El sueño de la familia venezolana que murió en accidente de avión en Brasil
Josgleidys González, su madre y su pequeño hijo habían migrado a Brasil hace cuatro años y soñaban con un nuevo comienzo en Colombia. Fallecieron en la tragedia aérea que cobró la vida de 62 personas.
La venezolana Josgleidys González, su madre y su pequeño hijo Joslan, de cuatro años, abordaron un avión en el sur de Brasil, con destino a su tierra natal para tramitar documentos antes de empezar una nueva vida en la vecina Colombia. Pero su sueño de otro comienzo se desvaneció en medio de la tragedia: el avión en el que viajaban se accidentó. Las 62 personas que iban a bordo, incluyendo a los González, murieron. No hubo sobrevivientes.
La familia había migrado a Brasil hace cuatro años. En ese entonces, Josgleidys tenía 25 años y su bebé apenas unos meses. Se instalaron en Cascavel, una ciudad de 350.000 habitantes del estado de Paraná, y ella comenzó a trabajar de cajera en un supermercado.
El viaje que emprendieron el viernes a Venezuela era para tramitar documentos y seguir hasta Colombia en un nuevo intento por salir adelante, porque en Brasil la vida les resultaba demasiado costosa, cuenta Thaiza Evangelista, una allegada brasileña, a la agencia de noticias AFP.
"Tenían la intención de ir a Colombia porque tenían familiares allí y no necesitarían pagar vivienda, porque aquí lo más difícil era el alquiler", relata Evangelista, quien en las semanas previas a su partida los ayudó con los preparativos. También los convenció de llevarse a su perrita de seis meses, Luna, e hizo una colecta para pagar los gastos, sobre todo por Joslan, porque “lloraba sin parar porque no la quería dejar".
La travesía empezaba en este vuelo de Cascavel a Sao Paulo, después vendría otro avión a Boa Vista, en el norte de ese país. A partir de ahí, planeaban ir en camioneta a Pacaraima, cerca de la frontera venezolana, y tomar un autobús que tardaría 12 horas hasta su localidad natal en el estado Bolívar.
La aerolínea Voepass confirmó que en el vuelo 2283 viajaban Josgleidys, su madre María Gladys Parra, Joslan Pérez. (AP)
"Ella me mandó un último mensaje a las 11:16. (Dijo) que todo había salido bien y que ya iban a abordar el avión", recuerda Evangelista.
Pero un rato después comenzó a recibir mensajes de que un avión con destino al aeropuerto de Guarulhos se había caído.
"Me empecé a desesperar, fui hablando con todo el mundo, no salía la lista (de víctimas), hasta que tuve la confirmación de que era su vuelo", cuenta por teléfono desde Cascavel, donde amigos y vecinos se reunieron tras la conmoción de la noticia.
Luego, la aerolínea Voepass confirmó que en el vuelo 2283 viajaban Josgleidys, su madre María Gladys Parra, Joslan Pérez y la perrita Luna.
"Ella no se lo merecía"
Josgleidys era "una guerrera" y "era muy querida. Es muy difícil mantener la dulzura, la honestidad, la integridad, habiendo pasado por tantas cosas duras", señala Evangelista.
"Ella siempre decía que no quería gastar porque estaba ahorrando para ir a hacer esos documentos. Me da mucha tristeza, privarse de tantas cosas, de comer, de ponerte algo que te gusta porque tienes un plan, un viaje, y que se acaben tus sueños así de la nada", añade Neirelis Orta, una venezolana de 33 años que también migró a Brasil y trabajaba con Josgleidys en el supermercado.
"Estamos destrozados, y lo único que decimos es que ella no se lo merecía. Qué horrible".
La peor tragedia aérea en Brasil en 17 años se llevó muchas otras vidas por delante.
Entre el viernes y el sábado, un gran operativo logró recuperar los cuerpos de los 62 fallecidos, 58 pasajeros y 4 tripulantes, que perecieron aplastados entre los hierros del fuselaje o carbonizados.
Los restos de las 62 víctimas fueron recuperados el sábado. (AP)
Familias de las víctimas llegan a Sao Paulo
Más de 40 familias de las víctimas del accidente aéreo se reunieron el domingo en Sao Paulo, mientras tres investigadores del gobierno francés llegaron al país para unirse al grupo de expertos forenses que investiga los restos de los fallecidos.
El Gobierno del Estado de Sao Paulo comunicó que los dos motores del avión fueron retirados del lugar del accidente el domingo por la noche, más de dos días después del accidente. Previamente, los restos de la aeronave habían sido retirados.
Asimismo, los restos de las víctimas fueron recuperados el sábado.
El bimotor turbohélice ATR 72 operado por la aerolínea brasileña Voepass partió de Paraná y se dirigía al aeropuerto internacional de Guarulhos, en Sao Paulo, cuando se estrelló el viernes en Vinhedo, 78 kilómetros al norte de la ciudad.
ATR, una empresa franco-italiana, envió expertos a Brasil, siguiendo los protocolos de aviación internacional que recomiendan que desde el país de origen del fabricante del avión se realicen investigaciones siempre que se produzca un accidente que involucre a sus aeronaves, incluso en el extranjero.
Los cuerpos del piloto Danilo Santos Romano y su copiloto Humberto de Campos Alencar e Silva fueron los primeros en ser identificados. Otros diez han sido identificados desde entonces, dijeron las autoridades locales.
Por su parte, el gobernador del estado de Paraná, Ratinho Júnior, detalló que ocho médicos estaban a bordo. También se confirmó la muerte de cuatro profesores de la Universidad Unioeste, en el oeste de Paraná.
En la aeronave también viajaba una niña de tres años de tres años, Liz Ibba dos Santos, junto a su padre.