Donald Trump supera expectativas y logra un sorprendente regreso político

La derrota de Trump en 2020 ante Joe Biden fue para muchos el final de su carrera política. Cuatro años después, se convirtió en el presidente número 47 de Estados Unidos.

"Miren lo que pasó. ¿Es esto una locura?", le dijo Trump a una multitud entusiasta mientras declaraba su victoria en un discurso ante sus seguidores la mañana después del día de las elecciones. Foto: Reuters.
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"Miren lo que pasó. ¿Es esto una locura?", le dijo Trump a una multitud entusiasta mientras declaraba su victoria en un discurso ante sus seguidores la mañana después del día de las elecciones. Foto: Reuters.

El pasado 14 de julio, múltiples disparos interrumpieron un mitin de Donald Trump en Pensilvania, desatando el caos entre la multitud mientras la seguridad se apresuraba a protegerlo.

En medio del desconcierto, Trump se levantó nuevamente hacia la multitud, con una línea de sangre cruzando su rostro.

Levantando el puño cerrado – tal vez el momento más icónico de las elecciones de 2024 – Trump instó a sus seguidores a "luchar, luchar".

Lo que ocurrió cuatro meses después fue una sorprendente recuperación política al ganar una reñida carrera presidencial contra su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris.

La victoria de Trump lo convierte en el segundo presidente en la historia que recupera la Casa Blanca después de perder un intento de reelección.

Para sus partidarios, Trump es un líder franco e inflexible que desafía las estructuras de poder establecidas. Para sus críticos, es una figura polarizadora cuyas acciones a menudo amenazan las normas democráticas.

A pesar del turbulento final de su primer mandato, los estadounidenses lo eligieron nuevamente en el cargo, incluso mientras enfrenta una serie de cargos penales, incluidas acusaciones federales por presunto mal manejo de documentos clasificados, obstrucción de la justicia e intentos de anular las elecciones de 2020.

El regreso de Trump le otorga un considerable poder sobre estos casos, ya que se espera que destituya rápidamente a Jack Smith, el fiscal especial encargado de las investigaciones federales en su contra, tal como él mismo prometió hacer "en dos segundos".

Con su propio secretario de Justicia, es probable que Trump logre que estos cargos sean desestimados.

La campaña de Trump para un segundo mandato se centró en un amplio conjunto de más de 40 promesas, que van desde deportaciones masivas hasta la eliminación de fondos a las escuelas que enseñan teoría crítica de la raza y temas relacionados con las personas transgénero.

El regreso de Trump a la Casa Blanca marca la continuación de un recorrido político poco convencional.

AP

Donald Trump con su esposa Melania y su compañero de fórmula JD Vance y su esposa Usha durante una fiesta de observación de la noche de las elecciones en Florida el miércoles 6 de noviembre de 2024. Foto: AP

El surgimiento de Donald Trump

Antes de dedicarse a la política, Trump era un conocido empresario y personalidad de la televisión ampliamente reconocido, siendo el único presidente en la historia de Estados Unidos sin experiencia previa en el ámbito militar o gubernamental.

Nacido en 1946, heredó el imperio inmobiliario de su padre, transformándolo en la destacada Oragnización Trump, con lo que él mismo describió como "un pequeño préstamo de un millón de dólares".

Trump se convirtió en un nombre familiar a principios de la década de 2000 como presentador del programa The Apprentice, creando una imagen de hombre de negocios astuto y sensato.

Su carrera política comenzó en 2015, cuando lanzó su candidatura presidencial con la promesa de "hacer a Estados Unidos grande otra vez" (“Make America Great Again”, en inglés), mediante el endurecimiento de las políticas migratorias, el impulso a la manufactura estadounidense y la lucha contra la corrupción en Washington: lo que él llamó "drenar el pantano", reduciendo la influencia de los lobbistas en la capital.

