¿Dónde se habla mejor español?

Probablemente esta pregunta no tiene respuesta, puesto que cada hablante del idioma considerará que “el suyo” es el más puro, el más claro, el que mejor suena, el mejor español, vaya.

Existen algunas convencionalidades sobre dónde se habla el mejor castellano. / Foto: Reuters
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Existen algunas convencionalidades sobre dónde se habla el mejor castellano. / Foto: Reuters

Unos y otros escucharán el idioma en el que se expresan con acentos y sonidos diferentes, con palabras que no entenderán, con interjecciones que les parecerán extrañas, incluso ridículas. Algunos, además, pensarán que aquello que habla ese sujeto extranjero es otro idioma.

Aunque existen algunas, digamos, convencionalidades, sobre dónde se habla el mejor castellano. En España, se puede pensar en regiones como Castilla-León, entre las provincias de Burgos, Palencia, Valladolid, Salamanca y La Rioja. Otros sitúan en Asturias y Cantabria las regiones en las que mejor se habla el idioma.

En América, muchos dirán que el mejor español es el hablado en Colombia, y más particularmente el hablado en su capital, Bogotá. Otros defenderán que el hablado en Perú es más correcto, en ambos casos teniendo en cuenta la neutralidad del acento y pronunciación. Y así podremos seguir hasta llegar al reduccionismo al absurdo.

Lo cierto es que el español se habla con muchos y diferentes acentos. A unos dichos acentos y formas del habla les parecerán más correctas, y a otros no. Difícil por tanto ponerse de acuerdo.

En lo que sí podemos ponernos de acuerdo es en cuál es la mejor manera de hablar el español, y si en determinados lugares se utilizan las reglas que así lo determinan más que en otros.

Normas y uso diversos

Según el lingüista y corrector de textos Ramón Alemán, autor de la obra “Un idioma sin manchas” (ed. Debolsillo, 2022) y del blog Lavadora de Textos, “partiendo de esa base, hay que respetar todos aquellos usos que se consideren normales dentro de cada variedad; por ejemplo, los canarios y todos los americanos somos seseantes, y eso no es nada pintoresco ni un error: es parte de nuestra norma”.

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Una profesora imparte clases en clase en un colegio público de Madrid. (REUTERS/Sergio Perez)

“En varios países americanos se usa el voseo, que es absolutamente legítimo. En la zona andina se usa cada vez más el uso del verbo haber como personal en contextos en los que en el resto de la nación hispánica usamos la forma impersonal; por ejemplo, dicen «Habían muchas personas» en lugar de «Había muchas personas»”, prosigue.

“Este uso es condenado por casi todos los lingüistas, pero algunos expertos, procedentes precisamente de la región andina, nos dicen –con razón– que esta forma de usar el verbo haber se va imponiendo y acabará por ser la norma dentro de un tiempo. Eso es normal y forma parte de la evolución de las lenguas: rechazar cambios de los que se apropian multitudes es luchar contra la realidad”, concluye Alemán.

Turismo idiomático

La cuestión no es baladí si la trasladamos al ámbito comercial. La pujanza del idioma hace que miles de estudiantes extranjeros deban elegir el lugar al que acudir para un mejor aprendizaje del mismo.

Hablar ‘buen español’ se convierte por tanto en un eslógan comercial para atraer a dichos estudiantes y a la riqueza económica que su estancia produce.

Según datos del Anuario del Instituto Cervantes (2020), casi el 90 % de los estudiantes de español que hay en el mundo se reparten entre Estados Unidos, Brasil y la Unión Europea, siendo el español es el cuarto idioma más estudiado como lengua extranjera, por detrás del inglés, del francés y el chino mandarín.

En cuanto a datos sobre ‘turismo idiomático’, el español, con 285.000 estudiantes (2020) se sitúa en segundo lugar, aunque muy por detrás del inglés (1,4 millones), y por delante del chino mandarín (175.000) y el francés (150.000).

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Turistas de paseo por la ciudad. Hablar ‘buen español’ se convierte en un eslógan para atraer estudiantes. (Envato)

Según las estadísticas del Instituto Cervantes actualmente hay unos 22 millones de estudiantes de lengua española en el mundo, lo que la sitúa en tercer lugar, detrás del inglés y el francés.

Y aquí sí resulta evidente la importancia de elegir el lugar donde se habla y se enseña ‘buen’ español. En muchos casos será cuestión de tradición pero en otros tantos el márketing también ocupa su lugar a la hora de vender un destino.

Aún así, Daniel Escalona, responsable de comunicación y marketing de la Federación de Escuelas de Español en España (FEDELE), que agrupa a un centenar de centros de enseñanza y lleva a cabo un informe anual sobre la enseñanza del español, manifiesta que desde su asociación “no hemos encontrado que los alumnos consideren un destino con un ‘mejor’ español”.

Resulta evidente que algunas ciudades, como Salamanca en España, se han posicionado como lugares de destino para la enseñanza del español.

Para Escalona, “los alumnos que eligen la ciudad de Salamanca la eligen por ser la región que vio nacer los premios manuales sobre el uso del español tal y como lo conocemos hoy en día, pero en realidad, en la elección de esta ciudad pesan otras variables como las dimensiones de la ciudad, la vida universitaria o la confianza en el destino”.

También otros lugares de América han conformado su oferta en torno a la enseñanza del idioma. Es el caso de Bogotá en Colombia o Antigua en Guatemala, por ejemplo.

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Grupo de jóvenes en una biblioteca. (Envato)

De la misma manera, prosigue Escalona, “esto también puede trasladarse a Latinoamérica, no hay ningún país donde se aprenda un ‘mejor español’, ya que todos te ayudarán a comprender los diferentes dialectos y acentos de los que se compone el español”.

Y es que muy diversos criterios son tenidos en cuenta a la hora de elegir un destino para aprender ‘buen’ español.

Para el caso de España, prosigue Daniel Escalona, “lo que sí hemos podido observar es que las variables de elección de una región u otra radica más en las características de las propias ciudades, su cercanía a atractivos turísticos como la playa, el acceso internacional de sus aeropuertos y en la estructura de sus ciudades”.

“Por ejemplo, alumnos del norte de Europa suelen elegir destinos de sol y playa frente a otros de interior, por el contrario, el mercado asiático suele elegir ciudades interiores, con más tradición, más pequeñas y con mayor seguridad. El perfil estadounidense elige grandes ciudades como Madrid o Barcelona”, añade.

Así que a la ambigua pregunta de ¿dónde se habla ‘buen’ o ‘mejor’ español?, la respuesta resulta evidente y nada ambigua en este caso: allí donde se hable correctamente.

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