La espiral de la pobreza y el narcotráfico en el sur de España
El narcotráfico se nutre del duro contexto socioeconómico en el extremo sur de España, donde cada vez reclutan más jóvenes.
El difícil contexto socioeconómico del sur de España ha convertido a esta región en tierra fértil para el narcotráfico, que logra reclutar cada vez más jóvenes.
Esta compleja situación quedó en el foco en febrero pasado, tras la muerte de dos agentes de la Guardia Civil, cuya lancha fue embestida por una embarcación de narcotraficantes en la provincia andaluza de Cádiz.
La embarcación había transportado hachís desde Marruecos hacia España. Tenía amplio espacio, potentes motores, radares y visores nocturnos.
Una lancha de este tipo puede transportar entre dos mil y tres mil kilos de droga y alcanzar los cien kilómetros por hora. "Se convierte en un proyectil" que "revienta" todo a su paso, según ha explicado Lisardo Capote, jefe de Vigilancia Aduanera en el Campo de Gibraltar, en diálogo con la agencia de noticias AFP.
Este suceso conmocionó a la región, pese a estar acostumbrada desde hace décadas a ver constantemente noticias de agentes heridos durante persecuciones, detenciones de narcotraficantes o incautaciones de hachís.
En el sur de España, el contrabando es "algo histórico y algo endémico", detalló Capote. Desde su puesto, ubicado en el puerto de Algeciras, patrullan el estrecho de Gibraltar, que separa en apenas 14 kilómetros a España de Marruecos en su lugar más angosto.
La pobreza propicia el narcotráfico
En este marco, los jóvenes de barrios empobrecidos, donde el contrabando es "tradición" y el desempleo es del sesenta por ciento entre la población juvenil, tienen tendencia a caer en las redes de tráfico de drogas, según sostiene Francisco Mena, presidente de la asociación contra el narcotráfico Coordinadora Alternativas.
"El narcotráfico se alimenta del paro, la pobreza, la exclusión social", continúa Mena, y señala como ejemplo a la provincia de Cádiz, que alberga ciudades con el mayor desempleo del país, como La Línea de la Concepción, con un 33 por ciento, frente al 12,3 por ciento a nivel nacional.
Las bandas captan adolescentes, quienes pueden ganar cientos de euros por vigilar y avisar cuando hay movimiento de las autoridades. Más adelante, pueden ganar miles de euros por ayudar a desembarcar una carga de droga o decenas de miles de euros cuando pilotan una narcolancha, dice Capote.
Es así que la ostentación de la "narcocultura" se convierte en un imán. Cuando "tu amigo de la niñez (...) tiene un nivel de vida que tú no te puedes permitir, con el último móvil del mercado, con la última Play Station, con la mejor moto (...) abstraerse a eso es difícil", apunta Mena.
Bandas lideradas por gente más joven
La situación ha cambiado en los últimos años. Antes los narcos se enfrentaban abiertamente con la policía en La Línea de la Concepción, sin embargo, en 2018 el Ministerio del Interior desplegó una unidad especial de la Guardia Civil, que detuvo a miles de personas, descabezó a los principales clanes narcotraficantes y decomisó cientos de toneladas de droga.
Un éxito con un efecto indeseado: ahora las bandas están lideradas por "gente más joven" que "tiene otras normas distintas o no tiene normas", estima Manuel Morenete, abogado penal en Algeciras que representa a varias personas acusadas de narcotráfico.
"La solución no es solo policial"
Expertos como Francisco Mena o el psicólogo educacional Daniel Grande Jiménez trabajan en los barrios empobrecidos y defienden que la solución no es solo policial.
Grande Jiménez creó un programa contra el fracaso escolar que aplican los colegios de La Línea y organiza actividades como senderismo o partidos de fútbol, porque "la ocupación del ocio y el tiempo libre en estas barriadas es muy importante".
Por otro lado, muchos residentes de esa ciudad, fronteriza con el territorio británico de Gibraltar, combaten los estereotipos. "Estamos hartos de la mala fama", porque este es un pueblo "fantástico" en el que solo "el 0,1 por ciento se dedica al contrabando" y el resto es gente "trabajadora", afirma Miguel Montes, un empresario de La Línea de la Concepción, en el centro de esta localidad que una reciente tarde mostraba un apacible rostro de normalidad.