La literatura: un espejo de la violencia en América Latina
La literatura, como ventana a la experiencia humana, puede ayudarnos a comprender mejor el fenómeno de la violencia y su impacto en América Latina.
Partamos de una premisa: la vida es conflicto. El conflicto es una parte inherente de la existencia humana, consecuencia de nuestras interacciones con el entorno para satisfacer necesidades.
Este conflicto suele resaltar la contradicción existente entre nuestro bienestar personal y el de nuestra comunidad, o el de nuestro grupo en contraposición al bienestar de otros grupos. El no saber canalizar adecuadamente esta tensión puede ser la fuente de la violencia.
Si bien la violencia puede ser mitigada, el conflicto no. El conflicto es y será un elemento central de la historia humana.
Por su parte, la literatura también se encuentra repleta de historias que suelen retratar la tensión existente durante un conflicto.
Entendiendo la violencia a través de los libros
La complejidad de la violencia en América Latina adquiere dimensiones invisibles que muchas veces escapan de los tantos informes elaborados sobre la región.
Cuando tratamos de comprender la violencia en la región, solemos obviar uno de sus aspectos más simbólicos: la literatura.
La literatura no sustituye el trabajo esmerado por obtener y sistematizar una gran cantidad de datos. Por el contrario, la literatura es la clave interpretativa de la violencia latinoamericana, pues nos permite conectar lo visible —los datos— con lo invisible —la experiencia—.
A través de sus complejas narrativas, la literatura nos permite indagar en las raíces profundas de la violencia en la región. (GETTY IMAGES/Ernesto Ryan)
Es precisamente esta subjetividad, muchas veces no relatada en los informes, la que nos ayuda a ver la historia completa.
Y es que hay algo fundamental en el fenómeno de la violencia: para poder combatirlo, primero debemos comprenderlo.
La violencia cíclica y silenciosa
Una de las características más preocupantes de la violencia en América Latina es la internalización de este fenómeno en las relaciones sociales. Su omnipresencia la hace invisible para víctimas y victimarios.
Juan Rulfo, reconocido escritor mexicano, en su aclamado "Pedro Páramo", retrata la violencia como un fenómeno que va más allá de lo netamente físico, y más como un elemento de coerción psicológica constante:
"A veces uno ve una sombra que se va moviendo por los callejones, oye pasos que resuenan en la noche, y ya sabe que alguien va a caer. Oye gritos, y ya sabe que alguien va a morir".
Otra novela insigne es el clásico "Cien años de soledad" del premio Nobel de literatura colombiano Gabriel García Márquez, que, aun siendo una obra de ficción, hace una representación de cómo los conflictos a lo interno de una familia llevan a ciclos eternos de venganza de generación en generación.
"Cien años de soledad", de Gabriel García Márquez, un clásico de la literatura en América Latina. (GETTY IMAGES/Rosie Irene Betancourt9
Esa sensación de estar atrapados en una dinámica invisible, de estar condenados a no poder salir de esos patrones, lo describe perfectamente:
"La historia de Macondo es una tragedia de repeticiones rueda y rueda desde los sucesos iniciales de la conquista hasta la actualidad. Es como si el tiempo girara en círculos, y cada generación repitiera los errores y las tragedias de sus antepasados."
Asimismo, la literatura también nos podría ayudar a comprender mejor las dinámicas autoritarias que se están reportando actualmente en América Central.
Para ello, valdría la pena retomar las obras del autor centroamericano y premio Nobel de Literatura, Miguel Ángel Asturias, que en "El señor presidente" examina a detalle la ambición por el control absoluto de las instituciones estatales y cómo este nos puede llevar a la violencia sistemática contra la población.
Asturias nos narra:
"El presidente ordena y desordena. Es como un Dios, pero no está solo. Hay muchos hombres que son la cabeza y la cola, las patas y las alas, el pecho y el vientre. Entre todos forman el monstruo (...) Todos lo respetan, todos lo temen, todos lo odian."
Esta obra también nos ayuda a visualizar la esperanza al ejemplificar la resistencia y lucha de algunos personajes contra un sistema corrupto:
"Porque, aunque el poder sea grande y la opresión sea fuerte, siempre habrá quienes se atrevan a desafiarla, quienes se levanten contra la injusticia y luchen por un mundo mejor.
En resumen, la literatura, mediante sus narrativas complejas, nos ofrece la oportunidad de indagar en las raíces profundas de la violencia en la región.
Asimismo, la literatura tiene el poder de ampliar nuestra perspectiva al permitirnos entender el conflicto desde diversas voces y experiencias, abriéndonos a nuevas formas de ver y abordar esta problemática.