Harris y Trump compiten por mostrar su lealtad a Israel pero olvidan a Gaza
Los candidatos presidenciales de Estados Unidos se enfrentaron en un debate que dedicó poco tiempo a la ofensiva de Israel contra Gaza, pero en el que dejaron claras sus posturas a favor de Tel Aviv.
El debate presidencial en Estados Unidos de este martes fue una oportunidad para que la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, junto al expresidente y candidato republicano, Donald Trump, expusieran sus planes sobre cómo abordar la brutal ofensiva de Israel contra los palestinos en Gaza.
Sin embargo, en los pocos minutos que el evento dedicó al tema, los dos rivales desaprovecharon la oportunidad de marcar una diferencia y recurrieron a puntos decepcionantemente familiares.
Harris forma parte de un Gobierno que le ha proporcionado a Israel un flujo constante de armas para apoyar la masacre de palestinos en Gaza durante casi un año. Bajo la presidencia de Joe Biden, Estados Unidos ha respaldado a Tel Aviv en las Naciones Unidas, aunque la mayor parte del mundo ha expresado durante meses su conmoción y disgusto por la barbarie del ejército israelí.
Aún así, durante el debate, Trump acusó a Harris de "odiar" al estado de Israel. "Ella odia a Israel. Si es presidenta, creo que Israel no existirá dentro de dos años", aseguró.
Por su parte, Harris respondió señalando que ha apoyado a Israel toda su vida. "No es cierto. Toda mi carrera y mi vida he apoyado a Israel y al pueblo israelí", dijo.
Trump también acusó a Harris de odiar al "pueblo árabe", pero esa fue una acusación que ni Harris ni los moderadores pensaron que mereciera una respuesta.
Esfuerzos por un alto el fuego
A Harris también se le preguntó cómo podría lograr un alto el fuego en Gaza si ganara la presidencia. Su respuesta fue que "seguiría trabajando las 24 horas" para alcanzarlo. Sin embargo, la idea de que Harris o cualquier persona en el gobierno se esfuerce arduamente por un acuerdo de tregua es ridícula.
Estados Unidos ha seguido enviándole armas a Israel, mientras Netanyahu hace todo lo posible para sabotear las posibilidades de un acuerdo con Hamás. Justamente, un hecho que ha sido ampliamente reconocido por los medios israelíes.
Harris también dijo que seguiría buscando una solución de dos Estados, pero esa es otra fantasía. Washington ha proporcionado armas y cobertura política a Netanyahu, quien ha prometido repetidamente que no permitirá el establecimiento de un Estado palestino, y su posición no es una visión marginal en la política israelí.
En julio, el Parlamento de Israel, la Knesset, aprobó una resolución que declaraba que "se opone firmemente al establecimiento de un Estado palestino al oeste de Jordania". Muchos ministros y diputados israelíes también han expresado su apoyo al restablecimiento de los asentamientos judíos ilegales en Gaza.
Kamala Harris durante un evento de campaña en Milwaukee, Wisconsin, EE. UU., el martes 23 de julio de 2024. (GETTY IMAGES)
Los comentarios de Harris en el debate y en entrevistas anteriores muestran que continuará con la política de Biden de apoyo total a Israel pase lo que pase.
Si la candidata realmente quisiera un alto el fuego –y le importara que los civiles fueran masacrados– se comprometería a poner fin a la ayuda militar a Israel, o al menos limitarla para usarla como ventaja para poner fin al derramamiento de sangre.
El Gobierno de Biden-Harris podría forzar un acuerdo de alto el fuego en cualquier momento cortando la ayuda militar a Tel Aviv. Un alto funcionario de la Fuerza Aérea israelí reconoció recientemente que sin el apoyo de Estados Unidos Israel no podría sostener ataques militares en Gaza durante más de unos pocos meses.
En cambio, la ayuda militar que ha proporcionado Washington se ha destinado a apoyar las escaladas israelíes en la Cisjordania ocupada, el Líbano y Siria.
Estados Unidos incluso comenzó una nueva campaña de bombardeos en Yemen en respuesta a los ataques a barcos israelíes, intervino directamente para proteger a Israel de los misiles y drones iraníes y se compromete a defender a Tel Aviv de cualquier consecuencia que pueda enfrentar por asesinar al líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán.
El mensaje al mundo ha sido claro: no importa cuántos hombres, mujeres y niños palestinos mueran, no importa qué escalada imprudente haga el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, Estados Unidos respaldará a Israel y le dará todo lo que quiera.
Pero para el partido de la "oposición" en Estados Unidos, eso no es suficiente.
La postura de Trump
El expresidente Trump no ha ofrecido un esquema coherente de cómo sería su política hacia Israel. Sin embargo, a juzgar por sus breves comentarios sobre Gaza y lo que hizo por Tel Aviv durante su anterior gobierno, las cosas no serían mejores para los palestinos.
Cuando se le pregunta a Trump sobre la situación en el asediado enclave, su respuesta suele girar en torno a afirmaciones de que el ataque liderado por Hamás el 7 de octubre en el sur de Israel no habría ocurrido si él todavía fuera presidente. De hecho, hizo eco de este sentimiento el martes: "Si yo fuera presidente, nunca habría comenzado".
Trump también ha dicho en entrevistas anteriores que Tel Aviv necesita "terminar el trabajo" en Gaza, lo que para los israelíes podría significar completar una campaña de limpieza étnica o un genocidio.
El exmandatario hizo un llamado a la paz en una zona del mundo durante el debate. Cuando se le preguntó qué resultado quería para la guerra de Ucrania, dijo: "Quiero que la guerra se detenga. Quiero salvar vidas".
Donald Trump, en un acto de campaña antes de las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos. (GETTY IMAGES)
Debería haber dicho lo mismo sobre Gaza. A Trump y sus partidarios les gusta usar el lema "Estados Unidos primero", que significa poner los intereses de Washington por delante de los del resto del mundo, lo que requeriría una política exterior menos intervencionista. Pero si Trump gana este noviembre y continúa apoyando la masacre en Gaza, estaría poniendo a Israel por delante de Estados Unidos.
El apoyo de EE.UU. a Tel Aviv durante los últimos 11 meses les ha costado miles de millones de dólares a los contribuyentes del país.
También ha aumentado la animosidad global hacia Estados Unidos, ha puesto en peligro a las tropas estadounidenses desplegadas en Oriente Medio y ha arriesgado una guerra regional en toda regla. Nada de esto va de acuerdo a los intereses de Washington, y tanto los republicanos como los demócratas deberían oponerse a ello.
Las encuestas muestran que los jóvenes estadounidenses son mucho más escépticos sobre la relación de Estados Unidos con Israel, una señal de que Tel Aviv está en problemas cuando se trata del apoyo a largo plazo de su gran aliado.
Pero mientras tanto, el consenso bipartidista sobre Israel continúa, y la elección de 2024 se ha convertido en una competencia para ver qué candidato lo apoyará más ciegamente, incluso si es en detrimento de los estadounidenses.