Lo que hay detrás de la deriva autoritaria de jóvenes españoles
Los datos de una encuesta realizada por 40dB para Prisa muestran un deriva autoritaria en los jóvenes españoles. Estos datos hay que contextualizarlos en las condiciones socioecónomicas en las que viven.
“Un 26% de los jóvenes varones prefiere ‘en algunas circunstancias’ el autoritarismo a la democracia”. De esta forma tan llamativa títula el diario El País los resultados de una encuesta conducida por 40db para los medios de Prisa llamada ‘El “desorden democrático” en España’.
La encuesta ofrece resultados que el diario califica como “pesimistas” en relación a la visión de la democracia en España. El 68,5% de los encuestados considera que la democracia en España se está deteriorando y que no funciona bien, mientras solo la mitad se sienten representados por un partido poítico. Más del 50% piensa que el principal problema es la corrupción. Los datos que ofrece realmente no dan lugar al optimismo.
Lo que la encuesta no sondea, o a lo que las preguntas propuestas no dan pie a responder, es la relación entre el “26% de jóvenes varones” que dicen preferir un régimen autoritario en algunas circunstancias y su condición económica o laboral.
En agosto de 2024, el paro (desempleo) de menores de 25 años en España llegaba al 28%, según el INE, siendo más afectados los hombres que las mujeres. Precisamente el mismo grupo demográfico que afirmaba prefeirir “en algunas circunstancias” al autoritarismo.
Esto no es un dato nuevo. España ha tenido una de las tasas más altas de jóvenes desempleados de la Unión Europea desde que se incoroporó a esta, llegando a estar en febrero de 2013 por encima del 50%.
Cuando unimos este hecho a la inflación de los últimos años –que los datos oficiales dicen que ha llegado a más del 8%–, al estancamiento de los salarios, a la precariedad laboral que asola al trabajador español –especialmente a lo más jóvenes– y a un precio prohibitivo de la vivienda, lo que resulta es una pérdida significativa de poder adquisitivo. Algo que de lo que la OCDE ha advertido al Gobierno español.
Por lo tanto, la deriva aparentemente autoritaria de un sector de la juventud no parece casualidad. Si bien haría falta más investigación para establecer una relación de causalidad, no se puede negar una correlación.
La precariedad laboral, la falta de oportunidades y la frustración que esto genera son factores que pueden llevar a los jóvenes a buscar respuestas en alternativas más radicales y autoritarias.
Este fenómeno no es exclusivo de España. En otros países europeos con altas tasas de desempleo juvenil, como Italia y Grecia, se ha observado un aumento en el apoyo a partidos populistas y movimientos políticos que cuestionan las bases de la democracia liberal.
En Italia, por ejemplo, durante la crisis económica que siguió a la Gran Recesión, se produjo un auge en el apoyo a partidos como el Movimiento 5 Estrellas, que se presentaba como una alternativa a las élites políticas tradicionales.
En Grecia, la crisis económica y el desempleo juvenil contribuyeron al ascenso de Syriza y, en el extremo opuesto del espectro político, al crecimiento del apoyo a Amanecer Dorado, un partido de extrema derecha.
En Alemania, con una economía prácticamente estancada, un partido de extrema derecha, Alternativa por Alemania, ha ganado unas elecciones por primera vez deade las ascensión de los Nazi al poder.
Estos ejemplos reflejan un patrón común: en contextos de alta precariedad económica y falta de perspectivas de futuro, especialmente entre los jóvenes, el descontento con la democracia puede llevar a un apoyo creciente a regímenes o propuestas autoritarias que prometen soluciones rápidas y efectivas, aunque a menudo a costa valores democráticos.