Las apps de terapia para el móvil, ¿el nuevo psicólogo low cost?
El difícil acceso a una terapia psicológica en España ha favorecido la proliferación de aplicaciones que ofrecen este servicio, un fenómeno que produce opiniones encontradas entre el sector.
En España hay millones de personas con problemas de salud mental, un número que desde la pandemia no ha dejado de aumentar. Pese a la necesidad creciente, la falta de recursos económicos de los usuarios o el problema de la escasez de psicólogos en la sanidad pública hacen que el acceso a terapias regulares sea una cuestión casi imposible.
De hecho, en el país hay cinco psicólogos por cada 100.000 habitantes, un tercio de la media europea, que se mantiene en 18, y un número a todas luces insuficiente para este mal pandémico que supone la salud mental.
En este contexto es donde salen a relucir las aplicaciones de terapia online, herramientas para acceder a sesiones estemos donde estemos, con horarios flexibles y ajustadas a casi todos los bolsillos.
Algo que ya saben bien en otros países de Europa o en Estados Unidos, donde una aplicación como BetterHelp se anuncia en populares shows y hasta cotiza en la Bolsa de Nueva York. Y es que a golpe de click (o de dedo, si se usa el móvil) se abre un abanico de posibilidades que, según para qué casos, puede ser contraproducente.
Como cuenta la psicóloga Blanca Torrado a TRT Español, “terapéuticamente no podemos obviar que tiene inconvenientes. No solo nos perdemos información (por ejemplo en toda la comunicación no verbal que no se ve), también el contacto presencial es importante para crear el vínculo en terapia y generar esa confianza y cercanía. Además, depende del tipo de terapia y la problemática que la persona tenga, algunas serán más receptivas del formato online y otras, no”.
La media nacional de precio de sesión de terapia está actualmente en los 52€ la hora, aunque en ciudades como Barcelona dicha media se dispara hasta 70€ por sesión, según un estudio realizado por el Observatorio de Precios de MundoPsicologos.com.
Un derecho que supone un lujo para la mayoría de ciudadanos, que no pueden permitirse semejantes cifras de forma periódica. En esta brecha, las aplicaciones ajustan los precios.
Por ejemplo, una app como Therapyside tiene unas tarifas de 39 euros por una sesión semanal por videollamada, un coste idéntico al de iFeel. Esta última incluso ofrece un plan aún más ajustado de 30 euros a la semana, eso sí, limitado a mensajes de chat.
A pesar de las facilidades que otorgan las citas de terapia online, expertos hacen énfasis en que probablemente no tengan los mismos resultados que los encuentros presenciales. (GETTY IMAGES)
La diferencia de precios con las terapias presenciales es sustancial, lo que hace que muchos usuarios se decanten por esta nueva opción, aunque el tipo de servicio ofrecido a veces pueda resultar insuficiente según el caso.
Una gran controversia en torno a estas apps de salud mental es que algunas hacen uso de la Inteligencia Artificial para tratar al usuario.
Con un sistema de registro de emociones diarias, se intenta monitorizar al paciente para así intentar tener el mayor dibujo sobre su estado mental y hacer recomendaciones más personalizadas. Algo que puede sonar a película de ciencia ficción pero que no debería suplir una terapia, sino complementarla.
“La IA permite complementar el trabajo terapéutico y generar estrategias automatizadas que enriquezcan el conocimiento de la materia. No consideramos que la IA llegue a reemplazar por completo el trabajo de un psicoterapeuta humano”, cuenta Angélica Barrero Guinand, Clinical Corporate Department Leader de iFeel.
Y en relación a esto nace otra posible brecha en el uso de estas aplicaciones: la privacidad, tan demandada en este sector en concreto y que muchas veces brilla por su ausencia en asuntos online, ya que muchas apps recopilan miles de datos sensibles y los comparten con terceros.
Algo importante ya que en este caso estamos tratando cuestiones delicadas como depresión, problemas alimentarios o maltrato.
A este respecto, Barrero Guinand nos asegura que es un tema controlado gracias a tres puntos fundamentales: “por un lado, el secreto profesional propio de la profesión psicoterapéutica. Por otro, contamos con la certificación ISO 27001, el estándar internacional de seguridad de la información. Y finalmente, la empresa tiene una cultura proactiva en el marco de la Ley Orgánica de Protección de Datos, en la cual se revisan constantemente los procesos para garantizar la confidencialidad en todo momento”.
Lo ideal, según Blanca Torrado, sería reforzar el sistema público para no tener que recurrir a la terapia privada. Y advierte que “sustituir una terapia presencial resulta irreal. En todo caso podría complementarla cuando la otra no sea posible, pero usar solo estas apps sería como darle un libro de medicina a una persona que necesita un médico”.
En definitiva, una herramienta útil pero dada la importancia de la salud mental, a usar con precaución.