“Desnudos y sangrando”: cómo Israel tortura a prisioneros palestinos

Los testimonios de prisioneros palestinos en cárceles israelíes, que publicó la organización de derechos humanos B'Tselem, revelan las prácticas repugnantes que ejecutan los guardias de Israel.

Desde el 7 de octubre, al menos 60 personas han muerto bajo custodia israelí, 48 de ellas de Gaza. (Foto representativa) / Foto: AA
AA

Desde el 7 de octubre, al menos 60 personas han muerto bajo custodia israelí, 48 de ellas de Gaza. (Foto representativa) / Foto: AA

Un nuevo informe de la organización israelí de derechos humanos B'Tselem reveló casos de tortura espantosos contra prisioneros palestinos en cárceles de Israel, la “abrumadora mayoría de ellos” detenidos sin juicio ni cargos.

El informe, que tiene relatos detallados de 55 prisioneros, concluyó que las condiciones de los detenidos empeoraron drásticamente desde el 7 de octubre, incluso para aquellos que llevan años detenidos antes del ataque del grupo de resistencia palestino Hamás.

Miles de palestinos, clasificados como "prisioneros de seguridad", se encuentran detenidos en cárceles israelíes. Esta clasificación implica numerosas restricciones y condiciones estrictas en cuanto a sus sentencias de prisión, condiciones de encarcelamiento y disposiciones de seguridad, como se describe en la denominada Ordenanza Penitenciaria de Israel.

El número de palestinos detenidos por Israel y clasificados como "presos de seguridad" prácticmente se ha duplicado desde el comienzo de la brutal agresión contra Gaza.

A principios de julio de 2024, había 9.623 prisioneros palestinos, de los cuales 4.781 estaban detenidos sin juicio, sin que se les informara sobre las acusaciones en su contra y sin acceso al derecho a defenderse, según el informe.

Además, desde el 7 de octubre, al menos 60 personas han muerto bajo custodia de Israel, 48 de ellas en Gaza. Hasta el momento, ninguna de las investigaciones penales sobre estas muertes ha dado lugar a enjuiciamientos.

El informe de B'Tselem se conoce apenas unos días después de otro reporte similar de las Naciones Unidas, que denunció las atroces condiciones de los miles de palestinos detenidos en las cárceles y en las instalaciones de tortura israelíes desde octubre de 2023.

La publicación también incluye testimonios de detenidos que documentan tres casos de muertes en las prisiones de Israel.

El informe se compone de ocho capítulos: antecedentes y metodología, marco normativo, protocolos penitenciarios, abuso físico y psicológico, privación de condiciones de vida adecuadas, Keter – Fuerza de reacción inicial del Servicio Penitenciario de Israel (FRI), muertes tras las rejas y prisioneros palestinos con ciudadanía israelí.

Los relatos directos de los detenidos son testimonios impactantes de una amplia gama de violaciones de los derechos humanos, entre las que se encuentran la violencia grave y arbitraria, la agresión sexual, humillación y degradación, la inanición deliberada, condiciones antihigiénicas forzadas, la privación del sueño y la negación de tratamiento médico.

Los métodos para estas violaciones, detallados en el informe del grupo de derechos humanos y descritos como si ocurrieran dentro de "campos de tortura", son inimaginables.

“Bienvenidos al infierno”

Estos son sólo algunos de los testimonios que detallan la tortura inhumana y sistemática cometida por las autoridades israelíes:

"Nos llevaron a Megido, (al norte de Jerusalén). Cuando bajamos del autobús, un soldado nos dijo: "Bienvenidos al infierno". —Fouad Hassan, 45 años, Nablus

“El 7 de octubre de 2023, los escuchamos en las noticias (el ataque de Hamás). Ese día, unos 20 guardias irrumpieron con porras en la celda que yo compartía con otros cinco reclusos y nos golpearon durante aproximadamente media hora. Nos golpearon en la cabeza por detrás y rociaron grandes cantidades de gas pimienta en la celda. Todos comenzamos a asfixiarnos... El gas pimienta nos quemó la cara y nos picó los ojos. Pedimos crema para aliviar el dolor, pero nos la negaron”. —NH, Jerusalén Este ocupada

“Dos de ellos me desnudaron como a los demás prisioneros, y luego me arrojaron encima de ellos. Uno de ellos trajo una zanahoria y trató de metérmela por el ano. Mientras intentaba hacerlo, otros carcelarios me grabaron con sus teléfonos móviles. Grité de dolor y terror. Así continuaron durante unos tres minutos... Luego nos llevaron de vuelta a la habitación. Cuando regresamos a la celda, estuvimos en estado de shock, y lloramos en silencio. Nadie habló. No podíamos ni siquiera mirarnos los unos a los otros”. —AH, Hebrón

