Descubren fosa común en Siria mientras enviado de la ONU llega al país
Salen a la luz imágenes de lo que sería una fosa común y fábricas de drogas en Damasco. Mientras, el enviado especial de la ONU para Siria llegó al país para dialogar sobre la transición política.
Tras la caída del régimen de Bashar Al-Assad en Siria, y mientras cientos de personas buscan a sus familiares desaparecidos en las últimas décadas, la Agencia Anadolu reveló imágenes de lo que sería una fosa común en Damasco, la capital. El reporte salió a la luz mientras el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, llegó a la ciudad para dialogar sobre el futuro del país con los líderes de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), uno de los grupos que integra el gobierno de transición.
Se cree que la fosa documentada por la agencia de noticias, ubicada en el distrito de Husayniyya, detrás del aeropuerto principal del país, se utilizó ampliamente durante el régimen de Assad. También se estima que tiene más de 100 pozos, cada uno de aproximadamente 20 metros de profundidad, con cuerpos apilados unos sobre otros.
En este contexto, Eymen Halil, quien trabajó como guardián del cementerio desde 2005, aseguró que fue testigo de la creación y del uso de este sitio.
“Un día llegó un vehículo grande. Cuando abrieron la puerta se extendió un olor fétido. Casi vomité y di un paso atrás porque no lo soportaba”, recordó. Halil aseguró que quienes traían los cuerpos eran miembros de las fuerzas de seguridad y que, cada vez que iban allí, dejaban cerca de 150 cadáveres.
Vista aérea del lugar de una supuesta fosa común tras la caída del régimen Baath en el área de Husayniyya de Damasco, Siria, el 15 de diciembre de 2024. Foto AA
"Cavaban una fosa, traían los cuerpos, los arrojaban allí y luego se iban. Al principio venían durante el día, pero luego comenzaron a venir por la noche", relató. "Enterraban los cuerpos una o dos veces por semana. Cuando llegaban camiones o excavadoras, estaba claro que estaban allí para enterrar a alguien", añadió.
“Sabemos con certeza que este lugar está lleno de muertos", afirmó, y dijo que reza a Dios para que la identidad de las personas que enterraban los cuerpos salga a la luz.
Buscando los restos en una fosa común
Mazhar Arakusi, de Damasco, habló con Anadolu sobre la búsqueda de los restos de su hermano en esta fosa común.
Arakusi recordó que la noche del 3 de enero de 2014, fuerzas del régimen llegaron a su casa y se lo llevaron a él y a sus tres hermanos. Describió cómo estuvo en prisión durante un largo período y cómo fue torturado durante cinco meses. "Entramos cuatro de nosotros, salimos tres. Mi hermano mayor murió a causa de la tortura”, dijo.
"Ahora oímos que se había encontrado una fosa común aquí. Vinimos con la esperanza de encontrar su cuerpo o sus huesos. Queremos realizar una prueba de ADN y enterrarlo según las tradiciones islámicas", señaló.
Expresó su esperanza de que se identificaran los cuerpos exhumados de la fosa común. "Sabes que la persona en la tumba es tu pariente, pero no sabes dónde está, entonces simplemente rezas".
Enviado de la ONU se reúne con líder de HTS
Mientras la agencia de noticias revelaba estos hallazgos, el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, llegó a Damasco para dialogar sobre el avance del proceso político y los desafíos que enfrenta el país en medio de su devastación.
“El cambio que estamos viendo ahora tras la caída del régimen de Assad ha sido inmenso, creando grandes esperanzas, pero todavía quedan muchos desafíos por delante”, dijo a su llegada según el sitio web oficial de la Oficina del Enviado Especial del Secretario General para Siria.
La visita de Pedersen se produce en un momento crucial para el país. El funcionario enfatizó en la necesidad de un proceso político inclusivo liderado por los propios sirios, y señaló que el apoyo internacional sigue siendo crucial para facilitar el camino a seguir.
Uno de los desafíos inmediatos que identificó Pedersen es restablecer las instituciones estatales para garantizar la prestación de servicios básicos, que se aplique la ley y el orden, y haya seguridad.
“Es extremadamente importante lograr que las instituciones estatales funcionen de manera efectiva”, señaló. También destacó la urgencia de abordar la crisis humanitaria y la recuperación económica de Siria.
Además, Pedersen se reunió con Ahmad Al-Sharaa, líder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), para dialogar sobre el futuro de Siria.
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir O. Pedersen, se reúne con el líder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), Ahmad al Sharaa, en Damasco, Siria, el 15 de diciembre de 2024. Foto AA
Sharaa destacó la necesidad de actualizar la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU y pidió cooperación para reconstruir el país, proteger su integridad territorial y garantizar el retorno seguro de los refugiados.
También destacó la importancia de crear condiciones seguras para el retorno voluntario de los refugiados al país, y de brindarles apoyo económico y político para facilitar este proceso. Subrayó que todos estos pasos deben llevarse a cabo con cuidado y bajo la supervisión de equipos de expertos, sin apresurarse.
Ataques de Israel en Siria
El domingo por la noche, aviones israelíes bombardearon posiciones militares en Latakia y Tartus, en el oeste de Siria, según información de un puesto de observación de aeronaves.
Los ataques destruyeron bases militares y depósitos de municiones, provocando fuertes explosiones en la aldea de Hiresun, en Tartus.
Desde la caída del régimen de Assad, Israel ha lanzado cientos de ataques aéreos en Siria para atacar la infraestructura y las capacidades militares.
Fábricas de drogas
Por otro lado, en las afueras de Damasco se identificó un centro de producción de drogas vinculado a Maher Al-Assad, hermano del derrocado líder. Desde la caída del régimen baazista el 8 de diciembre, se han descubierto instalaciones de este tipo en todo el país.
Imágenes captadas por Anadolu mostraron barriles y maquinaria dentro del sitio, ubicado en Al-Dimas, utilizado para fabricar drogas. Muchos de estos lugares eran en realidad casas de civiles que fueron confiscadas por el régimen para convertirlas en laboratorios y que utilizaban equipos originalmente diseñados para la industria farmacéutica.
Se estima que el régimen generó miles de millones de dólares con el tráfico de drogas, uno de sus principales ingresos.