También prometió derogar la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), la legislación emblemática del expresidente Barack Obama, que él calificaba como muy costosa para los estadounidenses, además de retirar a EE.UU. del Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático, argumentando que perjudicaba económicamente al país.

Durante su mandato, Trump implementó una serie de políticas migratorias controvertidas, que incluyeron la separación de familias en la frontera, prohibiciones de viaje para varios países de mayoría musulmana y medidas restrictivas para la solicitud de asilo.

Su plataforma “Estados Unidos primero”, marcada por posturas intransigentes en materia de inmigración, políticas comerciales duras y escepticismo hacia las alianzas globales, tocó la fibra sensible de millones de personas. Este mensaje, sumado a su estilo sin filtros, lo impulsó a una victoria inesperada en 2016.

Su gestión de la pandemia de COVID-19 se convirtió en otro punto de polémica, ya que los críticos lo acusaron de restar importancia a la gravedad del virus y respaldar tratamientos no probados.

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Donald Trump proclama su victoria y promete “curar” a EE. UU.

Política exterior

En política exterior, el apoyo inquebrantable de Trump a Israel se convirtió en una de las marcas distintivas de su gobierno.

En 2017, rompió con décadas de precedentes diplomáticos de Estados Unidos al trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, un movimiento que generó una fuerte reacción internacional.

Trump promovió políticas pro-Israel y fue más allá al reconocer la anexión ilegal de los Altos del Golán por parte de Israel, además de facilitar los Acuerdos de Abraham, que normalizaron las relaciones entre Israel y varios estados árabes.

Mientras que sus seguidores aplaudieron estos movimientos como un apoyo audaz a un aliado clave, los críticos argumentaron que alimentaban las tensiones regionales y ponían en peligro los objetivos estadounidenses de larga data en Medio Oriente.

Su enfoque diplomático también se extendió a Corea del Norte, y Trump se convirtió en el primer presidente estadounidense en funciones en reunirse con su líder, Kim Jong-un, en un intento de negociar la paz y abordar el desarme nuclear.

A pesar de estos compromisos de alto perfil, no se alcanzaron acuerdos concretos.

El capítulo final del primer mandato de Trump estuvo marcado por los eventos del 6 de enero de 2021. Su insistencia pública en que le "robaron" las elecciones culminó en un mitin cerca de la Casa Blanca ese día, donde instó a sus seguidores a “luchar como el infierno”.

Horas después, miles de partidarios de Trump asaltaron el Capitolio en un intento por detener la certificación formal de su derrota en las elecciones presidenciales, causando daños por millones de dólares.

El ataque, que dejó cinco muertos y 140 funcionarios heridos, conmocionó al mundo.

El papel de Trump en estos sucesos llevó a su segundo juicio político, convirtiéndolo en el único presidente en la historia de EE.UU. en enfrentar este proceso dos veces.

Reuters

El entonces presidente estadounidense, Donald Trump, junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Nueva York, Estados Unidos

Un complicado segundo mandato

Ahora, de regreso en el cargo, Trump está redoblando los esfuerzos en políticas que definieron su mandato anterior.

Entre sus principales prioridades están el lanzamiento de lo que ha llamado la “mayor operación de deportación” en la historia de Estados Unidos, la eliminación de los incentivos a los vehículos eléctricos que, según él, amenazan a la industria automotriz estadounidense y el desmantelamiento del Obamacare, que su vicepresidente, JD Vance, describió como “costoso y de baja calidad”.

En el ámbito internacional, Trump mantiene un firme apoyo a Israel, presentándose a sí mismo como su “protector”, mientras advierte a los votantes judíos pro-Israel de no respaldar a Kamala Harris.

Curiosamente, un cambio en el apoyo de los votantes musulmanes, descontentos con la gestión de la administración Biden respecto a la ofensiva de Israel en Gaza, podría haber inclinado la balanza a favor de Trump en los estados clave.

Al iniciar su segundo mandato, Estados Unidos se prepara para otro capítulo de gobernanza de alto riesgo bajo su presidente más poco convencional.

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