“Cada vez que intentaba alejarme del perro, el guardia me daba fuertes patadas en las piernas y otro me agarraba de los testículos y me empujaba hacia adelante con fuerza mientras me insultaba”. —Thaer Halahleh, 45 años, Hebrón

“Les pedí a los soldados el inhalador que estaba en mi mochila, pero se negaron. Tampoco me dieron mi medicación para la diabetes. [...] Vinieron y me dijeron que me llevarían a la enfermería. Cuatro personas del Servicio Penitenciario Israelí (IPS) me escoltaron, pero en lugar de llegar a la enfermería, de repente me metieron en una habitación, me empujaron al suelo y comenzaron a golpearme”. —Ashraf al-Muhtaseb, 53 años, Hebrón

“Como me quitaron mis medicinas, no pude tomarlas durante los dos primeros días. Empecé a sentirme mareado y desequilibrado, y tuve problemas para caminar. Cuando le pedí al guardia que me trajera mi medicación, me respondió en árabe: ‘Muérete’”. —FJ, Hebrón

“Me desnudaron a la fuerza, me quitaron los pantalones y la ropa interior… Luego me golpearon los testículos con fuerza… Trajeron a dos prisioneros más y les dijeron que miraran mientras me golpeaban. Los guardias les tiraban del pelo para que levantaran la cabeza y los obligaban a abrir los ojos para mirarme”. —AH, Hebrón

“Desde debajo de la venda vi que me estaban envolviendo en una bandera israelí mientras me grababan. Entonces uno de ellos me rodeó el cuello con el brazo, me empujó la cabeza hacia abajo y corrió conmigo hacia el patio. Fingieron que estaban filmando una escena de secuestro en una película”. —Muhammad Srur, 34 años, Ramallah

“Algunos de los agentes nos grabaron con teléfonos móviles y cámaras. Escuché al oficial decirles a los demás en hebreo: 'Estamos transmitiendo en vivo para Ben Gvir'”. —Firas Hassan, 50 años, Belén

“Durante las visitas nos explicaron los métodos de represión y tortura que utilizaban contra nosotros. Los trajeron a las celdas y nos obligaron a mantener la cabeza agachada, de modo que no los veíamos. Una vez nos dijeron que Ben Gvir [el ministro de Seguridad Nacional] estaba allí. Esas humillantes visitas duraban al menos 40 minutos cada una, y durante todo el tiempo teníamos que arrodillarnos. A veces los visitantes participaban activamente humillándonos, insultándonos y gritándonos”. —Musa 'Aasi, 58 años, Ramallah

“Para impedirnos dormir, ponían música durante horas en los altavoces: gritos, insultos, todo tipo de silbidos y ruidos molestos, y el himno nacional israelí”. —Sami Khalili, 41 años, Nablus

“Maldecían a nuestras madres por los altavoces.” —AH, Hebrón

“Todos estaban completamente desnudos y sangrando. Los arrojaron uno sobre otro. La gente lloraba y gritaba, y los guardias les gritaban y los maldecían a ellos y a sus madres. Nos obligaron a maldecir a nuestras madres, así como a Hamás y a Yahya Sinwar. También nos obligaron a besar la bandera israelí y a cantar el himno nacional”. —Sami Khalili, 41 años, Nablus

“El inodoro de la celda estaba tapado. La primera vez que lo usamos, el agua se desbordó hasta donde estábamos sentados. Le pedimos al guardia que hiciera algo al respecto, pero solo dijo: “Genial” y se fue. Tampoco teníamos productos de higiene”. —Muhammad Salah, 27 años, Nablus

“Thaer está muerto”

“A Thaer fue al que peor golpearon. Intentó protegerse la cabeza con la mano, pero pronto tuvo que soltarse por los golpes. Siguieron golpeándolo en la cabeza y el resto del cuerpo hasta que cayó al suelo”.

“Llamamos a Thaer una y otra vez, pero no respondió. Le salía sangre de la cabeza y su piel se oscureció. Creo que tuvo una hemorragia interna. Llamamos al guardia y estuvimos gritando durante una hora, pero nadie respondió”.

“Cinco minutos después, llegó un guardia, abrió la puerta del baño y nos dijo que Thaer estaba muerto”.

“El comandante de la prisión, conocido como ‘Abu Yusef’… se rió y dijo que habíamos matado a Thaer y queríamos incriminar a la prisión por ello”. —MA, Hebrón

“Respiraba con mucha dificultad. Llamamos al médico de nuevo para que lo examinara y nos dijo que le avisáramos cuando hubiera fallecido”. —FJ, Hebrón

“Me desperté cuando alguien dijo: ‘Está muerto, está muerto’, en hebreo, ‘Aléjate de él’. —Fouad Hassan, 45 años, Nablus

Route 6