperaturas en los últimos días, en una apremiante ola de calor que ha causado al menos 48 muertes por insolación y deshidratación en dos meses, según la Secretaría de Salud.
Puebla, situada a unos 120 kilómetros de la capital mexicana, ha experimentado altas temperaturas de hasta 5 grados centígrados por encima de lo acostumbrado, que suele ser entre 9° y 25° en mayo. Pero durante la tarde de este viernes, de un momento a otro, el cielo se llenó de nubes y cayó una granizada que duró unos 30 minutos y causó destrozos, inundaciones, caída de árboles y ráfagas de viento de hasta 50 kilómetros por hora.
En medio de la inusual ola de calor en México, la ciudad de Puebla registró una inusual granizada. (AFP/Jose Castanares)
Árboles, anuncios y más techos de lámina cayeron por el impacto de la tormenta, que se acumuló en una capa de hielo de más de un metro en algunos sitios, informó el departamento de Protección Civil local.
La ola de calor se produce en medio de una grave sequía a nivel nacional que ha llevado a que empeore la crisis del agua en gran parte de México.
Las inundaciones en Brasil, otro fenómeno meteorológico extremo
A su vez, en Brasil, unas inusuales inundaciones causaron una gran devastación en el estado sureño de Rio Grande do Sul, que dejaron aproximadamente 70.000 desplazados y millones de damnificados.
La “combinación desastrosa” que supone el cambio climático y el fenómeno meteorológico El Niño favoreció las lluvias devastadoras en la región, según expertos.
El desastre causado por las inundaciones en Porto Alegre y municipios de Rio Grande do Sul dejó 163 muertos y miles de afectados. (GETTY IMAGES)
Esta región siempre ha sido un punto de encuentro entre masas de aire tropicales y polares. Sin embargo, estas interacciones se intensificaron en las últimas décadas, ya que el aumento de la temperatura de las aguas del Pacífico hace que la atmósfera sea más inestable y propicia las tormentas, de acuerdo al especialista en climatología brasileño, Francisco Eliseu Aquino.
Y añade que en los últimos años “hemos vivido periodos de lluvias extremas, pero también de gran sequía. Los eventos extremos son más frecuentes y más intensos”.