¿Toma Trump un riesgo al elegir a Vance como su fórmula de vicepresidente?

Puede que el senador JD Vance tenga un futuro político brillante, pero elegirlo como fórmula vicepresidencial podría repercutir entre los votantes en las elecciones de noviembre, dice un experto.

Vance, senador estadounidense por Ohio y candidato republicano a la vicepresidencia, llega al primer día de la Convención Nacional Republicana del año en Milwaukee, Wisconsin, el 15 de julio de 2024. / Foto: AFP
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Vance, senador estadounidense por Ohio y candidato republicano a la vicepresidencia, llega al primer día de la Convención Nacional Republicana del año en Milwaukee, Wisconsin, el 15 de julio de 2024. / Foto: AFP

El expresidente de Estados Unidos y candidato presidencial, Donald Trump, ya eligió a su compañero de fórmula para la vicepresidencia: el senador de Ohio JD Vance. El exmandatario hizo el anuncio al comienzo de la Convención Nacional Republicana en Milwaukee, Wisconsin, este lunes.

La decisión de Trump representa una gran noticia. Los medios de comunicación de todo Estados Unidos y del mundo han cubierto el anuncio ampliamente. Y los votantes, por su parte, también suelen prestar mucha atención a la selección de un "compañero de fórmula" para vicepresidente. Pero también cabe preguntarse ¿por qué es tan importante la elección de JD Vance?

Empecemos por lo que implica la propia figura de la vicepresidencia. Los vicepresidentes (también llamados "VP”) han sido durante mucho tiempo objeto de bromas. El primer vicepresidente del exmandatario Franklin Roosevelt, John Nance Garner, desestimó el cargo diciendo que "no vale ni un balde de babas". De hecho, a los vicepresidentes no les va mucho mejor en la cultura popular: tomemos el programa de televisión "Veep” como ejemplo.

Y esto se debe a que los vicepresidentes tienen muy poco poder según la Constitución de EE.UU.

Un cargo flexible

La Constitución encarga a los vicepresidentes de presidir el Senado de Estados Unidos y emitir votos de desempate en caso de que sea necesario. Además, abren los votos electorales enviados por todos estados después de una elección presidencial, para certificar al ganador.

Y, en el improbable caso de que un presidente muera, renuncie, sea destituido de su cargo o quede incapacitado, el vicepresidente asume su cargo. Sí, puede que todo esto no parezca gran cosa.

Pero consideremos que la actual vicepresidenta, Kamala Harris, ha emitido la mayor cantidad de votos de desempate de la historia de EE.UU. Su predecesor, Mike Pence, concluyó efectivamente la carrera presidencial de 2020 al certificar la elección de Joe Biden (contra la voluntad de Trump) el 6 de enero de 2021.

Y, si gana en noviembre, Trump sería un presidente de 78 años en su segundo mandato que ya ha enfrentado dos procesos de juicio político. En caso de que Vance llegue a la vicepresidencia, el suyo podría ser el voto decisivo sobre legislaciones relevantes y marcar una influencia significativa de cara al resultado de las elecciones de 2028.

También podría suceder a Trump como presidente durante los próximos cuatro años, o al menos ser el favorito en 2028, al final del mandato.

Los vicepresidentes modernos también tienen mucho poder informal, que no está especificado en la Constitución. Durante el último medio siglo, comenzando con el Gobierno de Jimmy Carter-Walter Mondale, los vicepresidentes generalmente se han desempeñado como asesores de alto nivel de la Casa Blanca, con un acceso incomparable al presidente.

Se espera que el vicepresidente sea la "última persona en la sala" cuando un presidente esté sopesando decisiones importantes. Por supuesto, esto no garantiza que los vicepresidentes se salgan con la suya. Como vicepresidente, Biden, por ejemplo, no logró convencer al presidente Barack Obama de que retirara las tropas estadounidenses de Afganistán.

