Puigdemont reaparece en España y se esfuma: ¿qué está pasando?
El expresidente del Gobierno autonómico de Cataluña, Carles Puigdemont, reapareció en Barcelona tras 7 años fuera del alcance de la justicia. Tras un discurso ante una multitud, volvió a desaparecer.
El líder independentista y expresidente del gobierno autonómico de Cataluña, Carles Puigdemont, reapareció este jueves en Barcelona tras permanecer casi siete años en el extranjero, fuera del alcance de la justicia española. Sin embargo, tras un breve discurso ante una multitud, volvió a desaparecer.
"Vuelve hacia Waterloo", declaró a la radio catalana RAC1 Jordi Turull, secretario general del partido de Puigdemont, Juntos por Cataluña (JxCAT), en referencia a la localidad belga cercana a Bruselas donde el líder independentista ha pasado la mayor parte de los últimos años.
Su entrada, breve estancia y nueva retirada de España han suscitado fuertes críticas sobre el dispositivo policial desplegado para detenerlo.
Una breve pero significativa aparición
Puigdemont, quien se encontraba en Barcelona desde el martes, según afirmó un líder de su partido, reapareció el jueves ante miles de simpatizantes que lo recibieron agitando banderas independentistas.
Puigdemont reapareció en un escenario dispuesto cerca del Parlamento regional, donde se preparaba la elección del nuevo presidente catalán, el socialista Salvador Illa, que pertenece al mismo partido del gobierno de Pedro Sánchez.
Se pensaba que intentaría entrar al Parlamento catalán para participar como diputado en la sesión de investidura del nuevo presidente de la región.
Sin embargo, tras dar un breve discurso, el líder independentista desapareció, pese al amplio dispositivo de seguridad desplegado para detenerlo.
La justicia española pide explicaciones
Esta nueva evasión ha provocado una avalancha de críticas sobre el dispositivo para capturar a Puigdemont, quien había anunciado su regreso con anticipación.
En la mira está sobre todo la Policía catalana, cuya actuación ya fue puesta en cuestión durante la crisis de 2017. En esta línea, dos agentes fueron detenidos el jueves bajo sospecha de haber colaborado con su huida.
Asimismo, el viernes el juez del Tribunal Supremo español que lleva la causa contra el político catalán pidió explicaciones al Ministerio del Interior y a la Policía por el "fracaso".
Por su parte, la Policía autonómica, conocida como Mossos d'Esquadra, buscó defenderse este viernes.
"Los hechos suceden muy rápidamente", relató el comisario jefe, quien recordó que Puigdemont estuvo en todo momento "acompañado de una masa de personas y de autoridades" catalanas para "dificultar la idoneidad de la intervención" de los agentes de policía.
El líder independentista salió huyendo en un coche al que los Mossos perdieron de vista rápidamente. Inmediatamente, la Policía dispuso una serie de retenes en Barcelona y otros puntos de Cataluña, aunque sin éxito.
Los Mossos "no estaban preparados o no preveían un comportamiento tan impropio" por parte del líder independentista, criticó el encargado de Interior del gobierno catalán, Joan Ignasi Elena.
El exiliado líder separatista Carles Puigdemont llega a Barcelona antes de la votación en el Parlamento catalán. Foto: AFP.
A nivel nacional, la fuga de Puigdemont provocó la ira de la oposición de derecha y extrema derecha, que fustigó al Gobierno socialista de Sánchez.
"Lo de ayer es incalificable y no puede quedar impune. (...) Ante esta farsa, el Gobierno no puede seguir de vacaciones riéndose de los españoles", escribió en X Alberto Núñez Feijóo, líder del conservador Partido Popular, principal formación de oposición, quien pidió la dimisión de, entre otros, el ministro del Interior.
Una orden de detención pese a la amnistía
Sobre el expresidente catalán, buscado por la justicia por su participación en el simulacro de independencia de la región en 2017, sigue pesando una orden de detención, a pesar de la Ley de Amnistía impulsada por Sánchez.
La amnistía a Puigdemont y a otros líderes catalanes independentistas que intentaron separar a la región del resto de España fue aprobada en junio de 2024 por parte del Gobierno central a cambio del apoyo del partido JxCAT a su ejecutivo central. Sin embargo, esta ley fue muy polémica y ampliamente criticada por la oposición.