Siria inicia recuperación económica pese a sanciones internacionales

La caída del régimen de Assad dio paso a una nueva etapa económica en Siria, aunque las sanciones internacionales siguen limitando la recuperación y el acceso a productos esenciales.

La gente intercambia dólares, euros y liras turcas en el Zoco Al-Hamidiyeh tras la caída del régimen baazista de 61 años en la capital, Damasco, Siria. / Foto: AA
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La gente intercambia dólares, euros y liras turcas en el Zoco Al-Hamidiyeh tras la caída del régimen baazista de 61 años en la capital, Damasco, Siria. / Foto: AA

La caída del régimen de Bashar Al-Assad y la formación de una nueva administración coordinada por los grupos opositores abrieron la puerta a una nueva etapa económica para Siria. Aunque las sanciones de los países internacionales, lideradas por Estados Unidos, son un obstáculo para la recuperación, el comercio comienza a reactivarse.

Con la llegada de la nueva administración, se flexibilizaron las regulaciones sobre importaciones y exportaciones, y se eliminaron las restricciones sobre el comercio de divisas, que antes eran castigadas con hasta siete años de cárcel y elevadas multas.

Los bancos han reabierto sus puertas, y las largas filas frente a los cajeros automáticos en Damasco se han convertido en una imagen cotidiana.

Mientras, los precios de bienes esenciales como la harina, el azúcar y el combustible han comenzado a bajar, y los salarios del sector público han recuperado poder adquisitivo, tras incrementarse en un 300%, según comunicados oficiales.

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La gente celebra la Navidad mientras la vida diaria ha comenzado a regresar a la normalidad tras la caída del régimen baazista en Damasco, Siria, el 24 de diciembre de 2024. Foto: AA.

El comercio se reactiva

En este contexto, en el mercado Al-Hamidiyah, uno de los emblemas históricos de Damasco, los comercios vuelven a tener movimiento, mientras los vendedores ambulantes invitan a los transeúntes a comprar, creando una atmósfera vibrante que recuerda a tiempos más prósperos.

Desde el 8 de diciembre, cuando las fuerzas opositores llegaron a la capital siria, “todo dio un giro de 180 grados. Así lo expresa Wisam Bakdash, comerciante del histórico mercado.

“La gente compra cuando está feliz, pero el miedo les impedía hacerlo. Ahora la economía, la seguridad y hasta los rostros de las personas han cambiado. Antes estaban serios, ahora sonríen”, cuenta Bakdash, gerente de una icónica heladería de la zona, a la agencia de noticias Anadolu.

Además, destacó que la eliminación de las restricciones al cambio de divisas ha permitido una reducción en los precios, facilitando el acceso a productos esenciales. Contó que algunos productos, como el azúcar, anteriormente estaban controlados por personas cercanas al régimen, quienes inflaban su precio para obtener ganancias personales.

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En la histórica heladería Bakdash, famosa desde 1895 y ubicada en el Zoco Al-Hamidiyah, los empleados preparan helado al ritmo de canciones de revolución, mientras la economía siria comienza a recuperarse tras la caída del régimen baazista. Foto: AA.

Ahora, en el mercado, un cartel que celebra la "liberación de Siria" cuelga de forma prominente, mientras que los barrios cristianos del casco antiguo de Damasco se decoran con adornos navideños, sumándose a la festividad de la temporada.

Así, en un país marcado por la guerra y la devastación, signos de renacimiento económico y social comienzan a emerger, dando esperanza a muchos.

El peso de las sanciones internacionales sobre Siria

Sin embargo, a pesar de algunas señales de recuperación económica, Siria sigue atrapada bajo el peso de las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea (UE).

Estas han tenido un impacto devastador en la economía, dificultando la recuperación y la reconstrucción del país. Levantarlas es crucial para permitir el acceso a recursos esenciales y fomentar la estabilidad económica.

Una de las principales sanciones de Washington es, desde 2019, la Ley César. Aunque dejó de estar en vigor temporalmente el 15 de diciembre, se prevé su reactivación a principios de 2025 con la firma de la Ley de Autorización de Defensa Nacional por parte del presidente Joe Biden, extendiendo las restricciones hasta 2029.

El Consejo Sirio Estadounidense, una organización que representa a la diáspora siria en Estados Unidos, junto con otros grupos, inició reuniones con funcionarios de la administración Biden y miembros del Congreso hace más de un año para impulsar la extensión de la Ley César.

Estas gestiones lograron las aprobaciones apenas unos días antes de la caída del régimen de Assad. Sin embargo, aunque se intentó revocar la ley tras el colapso del régimen, el proceso fracasó por limitaciones de tiempo, lo que llevó a que las sanciones se extendieran por al menos otros cinco años el pasado miércoles.

Sin embargo, las sanciones de EE.UU. no son recientes: comenzaron en 1979 con la designación de Siria como “patrocinadora del terrorismo” y se intensificaron tras el estallido de la guerra civil en 2011. Afectaron sectores clave como el energético, financiero y comercial, con el objetivo de debilitar al régimen Assad.

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Con la caída del régimen baazista, la economía de Siria comienza a respirar aliviada. Foto: AA.

La Ley César amplió luego las restricciones a entidades y personas extranjeras, con medidas severas como la congelación de activos y limitaciones al acceso a recursos esenciales para la reconstrucción.

El impacto económico de estas medidas fue devastador y las necesidades básicas se volvieron inaccesibles para muchos sirios. La inflación, el colapso de la moneda y las altísimas tasas de desempleo reflejan que todavía persiste una crisis profunda. En este contexto, levantar las sanciones es clave para acelerar la recuperación.

También la UE, que suspendió toda cooperación con el gobierno de Assad en 2011, mantiene severas restricciones, incluidas limitaciones al comercio de petróleo, la congelación de activos del banco central sirio y restricciones sobre tecnologías sensibles.

No obstante, la postura de la UE podría cambiar. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, aseguró que los países europeos están comprometidos con la recuperación de Siria. Sin embargo, tienen varias condiciones: aseguran que las restricciones sólo se levantarían si el país implementa reformas internas y forma un gobierno inclusivo que respete la integridad territorial del país, entre otras.

En este contexto, Ahmad Al-Sharaa, presidente transicional de Siria, ha solicitado la eliminación de todas las restricciones para facilitar la reconstrucción.

También algunos líderes de la comunidad internacional abogan por levantar las sanciones. Por ejemplo, la directora de la agencia de migración de Naciones Unidas, Amy Pope, afirmó que “el conjunto de sanciones internacionales sobre Siria debe ser reconsiderado para ayudar a reconstruir el país tras la salida de Assad”.

AP

La guerra de Siria ha matado a más de 500.000 personas y ha obligado a la mitad de la población a huir de sus hogares. Foto AP

Türkiye también abogó por el levantamiento de las sanciones. El ministro de Relaciones Exteriores turco, Hakan Fidan, señaló tras reunirse con Sharaa que la nueva administración necesita oportunidades y recursos para implementar sus planes. "El levantamiento de las sanciones contra Siria, la normalización del país y el establecimiento de la seguridad son cruciales en este sentido", declaró.

La caída de Damasco el 8 de diciembre marcó el fin de 61 años de control del Partido Baaz en Siria. Assad, quien gobernó durante casi 25 años, huyó a Rusia tras la rápida ofensiva de grupos opositores liderados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS). Esta ofensiva permitió a la oposición tomar ciudades clave en menos de dos semanas.

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