Pero siempre contó con la atención del presidente. Lo mismo puede aplicarse al vicepresidente Vance. Particularmente dada su estrecha conexión con la base del Partido Republicano, Vance puede ejercer una influencia considerable en la toma de decisiones de Trump mientras evalúa cuestiones de política exterior e interna, así como estrategia política.

Vicepresidentes y elecciones

Pero primero, Trump tiene que ganar la presidencia (otra vez). ¿Podrá Vance ayudarle a lograrlo? Se supone ampliamente que la elección de un compañero de fórmula tiene un impacto decisivo en la carrera presidencial.

Reuters

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, escucha mientras JD Vance habla durante un mitín en Youngstown, Ohio, EE.UU., el 17 de septiembre de 2022 (REUTERS/Gaelen Morse)

Sin embargo, mi libro con Kyle C. Kopko, “Do Running Mates Matter” muestra que este no es el caso.

Los votantes rara vez toman su decisión basándose en cuánto les gusta o no el candidato a vicepresidente, o en el hecho de que provenga de su estado o grupo demográfico.

Los compañeros de fórmula importan principalmente en términos de su efecto indirecto sobre los votantes. Es decir, la gente suele reevaluar a un candidato presidencial a la luz de su elección para vicepresidente.

Cuando Barack Obama eligió a Joe Biden en 2008, por ejemplo, los votantes valoraron más su criterio y era más probable que lo apoyaran. Por el contrario, los votantes que eran escépticos sobre las calificaciones de Sarah Palin comenzaron a dudar del juicio de John McCain y fueron menos propensos a votar por él.

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La excandidata vicepresidencial Sarah Palin habla durante una mesa redonda el 14 de abril de 2016, en la ciudad de Washington. (Foto: AP)

¿Cómo evaluarán los electores a Trump, a la luz de la decisión que tomó para su fórmula vicepresidencial? Creo que será algo menos que favorable. JD Vance está mal calificado para ese cargo, y aún menos preparado para la presidencia, si fuera necesario.

Sí, es un senador estadounidense por Ohio, que ganó unas difíciles elecciones primarias y generales en 2022. Pero nunca antes había ocupado un cargo político. Y comenzó a servir en el Senado recién en enero del año pasado.

El hombre de 39 años impresiona en muchos sentidos. Es autor de una autobiografía que arrasó en ventas, “Hillbilly Elegy”, la cual después se llevó al cine. También sirvió en el Cuerpo de Marines de EE.UU. y se graduó en Derecho en Yale. Incluso si Trump no lo hubiera hecho su compañero de fórmula para la vicepresidencia, Vance tendría un brillante futuro político por delante.

Una opción cuestionable

Pero los electores seguramente cuestionarán la preparación de Vance para el cargo y tal vez incluso se lo reprochen a Trump. ¿Por qué no optar por un compañero de fórmula más calificado -como el senador Marco Rubio o el gobernador Doug Burgum- con la experiencia necesaria para ayudar a aprobar la agenda legislativa de Trump y asesorarlo en asuntos exteriores?

¿Qué dice esto sobre el compromiso de Trump para lograr importantes objetivos políticos una vez en el cargo? Los votantes pueden concluir que el expresidente tiene otras prioridades -como buscar "represalias" contra sus oponentes políticos- que serían manejadas de mejor manera por Vance como vicepresidente.

Vance, que alguna vez fue un republicano de "Nunca Trump", se ha convertido desde entonces en el mayor soldado leal del exmandatario. Esta puede ser su credencial más importante. Pero, si bien eso quizás atraiga a Trump, es poco probable que seduzca a electores fuera de la base del Partido Republicano.

Esos votantes, que determinarán las elecciones de 2024, pueden inferir de la decisión de fórmula de Trump que su segundo mandato pondrá la política por encima de todo, el interés propio por encima del interés nacional.

Es probable que JD Vance le dé a Donald Trump exactamente lo que quiere en el cargo. Pero primero tiene que ganar las elecciones de 2024.

Tener a Vance (cuya cualificación más importante no se puede encontrar en su currículum, sino en su lealtad a Trump) en la boleta electoral probablemente perjudica la causa del expresidente más de lo que ayuda.

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