¿Por qué los incendios en California han sido tan devastadores?
Desde normas de construcción flexibles hasta el cambio climático, estos son los cinco factores que explican por qué los incendios forestales arrasaron la zona, dejando un paisaje apocalíptico.

Las casas en el condado de Los Ángeles enfrentan un riesgo de incendios forestales mayor que el 99% de otros condados de EE.UU. / Foto: Reuters.
Los incendios forestales que arrasan California han convertido varios de los vecindarios y zonas más codiciadas de Estados Unidos en un paisaje devastador, destruyendo hogares y cobrando la vida de al menos 24 personas.
Desde las colinas de Hollywood hasta los Palisades, los residentes ven cómo décadas de construcciones y desarrollo quedan reducidas a cenizas por los devastadores incendios, considerados los peores de la historia de la zona.
Ahora bien, los expertos señalan que solo era cuestión de tiempo hasta que se desataran incendios de esta magnitud. Estas son las cinco razones que explican por qué eran inevitables.
Zonas de incendio
Las casas en el condado de Los Ángeles enfrentan un riesgo de incendios forestales mayor que el 99% de otros condados de EE.UU., según un análisis federal. Los expertos afirman que, pese a conocer los riesgos, las autoridades de California han permitido la construcción de viviendas en zonas de alto riesgo de incendio.
Palisades, un vecindario residencial muy codiciado de Los Ángeles, donde incluso viven varias celebridades, se encuentra en una de estas zonas. Junto con las colinas de Hollywood y Altadena, los Palisades tienen un “riesgo muy alto de incendios severos”. Sin embargo, Altadena y Palisades fueron desarrolladas hace décadas, cuando el riesgo era menor.
Asimismo, casi el 90% de las casas del condado de Los Ángeles se construyeron antes de 1990, fecha en que se comenzaron a implementar códigos contra incendios, explica Molly Mowery, autora de un informe de 2020 sobre reducción de riesgos de incendios. La experta indicó al Washington Post que los incendios son “la culminación de factores que se han ido gestando durante décadas”.
Con el calentamiento global y un clima cada vez más errático, los incendios se han vuelto más grandes, peligrosos y difíciles de controlar. La gravedad de los incendios en Los Ángeles aumentó un 30% entre los años 80 y 2010.
Muchas casas en Palisades, situadas en acantilados o cañones, se convirtieron casi en combustible para los incendios, debido a que su distribución en el terreno ayudó a que las llamas se propaguen.
Sistema de agua de Los Ángeles
El sistema de agua de Los Ángeles no está diseñado para manejar incendios grandes como los actuales, sino incendios más localizados. Recientemente, se han reportado problemas de presión débil, suministro insuficiente y bocas de incendio secas.
Los bomberos han recurrido a sacar agua del Océano Pacífico para combatir las llamas. Un funcionario del Departamento de Bomberos de Los Ángeles explicó que, aunque el departamento de agua había llenado tanques de forma preventiva, la alta demanda y la ubicación de algunas bocas de incendio dificultaron mantener la presión del agua.
Las autoridades afirman que sus sistemas de agua municipales estaban funcionando de manera eficaz, pero no estaban diseñados para combatir los incendios, sino para un entorno urbano.
Gregory Pierce, director del Grupo de Recursos Hídricos de la UCLA y profesor adjunto del Departamento de Planificación Urbana, dijo que el problema no era la falta de agua, sino las dificultades que se planteaban para hacer llegar rápidamente grandes cantidades de agua a los puntos específicos donde se la necesitaba. Añadió que, para llegar a ese nivel, se requerirían grandes inversiones en energía e infraestructura.

Una estructura con una cruz se encuentra junto a los restos de una iglesia devastada, mientras continúa el incendio Eaton, en Altadena, California, el 12 de enero de 2025. (Reuters)
Vientos fuertes
Los vientos son impredecibles y están fuera del control humano. Los que provienen de los desiertos interiores, combinados con baja humedad y vegetación seca, crean las condiciones perfectas para la propagación del fuego.
Así, los vientos que se originan en los desiertos del interior, en combinación con una humedad relativa baja y una baja humedad de los combustibles, son condiciones propicias para que el fuego se propague. Los científicos hablan de un fenómeno llamado "ola de montaña", que se produce cuando vientos fuertes golpean una cadena montañosa en un ángulo perpendicular, lo que lleva a las llamas a elevarse por encima de la cresta de las montañas y a descender en picado con velocidad y ferocidad.
En Los Ángeles, los vientos de Santa Ana soplan regularmente hacia la costa. Durante los inviernos secos, no es raro que se desarrollen ráfagas rápidas, explican científicos. Si a eso añadimos los fuertes vientos, que avivan las llamas y lanzan brasas hasta tres kilómetros por delante de las líneas del frente, la situación se sale aún más de control.
Limpieza de vegetación
Vivir en áreas de alto riesgo en California implica mantener un perímetro libre de vegetación de 1,5 metros alrededor de las casas, conocido como “espacio defendible”. Esto consiste en remover vegetación seca, podar ramas bajas y replantar jardines.
El argumento es que limpiar los perímetros reduce las posibilidades de que las llamas alcancen las casas.
Sin embargo, muchos residentes de Los Ángeles no cumplen con esta regla, ya que preferían la privacidad que les brinda la vegetación, les gustaba su propiedad tal como está o simplemente no quieren deshacer el trabajo de jardinería por el que pagan.
Ahora, algunos residentes han indicado que podar la vegetación de su propiedad no impidió que los incendios se propagaran hacia sus hogares.
Políticas inadecuadas
Aunque parezca contradictorio, a veces para prevenir incendios, es necesario iniciarlos. Jon Keeley, profesor de la UCLA e investigador científico, explicó anteriormente a TRT World que “en épocas del año en las que las temperaturas no son demasiado altas, los vientos no son tan fuertes y es relativamente seguro encender un fuego. Nos adentrábamos en el sotobosque del bosque, encendíamos un fuego y quemábamos la mayor cantidad posible de vegetación muerta”.
El problema es que las políticas federales que estuvieron vigentes durante más de un siglo exigen que todos los incendios, sin importar lo pequeños que sean, se extingan. Esto llevó a una acumulación de vegetación muerta en el sotobosque de los bosques de California, energía que espera ser liberada. Aunque estas políticas ya no están vigentes, su legado aún permanece en los bosques de California.
Sin embargo, los incendios controlados son una iniciativa costosa y de gran envergadura, y que no tiene una buena financiación. En 2022, el Gobierno del presidente Joe Biden presentó un plan para reducir el riesgo de incendio: aplicarlo en 50 millones de acres de tierra costaría al estado alrededor de 50 mil millones de dólares, no obstante, hasta la fecha solo se han puesto a disposición tres mil millones de dólares.