Sirios buscan en fosas comunes alguna pista sobre destino de sus familiares

La esperanza de miles de sirios de encontrar vivos a sus seres queridos desaparecidos durante el régimen de Assad se desvanece. Ahora, buscan alguna pista sobre su destino en las fosas comunes.

Restos humanos vistos este martes en el barrio de Tadamon, en Damasco, donde se cree que hay fosas comunes. "Son de niños, niños, niños, podría ser mi sobrino", repite Hussam Hussain Tomeh agarrando entre sus manos un pequeño cráneo que yacía junto a otros huesos y una columna vertebral en un edificio en ruinas de Tadamon, un barrio de Damasco donde se cree que hay fosas comunes con víctimas de ejecuciones extrajudiciales. Foto Noemí Jabois. EFE.
Others

Restos humanos vistos este martes en el barrio de Tadamon, en Damasco, donde se cree que hay fosas comunes. "Son de niños, niños, niños, podría ser mi sobrino", repite Hussam Hussain Tomeh agarrando entre sus manos un pequeño cráneo que yacía junto a otros huesos y una columna vertebral en un edificio en ruinas de Tadamon, un barrio de Damasco donde se cree que hay fosas comunes con víctimas de ejecuciones extrajudiciales. Foto Noemí Jabois. EFE.

"Son de niños, niños, niños, podría ser mi sobrino", grita Hussam Hussain Tomeh, mientras sostiene en sus manos un pequeño cráneo que yacía junto a otros huesos en medio de edificios destruidos en Tadamon, cerca de Damasco, Siria. Es uno de los tantos lugares donde se investiga la presencia de fosas comunes. Los horrores cometidos durante el régimen de Bashar Al-Assad continúan saliendo a la luz, mientras familias buscan, desesperadas, conocer el destino de sus seres queridos desaparecidos.

En las últimas semanas, se han dirigido a las prisiones, con la esperanza de encontrar vivos a sus familiares. Pero ahora, así como Hussam, muchos han perdido la esperanza y lloran al recorrer los sitios donde creen que podrían estar sus restos.

En Tadamon, investigadores de Human Rights Watch verificaron la ubicación de un vídeo de 2013 –filtrado hace dos años–, en el que se puede ver cómo once personas con los ojos vendados son disparadas a quemarropa y empujadas a un foso. Esta semana, equipos descubrieron "un número importante de cuerpos" allí.

Hussam cuenta que vivió "seguro" en este vecindario durante casi cuatro décadas, hasta que en 2011 las fuerzas del régimen de Assad llegaron a la zona y la mayor parte de la población se vio desplazada de forma forzosa. A pesar de esto, su familia se quedó en Tadamon. Hasta que un día recibió una llamada de su nieta, que le dijo que su hermano, su cuñada y sus dos hijos habían desaparecido, junto a otros cinco parientes, según relata a la agencia de noticias EFE.

Reuters

Se muestran fotos de familiares desaparecidos en los teléfonos móviles mientras las familias buscan a sus seres queridos en la prisión de Sednaya el 11 de diciembre de 2024 (Reuters/Ammar Awad).

"Mi hermana vino a mirar, pero no encontró a nadie, encontró colchones en el suelo, la ropa en el suelo (...) Mi hermana también vino a buscarlos aquí, también desapareció, los desaparecidos de la familia se convirtieron en diez", asegura el anciano junto a una de las posibles tumbas.

"Si aún estuviese vivo, el más pequeño de los niños tendría ahora once años, entonces tenía alrededor de un año", agrega.

Hussam no sabe si su familia pueda encontrarse debajo de la arena disimulada con rocas a su lado, pues aunque no reconocieron a ninguno de los asesinados en el vídeo, sabe que hubo más masacres en la zona.

Nazir Al Tahan, vecino del mismo barrio, explica a EFE que volvió por primera vez a esta parte del barrio hace alrededor de un año, ya que antes estaba prohibido para que los vecinos "no descubrieran estos crímenes".

Él mismo lleva grabada a fuego la fecha del 10 de octubre de 2014, el día en que su hermano Bashir fue visto por última vez antes de que un grupo de efectivos se lo llevaran de su casa, para nunca más volver.

Reuters

Hayat Al-Turki, de 27 años, muestra una fotografía de su hermano en la prisión de Sednaya, mientras busca en la prisión con la esperanza de encontrar a sus familiares, en Sednaya, Siria, el 11 de diciembre de 2024. / Foto: Reuters

"Uno salía de su casa para comprar algo y no regresaba, ¿dónde está? Desaparecido. Sus propias familias no saben dónde están, miles de personas están así, preguntando por sus hijos y no encontrándolos", explica Al Tahan.

Pero la lista de lugares señalados como fosas comunes es larga.

Cerca de la localidad de Najha, en el sureste de Damasco, Ziad Aleiwi de unos cincuenta años muestra una trinchera profunda, rodeada de puestos de observación militar.

Desde la caída de Assad, "busqué a mis hermanos en todas las cárceles", suspira este chofer de los suburbios de Damasco. "Estudié todos los documentos que podían darme pistas. En vano", agregó.

Tras perder la esperanza de hallar a sus dos hermanos entre los presos liberados de las cárceles sirias, inició una agotadora gira en posibles fosas comunes, señaladas como tal por los habitantes de la zona.

Según habitantes del sector, cuerpos de detenidos muertos bajo tortura se encontrarían en al menos tres de esas trincheras, a las que no se podía acceder en tiempos de Asad.

Aunque no hay cifras oficiales sobre el número de muertos durante el régimen de Assad, en 2022, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos estimó en más de 100.000 personas las personas que murieron en las prisiones desde 2011. Ahora, a sus familiares solo les queda la pequeña esperanza de conocer el destino de sus restos.

Route 6