¿Cambiará la guerra de Rusia-Ucrania por misiles especializados de EE.UU.?

EE.UU. autorizó que Ucrania utilice sus misiles de largo alcance contra Rusia, tras haberlos retenido por temor a una escalada. Putin reaccionó con un decreto que aprueba el uso de armas nucleares.

La oposición previa de Washington a autorizar el uso de ATACMS se debió al temor a una escalada de la guerra. Foto: AP
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La oposición previa de Washington a autorizar el uso de ATACMS se debió al temor a una escalada de la guerra. Foto: AP

La guerra entre Rusia y Ucrania llegó a la marca de los 1.000 días en medio de una escalada de tensiones que genera incertidumbre sobre el camino que tomarán los enfrentamientos en curso. Esta semana, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizó por primera vez que Kiev utilice misiles de largo alcance de Washington en sus hostilidades contra Moscú, según fuentes familiarizadas con el asunto.

Una medida que, además de representar un cambio significativo en la política de EE.UU. respecto al conflicto, desató una fuerte reacción en Rusia. El presidente Vladimir Putin aprobó este martes una doctrina nuclear actualizada que le permite al Kremlin considerar el uso de este tipo de armas si sufre ataques con misiles convencionales apoyados por una potencia nuclear.

En esa línea señaló que cualquier agresión contra Rusia por parte de un estado miembro de la OTAN sería considerada por Moscú como una agresión en nombre de toda la coalición. "Era necesario alinear nuestros principios con la situación actual", dijo a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.

En concreto, la doctrina actualizada describe las amenazas ante las cuales Rusia podría considerar responder con un ataque nuclear. En esa línea, detalla que se consideraría que una agresión con misiles convencionales, drones u otras aeronaves cumple con estos criterios.

La autorización de EE.UU. a Ucrania

La decisión de Biden le da luz verde a Ucrania para utilizar los Sistemas de Misiles Tácticos del Ejército (ATACMS, por sus siglas en inglés). Justamente, un armamento que Washington había retenido hasta este momento debido a los temores de desatar una escalada con Rusia.

Funcionarios estadounidenses afirmaron que el objetivo era enviar un mensaje a Corea del Norte, ante los reportes de que supuestamente Moscú ha reclutado a más de 15.000 tropas norcoreanas para reforzar sus tropas en Ucrania.

En consecuencia, se espera que Ucrania empiece a utilizar los misiles autorizados contra militares rusos y norcoreanos, especialmente en la región rusa de Kursk, donde las fuerzas de Kiev han tomado el control de más de 1.000 kilómetros cuadrados.

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La medida se produce después de que Estados Unidos diera permiso a Kiev para utilizar misiles de largo alcance para atacar objetivos militares dentro de Rusia. Foto: AFP

Dudas sobre el curso de la guerra

Sin embargo, según los expertos, este suministro limitado de misiles probablemente no cambiará el curso de la guerra entre Rusia y Ucrania.

"No sabemos cuántos cohetes se pondrán a disposición para Ucrania. Anteriormente se había dicho que el número era limitado, y esa fue una de las razones por las que no se entregaron antes a Ucrania, porque simplemente no hay suficientes", explicó Peter Zalmayev, director de la Iniciativa de Democracia de Eurasia, a TRT. "Por lo tanto, la efectividad de esto genera muchas dudas".

Justo dos semanas antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos en noviembre, Putin ya había ordenado cambiar la doctrina nuclear para determinar que cualquier ataque convencional contra Rusia con la ayuda de una potencia nuclear podría ser considerado un ataque conjunto contra el Kremlin.

"Esto significará que los países de la OTAN, EE.UU. y los estados europeos están luchando con Rusia", aseguró Putin en septiembre.

Según el presidente ruso, para que Ucrania pueda utilizar este armamento de largo alcance necesita del entrenamiento, la inteligencia y las redes de satélites de la OTAN.

Un nuevo frente

Ahora bien, la decisión sobre los misiles corre el riesgo de “abrir otro frente en territorio ucraniano”, según Stefan Wolff, profesor de seguridad internacional en la Universidad de Birmingham.

"Si bien es poco probable que Putin ataque directamente a los países de la OTAN en este momento, Rusia probablemente tiene la capacidad de cobrarle un alto precio a Ucrania, incluso de forma preventiva, antes de que Kiev pueda asestar algún golpe", señaló.

"Las tropas rusas y el equipo desplegado en Kursk podrían ser utilizados para avanzar aún más en Ucrania una vez que las fuerzas ucranianas sean expulsadas del territorio ruso", agregó.

Estos desarrollos ocurren cuando faltan dos meses de la toma de posesión del presidente electo Donald J. Trump, lo que podría sugerir que Biden está enviando un mensaje a su sucesor y sus seguidores sobre la importancia de mantener fuertes lazos con los aliados. Lo que llega en medio de las expectativas de que el presidente electo pueda abandonar tales políticas.

Tras este movimiento, el hijo de Trump, Donald Trump Jr., acusó a la administración Biden de intentar socavar el gobierno entrante. “El complejo militar-industrial parece querer asegurarse de que se inicie la Tercera Guerra Mundial antes de que mi padre tenga la oportunidad de crear paz y salvar vidas”, escribió en redes sociales.

Reuters

Ucrania lanzó un ataque sorpresa en Kursk el 6 de agosto de 2024. Foto: Reuters. 

Expectativa ante Trump

Nadie sabe si Donald Trump, que anteriormente había criticado la magnitud de la ayuda militar estadounidense entregada a Ucrania, vaya a revertir la decisión. “No creo que Trump repudie eso”, dijo Zalmayev a TRT World. “Eso será otro tipo de munición para que él diga que las políticas de Biden han fracasado”, apuntó.

Por su parte, funcionarios rusos condenaron este cambio de política. Un conocido legislador denunció este movimiento calificándolo de “un gran paso hacia el inicio de la Tercera Guerra Mundial”, según reportó la agencia estatal de noticias TASS.

Anteriormente, la oposición previa de Washington de autorizar el uso de ATACMS se debía a temores de una escalada de la guerra. Pero ahora que el conflicto está entrando en una fase nueva e incierta, parece que el cálculo de la administración ha cambiado en respuesta a las crecientes presiones en múltiples frentes.

“Lo que está claro es que después de 1.000 días de guerra agotadora, permitir que Ucrania ataque duramente a Rusia con armas estadounidenses ahora es demasiado poco y demasiado tarde para una victoria militar”, dice Wolff.

“Sin embargo, podría ser suficiente para evitar una derrota humillante en una mesa de negociaciones presidida por Trump”, concluye.

La guerra en Ucrania, que cumple ya dos años y medio, ha desencadenado la confrontación más grave entre Rusia y Estados Unidos desde la Crisis de los Misiles de Cuba de 1962, considerada lo más cerca que estuvieron las dos superpotencias de la Guerra Fría de un conflicto nuclear intencional.

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